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Editorial Domingo 29 de Abril de 2012

Día del animal

Este 29 de abril se celebra el Día del Animal, en homenaje a Ignacio Albarracín, uno de los fundadores de la Sociedad Argentina Protectora de Animales, en el año 1879.

Redacción

Por Redacción

El Día del Animal es una celebración que lleva bastante tiempo de instituida en nuestro país, habiéndose elegido este 29 de abril en memoria de Ignacio Albarracín, uno de los fundadores de la Sociedad Argentina Protectora de Animales, junto a Domingo Faustino Sarmiento. Esta entidad nació en 1879, en tanto que la ley 2.786 sobre protección animal fue sancionada en 1891, siendo una de las primeras del mundo con ese objetivo, lo cual convirtió a la Argentina en un país pionero en el tema de legislación y protección de animales domésticos.

En aquellos tiempos esta celebración era considerada muy importante, contando siempre con presencia de autoridades y realizándose en el marco de campañas de adopción, como así también de buen trato para los animales. Aunque más allá de estos datos muy precisos sobre los orígenes, lo que debemos tener siempre presente es que la vida animal ofrece maravillosas lecciones, siendo interesante y enriquecedor el análisis de las mismas si se hacen con cierta agudeza, sensibilidad y respeto.

Dios, al crear el mundo, sumó a los reinos vegetal y mineral el animal, cumpliendo sus integrantes un trascendente rol a lo largo de toda la historia, con sobrados ejemplos, tanto de ayuda al hombre en el trabajo, en la compañía o incluso en el ofrecimiento de su belleza.

José de San Martín, nada menos que el libertador de América y uno de nuestros máximos ejemplos -lamentablemente no copiado como debería haber sido-, decía en sus máximas para su hija Mercedes, aconsejándola "suavizar su carácter y hacerlo sensible hasta con los insectos". Todo un simbolismo que debería estar mucho más presente en nuestro tiempo, cuando muchos animales requieren de asistencia, olvidados y en el desamparo.

Suele ser conmovedor el amor y la celosa cuida que los animales prodigan a su prole, muchas veces realmente ejemplificador incluso para muchos humanos. Protegerlos y cuidarlos por lo tanto, equivale no sólo a proporcionarles alimentación, sino también corresponderles el afecto, y por sobre todo atenderlos en su salud. Y contrariamente a lo que muchos suponen, los animales deben ser tratados como tales, en su propia esencia y condición, ya que algunos tratan de hacerlos a sus caprichos, sacándolos de su condición natural, lo cual es un error sin dudas. El bienestar de los animales, de nuestras mascotas especialmente, no se logra de esa manera.

La naturaleza nos enseña a no quebrantar sus reglas. El control de la salud de perros, gatos, aves y otras especies domésticas, además de aconsejable es absolutamente necesario, pues debemos siempre considerar que estos animales, pueden llegar a ser transmisores involuntarios de enfermedades, a veces de altísimo riesgo e incluso mortales, lo cual no sucede encontrándose su salud bajo los controles correspondientes.

San Francisco de Asís llamaba a los animales "sus hermanos", San Marcos es recordado junto a un león, San Roque con un perro a sus pies, en tanto que el pesebre de Belén reunió a numerosos ejemplares que dieron abrigo a Jesús.

A propósito del vocablo animal, es bueno preguntarse si no se incurre en un acto de injusticia cuando se hace referencia a quienes suelen comportarse irracionalmente con esa denominación, ya que los animales muchas veces nos dejan acciones que son realmente para reflexionar y que podrían servirnos de enseñanza para mejorar nuestra conducta. Seguramente, viviríamos todos mucho mejor.

La fecha de hoy es oportuna para destacar la tarea esforzada y desbordante de entusiasmo que realizan personas en favor de los animales, sea a través de organizaciones como ARPA y El Amparo, o también la oficial Refugio Municipal, además de muchas otras que incondicionalmente se prestan para ocuparse de animalitos abandonados, accidentados, o librados a su propia suerte cuando contraen una enfermedad o llegaron a una edad avanzada. Y también a los veterinarios, que con los aportes de la ciencia curan y previenen enfermedades del mundo animal, muchas veces prestando también su desinteresada colaboración hacia ejemplares afectados, especialmente los perros de la calle.

Confiemos entonces que sirvan estas reflexiones, en un día tan especial, para que muchos que se comportan desaprensivamente con sus animales, comprendan que se trata de seres vivos, que también sufren cuando deben soportar estas adversidades.

  

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