Por Redacción
Las dos balanzas, fiscal y comercial, que fueron pilares del modelo kirchnerista de gobierno en sus primeros años, hoy presentan una perspectiva muy diferente a aquella del superávit constante. Es que la fiscal, donde se resume el estado de las cuentas públicas, desde hace muchos meses viene presentando un estado deficitario, que se ha logrado sostener a veces y disimular en otras con recursos de otras áreas como el Banco Central, el Banco Nación, la ANSeS e incluso el PAMI, mientras que la comercial, que es el balance de las ventas y compras al exterior, ha conseguido sostener su saldo favorable merced al freno puesto a las importaciones, ya que las exportaciones se encuentran estancadas desde hace tiempo.
En el mes de julio, luego del pago de intereses las cuentas públicas arrojaron un déficit de 2.884,3 millones de pesos, lo cual significa 14 veces más que los 196 millones que había sido el saldo negativo de julio de 2011. Por lo tanto, contabilizados los primeros 7 meses del año, el desequilibrio fiscal trepó a 13.797 millones, nada menos que 471% por sobre los 2.366 millones que había en rojo el año pasado en ese mismo lapso.
Queda de tal modo expuesta una situación complicada, ya que el año anterior terminó con un déficit de 30.000 millones, que en 2012 estará muy cerca de duplicarse, ya que casi todas las consultoras y analistas económicas ubican al rojo con el cual se llegará a fin de año estará al menos en 55.000 millones. Eso, aún con las transferencias que se continuarán haciendo desde el Central y la ANSeS especialmente, que se transformaron en los sostenedores del Tesoro, que este año además de los ascendentes gastos deberá afrontar el pago de unos 20.000 millones agregados en diciembre por el pago del Cupón PBI.
Debe dejarse en claro que una gran parte del déficit de julio, al menos el 120%, encuentra explicación en el pago de intereses de la deuda, los que sumaron nada menos que 3.422 millones, razón por la cual el resultado primario -es decir, cuando no se incluye el pago de servicios de deuda- resulta superavitario en 528 millones. Que es el que se difunde y se muestra como un logro, cuando en realidad, y al trazarse la línea final tras el pago de intereses de la deuda, el rojo alcanza a 2.884 millones de pesos.
Esta situación se da en el marco de algunos datos que sirven para un mayor análisis, como que en julio los ingresos aumentaron un 25%, manteniendo por lo tanto equiparación con el nivel inflacionario, pero en cambio los gastos -en los que se incluyen los intereses- subieron 40%, siendo así que el déficit del Tesoro nacional -sin ANSeS- pasó de un rojo de 4.758 millones a 9.017 millones, nada menos que un 90% más aunque la mayor explicación se encuentra en el pago de servicios. Otra fuente que ha comenzado a comprometerse es justamente la ANSeS correspondiente a los fondos de jubilados, ya que en julio ascendió 5.894 millones con un crecimiento de 16% respecto a julio de 2011, lo cual constituye un retraso importante con relación al nivel inflacionario, que de tal modo comenzará a mellar sus reservas, ya bastante castigadas por el sostenido traspaso para el financiamiento de los gastos funcionales del Estado y otras áreas como gastos de computadores, pago de la asignación universal por hijo, plan de viviendas y otros rubros, como fue el pago del medio aguinaldo a los empleados estatales bonaerenses.
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