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Editorial Miércoles 10 de Junio de 2020

Día Nacional de la Seguridad Vial

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REDACCION

Por REDACCION

Cada 10 de junio se conmemora en la Argentina el Día Nacional de la Seguridad Vial, que tiene como finalidad promover la educación vial como estrategia para reducir los accidentes de tránsito, causa importante de morbimortalidad en nuestro país. La estrategia para reducir los siniestros en las calles y rutas comprende el conocimiento de normas y señales de circulación, el respeto de las mismas así como también el desarrollo de actitudes y prácticas de prevención de accidentes.

La fecha elegida recuerda un curioso suceso de la vida nacional: el "cambio de mano", es decir de sentido de circulación. En Argentina regía la norma que ordenaba el sentido del tránsito por la mano izquierda, al igual que en Gran Bretaña, pero el 10 de junio de 1945 se decretó el sentido del tránsito por la derecha, tal como es norma generalizada en la mayoría de los países. En Rafaela hay fotos que forman parte del Archivo Histórico Municipal que testimonian lo que sucedía hasta el 10 de junio del 45, en la que se observan los autos avanzar en la mano sur de bulevar Santa Fe hacia la Plaza 25 de Mayo, exactamente al revés de lo que sucede en la actualidad (en realidad desde hace 75 años). 

La modificación del sentido de circulación fue adoptada por la Administración General de Vialidad, a través del decreto 26.965/44, que entró en vigencia durante la presidencia de facto de Edelmiro J. Farrell. El motivo desde esta medida estaba relacionado a la necesidad de reducir la cantidad de siniestros viales que se registraba a partir del incremento de automóviles importados desde Estados Unidos que se fue dando desde la década del '20, según recuerda un artículo de la revista Parabrisas. Para que la nueva disposición pueda cumplirse sin inconvenientes, se tuvieron que cambiar las señalizaciones de todos los caminos, se dictaron clases explicativas para peatones y conductores y se redujeron las velocidades máximas a modo de prevención, agrega.

Si bien ya transcurrieron 75 de esta modificación, los dispositivos de seguridad mejoraron, pero nuestro país exhibe uno de los índices más altos de mortalidad producida por siniestros viales, con cerca de 20 muertes por día que alcanzaron a los 6.627 fallecimientos en 2019 (563 en la provincia de Santa Fe) según la Asociación Civil Luchemos por la Vida y miles de heridos de distinto grado, además de cuantiosas pérdidas materiales que se estiman en unos 10.000 millones de dólares por año.

Según la Organización Mundial de la Salud, los accidentes de tránsito son la segunda de las principales causas de muerte a nivel mundial entre los 5 y los 29 años.

Pese a que el Estado Argentino asumió el compromiso internacional ante la ONU -como la mayoría de los estados del mundo- de disminuir durante el Decenio de Acción para la Seguridad Vial (2011-2020), los muertos en accidentes de tránsito no disminuyeron significativamente. No se aprecian avances sustentables en una política de estado que acarreen una disminución significativa del número de muertos y heridos en el tránsito, plantea Luchemos por la Vida. 

El plan mundial propuesto por las Naciones Unidas promueve actividades claves a realizar en lo que denomina 5 Pilares de acción para la Seguridad Vial. Uno de los pilares es lograr usuarios de la vía pública más seguros, lo cual no se está logrando en Argentina ya que significaría, especialmente, que se dieran estas condiciones: el uso permanente y generalizado de los cascos en ciclomotores, motocicletas y bicicletas; el uso permanente y generalizado de los cinturones de seguridad y sistemas de retención infantil en los demás vehículos automotores; el cumplimiento de los límites de velocidad,y también su reducción; evitar el consumo de alcohol y/o drogas al volante y evitar el uso del celular al volante, sostiene Luchemos por la Vida. 

Para alcanzar estos logros y recorrer el camino de los países que pudieron disminuir significativamente las víctimas en el tránsito resulta indispensable generalizar los controles eficaces en calles y rutas con sanciones efectivas a los infractores; implementar la educación vial sistemática y continua en escuelas primarias y secundarias, capacitando a los docentes; lograr la unificación nacional de un sistema de otorgamiento serio y responsable de las licencias de conducir y también incorporar a nuestro Código Penal los delitos contra la seguridad vial para imponer penas de prisión para los transgresores muy graves. Otra de las tareas pendientes, según Luchemos por la Vida, es lograr vías de tránsito más seguras por medio del mejoramiento de la infraestructura vial para mayor seguridad de todos los usuarios.

Si hubiera una política de estado transversal en materia de tránsito, cada comuna, cada municipio, cada Provincia y la Nación compartirían un mismo plan de trabajo y las prioridades para defender la vida también en las calles y rutas.











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