Por REDACCION
Justo cuando la droga y el narcotráfico están siendo objeto de polémico debate en nuestro país, consecuencia de hechos que están a la vista de todos, y por la controversia en el mismo seno del Gobierno nacional cuando por un lado un Ministro asegura que "la Argentina es un país de producción de droga" y un secretario de Estado lo desmiente -en claro signo de la falta de coordinación y coherencia con la cual se maneja el tema, con resultados a la vista-, fue difundido un informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre el tráfico de drogas a nivel mundial, dentro del cual se incluye un apartado respecto de nuestro país, donde, entre otros aspectos se destaca que el territorio argentino "sigue siendo un lugar de tránsito", pero donde "existe una creciente producción de cocaína".
De tal manera, queda claro, que aún admitiéndose como principal tema que la Argentina es un país de tránsito de la droga, también se reconoce que hay una cada vez mayor producción de droga, y además, se puntualiza muy especialmente la complicada situación judicial con "retrasos que siguen complicando los procesamientos" contra los narcotraficantes.
Un dato importante a tener en cuenta sobre la cada vez mayor producción de cocaína que hay en el país, es la gran cantidad de paco que circula para consumo, de manera especial en el Conurbano bonaerense, donde se encontraría la mayor cantidad de "cocinas" de cocaína. Es que el paco, una droga barata y la más dañina que se conoce por los fuertes daños que provoca en la salud y estado mental de los consumidores en muy breve tiempo, se hace con la pasta base, que es justamente el sobrante de la cocaína que en su máxima pureza va para otra clase de consumidores. Es verdad que el paco luego se "estira" con el agregado de otros componentes -se llegó a constatar el uso de vidrio molido de tubos fluorescentes, raticidas y otros elementos por el estilo-, pero no de existir las plantas productoras de cocaína, no se dispondría de las sobras que en otros lugares se tira a la basura pero que en cambio aquí se destina al paco, la conocida como droga de la pobreza.
También señala el organismo estadounidense que la droga más consumida en la Argentina es la marihuana, pero la cocaína es la principal causante de que muchos adictos busquen ayuda en los centros de rehabilitación, agregándose que "los crímenes relacionados con el tráfico de drogas se encuentran en alza", siendo una constante que puede comprobarse casi diariamente. En la ciudad de Rosario, el epicentro de estos desenlaces violentos por cuestiones de la droga, se llevaban contabilizados más de 60 asesinatos y una cantidad aún mayor de enfrentamientos, aunque también en Buenos Aires son frecuentes los crímenes de características mafiosas, donde aparecen involucradas generalmente personas de nacionalidad colombiana o boliviana.
Ampliando lo relativo a nuestro país, se consigna que la mayor parte del tránsito de drogas que pasa por aquí procedente de países productores tiene a Europa como destino, lamentándose que desde 2010 se hayan dejado de publicar las estadísticas de incautación de drogas, ya que según el Departamento de Estado año a año va aumentando la cantidad que se logra secuestrar y que de acuerdo a sus propias estimaciones, lo incautado en 2013 fue muy superior a los dos años anteriores.
Destaca también el informe un dato recogido de autoridades locales, según el cual se estima en el 09,% de la población el que consume cocaína en forma regular, aunque a la par existe una gran preocupación por el uso de drogas sintéticas y el creciente consumo de paco, la más letal de todas las drogas, teniendo por destino mayor a jóvenes y adolescentes. En cuanto a las drogas sintéticas, existen algunos datos muy reveladores, como por ejemplo que la Argentina importa anualmente 20 toneladas de efedrina, cuando los laboratorios locales para la composición de sus remedios sólo utilizan 1,2 toneladas. Es obvio el destino del resto, pasando a transformarse en drogas prohibidas.
También se deja constancia del serio problema que constituye la droga en el país, considerando el involucramiento que dentro del millonario negocio tienen la política, el poder judicial y las fuerzas de seguridad, todo lo cual dificulta en gran medida el poder librar una lucha abierta y franca contra el narcotráfico.
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