Por REDACCION
Hace años, las redes sociales llegaron para quedarse y remodelar las conductas de las personas y las formas en las que nos comunicamos, entre otras tantas cosas. A ese universo de medios tradicionales conformado por radios, diarios impresos y sus variantes digitales, televisión abierta y por cable, se incorporaron los nuevos medios de comunicación que permite un amplio abanico de usos, con enorme libertad. En una primera etapa todos descubrimos un potencial, encontramos viejos amigos, nos actualizamos sobre sus vidas y cargamos fotos de las nuestras. Después se sumaron las empresas, los gobiernos y las organizaciones civiles, como un club de fútbol por ejemplo, o un partido político, que también encontraron un canal de comunicación con sus públicos. Y en el marco del infinito potencial que ofrecen estos formatos se mezcla lo bueno y lo malo, como en otras tantas áreas donde se desenvuelven las personas. Los chismes, las informaciones engañosas, las mentiras, las operaciones políticas, empresarias o de prensa maliciosas también encontraron en las redes sociales un terreno fértil para crecer con sus difamaciones a cuestas, dispuestas a influir en las conductas, en los votantes o en sus objetivos de ataque. Todo parece valer en el mundo virtual, hasta que los gobiernos dan cuenta que es necesario introducir regulaciones, que no todo puede estar permitido.
Durante esta semana, desde la Comisión Europea para la política digital se advirtió que las grandes empresas tecnológicas podrían enfrentarse a normas más estrictas en Europa, si no logran frenar adecuadamente el discurso de odio y la desinformación. "Si todas las plataformas que operan en el continente europeo no respetan las condiciones que acabo de exponer, nos veremos obligados a intervenir de forma más estricta", dijo
El comisario europeo de Industria, Thierry Breton, expuso en la sede de la Unión Europea en Bruselas sobre nuevas condiciones que las poderosas corporaciones del sector de las comunicaciones, como Facebook o Twitter entre tantas otras, deben cumplir. Sus declaraciones llegaron tras una reunión en Bruselas con el director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, quien había urgido a la Unión Europea a adoptar un enfoque diferente sobre la regulación de los gigantes de internet.
Breton anunció así en un encuentro con la prensa que la "ley de servicios digitales que se presentará a finales de año" podrá contener "medidas vinculantes" para "evitar este tipo de abusos", aunque no precisó el tipo de medidas. La vicepresidenta de la Comisión Europea, Vera Jourova, ya había indicado la semana pasada la voluntad de Bruselas de endurecer la lucha contra el odio en línea, estimando que el tiempo de los acuerdos no vinculantes terminó.
Zuckerberg, que se reunió también con la responsable europea de Valores y Transparencia, subrayó la importancia de controlar mejor el discurso de odio y la desinformación en línea, sin amordazar la libertad de expresión. Jourova, muy crítica con el papel de Facebook tras el escándalo de Cambridge Analytica en 2018, debía plantear cuestiones sobre la "protección de la democracia y los derechos fundamentales", entre otras, según un portavoz comunitario.
Facebook, Twitter, Youtube y Microsoft firmaron en 2016 un "código de conducta" en el que se comprometían con la Comisión a examinar en menos de 24 horas las denuncias de discurso de odio en Europa y suprimirlos si es necesario.
En un papel presentado a Jourova, Facebook subrayó que la manera de limitar el discurso de odio era asegurarse de que las plataformas establecieran los sistemas adecuados, no haciéndolas responsables del discurso en sí. Las leyes de responsabilidad para editores que castigan la publicación de expresiones ilegales no son adecuadas para internet, asegura el documento, en el que Facebook alerta de que el contenido en línea puede requerir un nuevo tipo de regulaciones. El jefe de Google, Sundar Pichai, urgió en enero en la capital europea a llevar cuidado con esta regulación.
Paralelamente, el gobierno alemán impulsa un proyecto para que quienes difundan propaganda nazi, apoyen delitos penales o amenacen con violación en las redes sociales sean denunciados ante la Oficina Federal de Investigación Criminal. Actualmente, las redes sociales como Facebook o Twitter están sólo obligadas a borrar las publicaciones con discursos de odio, pero, de aprobarse la normativa, deberán reportar a la policía alemana mensajes como violencia explícita, amenazas de violación o asesinato y mensajes que indiquen que alguien prepara un ataque terrorista o distribución de imágenes de abusos sexuales.
Las medidas, que aún requieren aprobación parlamentaria, también ampliarán la definición de discurso de odio ilegal para incluir amenazas de violación o de daños a la propiedad, y expresiones de aprobación sobre delitos graves. También se elevó la pena para delitos motivados por antisemitismo. En caso de delitos graves como terrorismo y homicidios, y si existe una autorización judicial, las autoridades también pueden solicitar contraseñas a las empresas.
En los últimos años, el concepto de noticias falsas o su similar en inglés, fake news, dominaron el debate en el campo de las comunicaciones. Está visto que el debate sobre libertad, regulaciones, ciberseguridad y delitos informáticos continuará por un largo tiempo.
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