Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Editorial Viernes 30 de Septiembre de 2011

Créditos y viviendas

La necesidad de viviendas en nuestra ciudad está estimada en unas 5.000 unidades.

Redacción

Por Redacción

El nuestro es un país de numerosos contrastes, el de la vivienda uno de ellos, influyendo decididamente la marcada diferencia que existe entre sectores de la sociedad, pues mientras la falta de unidades habitacionales es una de las grandes deudas pendientes, se acaba de conocer por datos del Censo Nacional realizado en 2010 que hay en toda la Argentina 2,5 millones de casas desocupadas. Es decir, donde se vuelca gran parte del ahorro de aquellos sectores que tienen la posibilidad de importantes sobrantes en sus presupuestos.

Antes de continuar avanzando, y formalizada la introducción a un tema tan sensible, digamos que esta no es la situación que existe en Rafaela, pues si bien aquí hay un déficit estimado en las 5.000 viviendas, no existen desocupadas, ya que ni bien se van terminando nuevas construcciones en forma inmediata son volcadas al mercado inmobiliario, tanto para la venta como para alquilar. Algo que, desde hace un tiempo, viene registrándose en cuanto a departamentos, ya que viviendas se construyen sólo para uso propio y no para volcar al mercado, y de ocurrir de esta manera, se trata de muy pocas unidades, con influencia prácticamente nula como para dar alguna clase de alivio a la situación.

Existen además, en materia de viviendas, diferentes aspectos por encarar, ya que en las clases de menores recursos la excluyente posibilidad es la de las viviendas sociales, esas mismas que se levantan mediante la intervención a nivel local, provincial o nacional, y aún cuando en determinados períodos se han incorporado en interesantes cantidades, lejos están de satisfacer la necesidad existente de las mismas, teniéndose fehaciente prueba cada vez que se formula un llamado por algún nuevo grupo de casas, siendo muchísimo mayor la cantidad de aspirantes, que en mayoría deberán continuar aguardando turno. En algunos casos, hay familias que desde hace más una década vienen anotándose en cuantos planes sociales aparezcan, sin haber logrado todavía acceder al techo propio.

Pero además, existe otra franja de la sociedad muy desprotegida, como es la clase media, que no puede insertarse dentro de los grupos aspirantes a viviendas sociales y que tampoco puede reunir los ahorros suficientes para encarar una construcción, y mucho menos todavía un crédito hipotecario, que es casi la única alternativa viable, siempre y cuando los mismos se dispongan en muy largos plazos, tomando como referencia 30 años.

Un cierto avance que se produjo recientemente, con la directa intervención del Instituto Municipal de la Vivienda, fue la compra de 48 hectáreas en la parte norte del ejido urbano, de donde surgirán 1.100 lotes a los que se podrá acceder con cuotas razonables y tener ahí un punto de partida para el futuro techo propio. De todas maneras, y aún cuando se intervenga en un rubro bastante difícil como el de los loteos, que en Rafaela  no alcanzan a satisfacer la demanda ya que en muchos casos se trata de predios en zonas con valores muy elevados y fuera del alcance de la capacidad de ahorro de una amplia franja necesitada de viviendas.

Rafaela viene teniendo en los últimos tiempos una muy importante explosión demográfica, tanto por inmigraciones provenientes de regiones cercanas, como así también por estudiantes que vienen aquí a continuar sus estudios, o bien personal especializado que es incorporado por empresas locales, el cual demanda en general viviendas de buen nivel de confort y comodidad, siendo aún más difícil de contemplar.

Lo cierto es que toda esta problemática, que no es patrimonio local si no extendida por toda la geografía nacional, se encuentra lejos de ser resuelta, aún habiéndose dado algunos avances. Es que aquí, la demanda siempre marcha adelante de las soluciones, motivo por el cual siempre está latente la posibilidad que el problema se agigante en lugar de reducirse, debiéndose aprovechar al máximo las épocas favorables en cuanto a lo económico, tal como viene dándose desde 2003 en adelante, incluso superando algunas crisis globales que nos afectaron poco y nada.

Y para concluir, un aspecto sobre el cual nada dijimos, pero que tiene una marcada influencia al momento de buscarse soluciones, ya que tanto aquí como en cualquier otro lugar del país, el mercado inmobiliario aparece totalmente dolarizado, razón por la cual los valores suelen inflarse por sobre la realidad. Y más aquí, donde la demanda está por sobre la oferta.

Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso