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Editorial Domingo 17 de Diciembre de 2017

Déficit y emisión

La emisión en los primeros once meses del año llegó a 370.426 millones.

REDACCION

Por REDACCION

Además de la toma de créditos internacionales para financiar el funcionamiento del Estado, también la emisión monetaria por parte del Banco Central está en expansión en los dos últimos años. En 2016, el primer año de la administración de Cambiemos, se emitieron 311.519 millones de pesos, mientras que este año, sin contabilizar diciembre, ya se llevan 370.426 millones. Con toda esa masa dineraria se hacen adelantos transitorios, transferencia de utilidades, compras de divisas y la variación de la cuenta del Tesoro nacional.

Buscando evitar que esta altísima emisión de dinero se traslade a los precios, y consecuentemente impacte en la inflación que se trata de reducir, una vez emitido los billetes y con igual o mayor celeridad el Banco Central busca absorber el dinero con las Lebac (letras del Banco Central), abonando una tasa de interés que atenta contra las inversiones de carácter productivo, frenando de tal manera el crecimiento genuino de la actividad económica, y por sobre todo, paralizando la creación de puestos de trabajo, imprescindibles para recomponer la situación socio económica de la población. Como se advierte, un verdadero círculo que de virtuoso no tiene nada, y que por el contrario, deberá cerrarse muy pronto pues de lo contrario este lento gradualismo estará orientado hacia una nueva colisión.

Con el método de las Letras, en lo que va del presente año el BCRA recuperó 280.508 millones de los 370.426 emitidos, significando un aumento del 113% respecto a 2016 y nada menos que un excepcional 3.000% si lo comparamos con 2015, último año del gobierno kirchnerista.

Tal situación fue la que permitió que a pesar que las operaciones fueran fuertemente expansivas en cuanto al Tesoro, la base monetaria haya subido sólo 80.290 millones hasta fines de noviembre. Si comparamos con 2016, la cantidad de billetes emitidos fue por unos 200.000 millones, si bien el Central recuperó de circulación 132.000 millones de pesos.

Estos son los números que ayudan a comprender un poco más el espiral financiero en el cual nos encontramos inmersos estos dos últimos años, que sólo pueden ser suficientes si tenemos en cuenta las reiteradas explicaciones que se dan desde el gobierno respecto al corto plazo de esta metodología, ya que de lo contrario, proyectado en un tiempo de mediano plazo, la situación puede llegar a convertirse en inmanejable debido al alto endeudamiento, como así también a la elevadísima emisión que puede integrarse a la circulación de manera simultánea y generar una inflación incontrolable, o bien volcarse a la compra de divisas extranjeras -en especial dólares-, dependiendo esto en gran medida de la confianza que genere el gobierno con las políticas que lleva adelante.

No son pocos quienes advierten sobre la "bicicleta financiera" que ya otras veces resultó un sonoro fracaso, existiendo sobrados motivos para sospechar sobre esta realidad, ya que por ejemplo, desde el Central se fija este rumbo con las altas tasas de interés que achican considerablemente la expansión productiva, razón que provoca no sólo la opción de las Lebac y los plazos fijos del ahorro interno, sino de los dólares que provienen desde el exterior, donde 7 de cada 8 están dirigidos a la inversión financiera. Es decir, llegan al país, se convierten en pesos y pasan a las Lebac percibiendo tasas altísimas cuando el mundo paga insignificancias. Al vencimiento se vuelven a convertir en dólares y regresan a su lugar de origen, llevándose los dólares que aquí hacen falta.

Una de las claves de este asunto es entender los efectos del proceso de endeudamiento para financiar el rojo de las cuentas públicas. El Tesoro podría derivar las divisas logradas por endeudamiento al mercado cambiario, pero como aquí es muy reducido se haría bajar aún más la cotización, y por lo tanto bajando todavía más la competitividad de los productos argentinos en el mundo, lo cual podría provocar un aumento del déficit comercial -que este año concluirá con déficit de 8.000 millones de dólares-, como así también la salida de dólares por el turismo.

Tal se advierte, se trata de una perspectiva complicada, a la cual al menos en lo inmediato, no se le visualiza una salida.

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