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Editorial Viernes 5 de Octubre de 2012

Día del camino

Este 5 de octubre se conmemora el Día del Camino, recordando que en esa fecha del año 1932 fue creada por ley la Dirección Nacional de Vialidad.

Redacción

Por Redacción

Este 5 de octubre es la fecha instituida para celebrar el Día del Camino, ya que en ese día del año 1932 fue promulgada la ley de creación de la Dirección Nacional de Vialidad, buscando destacarse de tal manera un elemento primordial para el afianzamiento del progreso.

Se trata entonces, de una ocasión más que oportuna para formular algunas reflexiones, tanto por el ya referido a la trascendencia que tienen para sostener el desarrollo y el progreso de un país, pero también por el deterioro que tiene la red vial argentina, una situación que paulatinamente se agrava por la falta de continuidad en las políticas aplicadas, que indudablemente deben ser sostenidas en el tiempo para dar mejores resultados, y más todavía frente a las enormes distancias que caracterizan a toda la geografía argentina, que hacen de estas vías de comunicación un elemento indispensable.

Los caminos son entonces parte importante de la vida de un país, pero además escenario de su propia historia, tema que embellece también a la poesía autóctona, lo cual hace que junto a su importancia práctica también valga para los caminos el recuerdo de los poetas. Atahualpa Yupanqui por ejemplo, quien sintetizó en una sola frase una melancólica realidad  cuando recuerda: "He visto cruces de pago/ a la orilla del camino...", aludiendo a aquellos transhumantes habitantes de la patria que dejaron su vida anónima y desconocida a la vera de senderos que ellos mismos inscribieron como una huella de su epopeya civilizadora del desierto.

Cuesta entender, o quizás no tanto, cómo el impulso inicial que tuvo la construcción de caminos en la Argentina haya ido decreciendo en lugar de incrementarse, incluso dejando de lado el mantenimiento de algunas carreteras que llegaron a ser intransitables, llegándose a instancias alarmantes en obras de largo plazo. Más aún sorprende cuando las rutas, convertidas en autopistas o autovías, resultan en definitiva la obra de más sencilla ejecución en todo sentido, y además financiadas desde siempre con impuestos que rigen sobre los combustibles y los neumáticos en forma permanente, además de otros gravámenes que se disponen en forma especial para la región en que está asentada un nueva camino de estas características.

Desde el desguace del sistema ferroviario, el transporte carretero fue creciendo más y más, al igual que el particular por la enorme cantidad de automóviles, conformándose un parque automotor estimado hoy en 9,8 millones de vehículos, que circulan por los caminos del país, cuando sólo 30 años atrás y prácticamente con igual o muy parecida red caminera a la actual había menos de la mitad de automotores.

En este Día del Camino, y por tanta ausencia de obras a lo largo del tiempo, oportuno es entonces puntualizar algunos aspectos, como por ejemplo la necesidad de transformar en autovía a buena parte de la ruta nacional 34, la que con razón es denominada "ruta de la producción" y que une a través de 1.488 kilómetros la ciudad de Rosario con la jujeña Salvador Mazza, la cual pasa por la zona urbana de Rafaela, cuyo sector de 8,4 kilómetros fue refuncionalizado. Esta dispuesto desde hace tiempo un proyecto para convertir en autovía el tramo que une Rosario con Sunchales, siendo el primer tramo el que va desde Angélica a la vecina ciudad del Cañón, ya que es el de mayor movimiento vehicular de todo el trayecto de la 34 y además escenario de reiterados siniestros.

Por una razón u otra, esta obra caminera que incluye además la Circunvalación de nuestra ciudad, uniendo por la parte oeste como un arco los puntos que van desde el INTA en el norte hasta la estación del ACA en el sur, lo cual sacaría gran parte del tránsito, especialmente el pesado, de la zona urbana, viene sufriendo demoras y postergaciones.

Y otra mención en esta jornada, también propicia para eso, es el recuerdo del conocido "plan Laura", el que viene siendo propuesto desde hace dos décadas por su autor Guillermo Laura, un verdadero especialista en estos temas, quien en un lapso bastante breve -comparado con la desidia que imperó durante tantas décadas- concretaría la construcción de 13.000 kilómetros de autopistas, entrelazando casi todas las capitales y grandes ciudades. Ofrece la alternativa de la financiación y administración sin la intervención del Estado, que tal vez sea lo que lo margina, pues impide que el dinero recolectado pase por las arcas públicas. La iniciativa duerme el sueño eterno en las cámaras legislativas.

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