Por REDACCION
Una frase que el presidente Mauricio Macri pronunció durante la apertura del 136º período de sesiones ordinarias del Congreso, el pasado jueves cerca del mediodía, se ha instalado casi como una categoría discursiva en el debate sobre el estado de la economía argentina. Con tal fuerza que aún retumba en los análisis que se realizan en los ámbitos empresariales, y por supuesto entre políticos, economistas y la prensa.
El jefe de Estado expresó ante los diputados y senadores que "mucho de lo que imaginamos está sucediendo, y porque tenemos la capacidad de hacerlo. Ese crecimiento invisible sucedió. Esa base existe, es firme". ¿Qué habrá querido decir cuando habló de "crecimiento invisible"? La primera reacción se constató en las redes sociales a través de los ascendentes "memes", este nuevo formato que busca una lectura en clave de humor a distintas situaciones o declaraciones que se registran en el campo de la política, el deporte, los medios de comunicación, la cultura y el espectáculo, por enumerar solo algunos.
Tal vez Macri procuró hacer referencia al aumento del turismo, de los patentamientos de autos, de los niveles de actividad de la construcción a partir de la inversión pública. O de la mejora en la actividad económica en general y de la industria en particular siempre tomando en cuenta los indicadores que difunde periódicamente el INDEC.
Lo que pasa es que para gran parte de los argentinos lo que muestran los indicadores no se aprecian en la vida real mucho menos en el bolsillo propio. Entre la inflación y la acelerada y elevada suba de tarifas, muchas familias se han quedado sin un peso en el bolsillo e incluso deben tomar deuda para pagar las facturas de servicios. Precisamente en esos hogares el crecimiento al que hace referencia el Presidente es "invisible" o "imperceptible".
Por tanto, el discurso de Macri careció de indicadores concretos pero tuvo entre sus componentes un exceso de optimismo con el que buscó transmitir un mensaje más motivacional que realista. No pocos asociaron sus expresiones al célebre relato de Cristina Fernández de Kirchner, que se construía sobre la base de la manipulación o la negación de lo que sucedía efectivamente en la Argentina.
En un contexto revuelto caracterizado por la discusión de las paritarias y el estado de movilización de los movimientos sociales y de los trabajadores, el Presidente evitó definiciones contundentes en torno al aumento de la inflación, al déficit fiscal equivalente al 3,9 por ciento del PIB en 2017 y a la tasa de desocupación que al cierre del año pasado se situó en 8,7%, por encima del 6,5% de 2015 y 8,5% de 2016.
El crecimiento imperceptible que acuñó Macri significó una excelente oportunidad para que se luzcan los opositores en el Congreso, que este año se portaron como "caballeros" de la política al dar una imagen de corrección en el recinto durante la apertura del año legislativo.
El santafesino, Agustín Rossi, aseguró que en el discurso del Presidente se hace invocaciones sobre un futuro maravilloso que "sólo él ve". El bonaerense Felipe Solá fue aún más duro al sostener que "no es que Macri se equivocó de discurso: se equivocó de país". Y agregó que "el discurso de una hipocresía, de una mentira y una negación de la realidad que asusta". Axel Kicillof apeló a la ironía al señalar que "la ausencia más importante de hoy fue la realidad en el discurso del Presidente" y, contundente, dijo que Macri "habló de un mundo ficticio".
En cambio, desde una vereda amigable, los legisladores oficialistas destacaron el "tono conciliador" -ya sin referencias a la pesada herencia- y la "mirada optimista del futuro" que dejó traslucir el mensaje.
Así, a pesar de los proyectos que Macri anticipó durante su mensaje en la Asamblea Legislativa comprendidos en lo que denominó una agenda positiva, un pequeño desliz en el texto como el del "crecimiento invisible" opacó en parte el objetivo buscado con un cuidadoso discurso y dejó tela para cortar a la oposición. Además, se trata de un concepto que gira una y otra vez en los análisis económicos justamente en un país donde la debilidad del gobierno es su gestión de la economía.
El deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores por el impacto de la inflación es de una consistencia tal que contrastar desde la retórica con el concepto de "crecimiento invisible" demostró cierta falta de cintura política, preocupante ante los desafíos de la hora.
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