Corrupción asiática

Por REDACCION

Poco más poco menos, la situación siempre termina de igual manera, con un grupo de enriquecidos, sean los partidos gobernantes de derecha, centro o izquierda. Es que ahora se reveló que en China, nada menos que el país de las grandes revoluciones sociales y de muy rígidos criterios en cuanto a la búsqueda de la igualdad, también existe una aristocracia muy selectiva que además de un pasar de millonarios árabes en su propio país, cuenta con abultadísimas cuentas y empresas off shore en paraísos fiscales.

Lo llamativo es que algunos de esos súper millonarios son varios altos miembros del Partido Comunista, incluyendo al propio presidente del país. Queda bastante claro, tal como había sucedido en la entonces URSS poco antes de desmoronarse, que la mayoría de los jerarcas poseían enormes fortunas, que el comunista se proclama hacia afuera, pero hacia adentro se practica el capitalismo. Y para peor, no conseguido con el esfuerzo propio, la visión para los negocios o la inteligencia para el desempeño personal, sino en la mayoría por no decir todos los casos, con dinero público que se le resta al pueblo, que es siempre el que termina pagando las consecuencias.

Además de las reflexiones que un hecho de esta naturaleza supone, confirmando que la corrupción es un mal extendido y enquistado en todo el mundo, existen algunos datos que impresionan, pues de este grupo de 22.000 chinos que posee una enorme fortuna, además de los jerarcas del Partido Comunista y de algunos cargos clave en el Gobierno, desde el mismísimo presidente hacia abajo, aparecen muchísimos parientes tanto de los mencionados, como de ex dirigentes, ex gobernantes, fundadores del partido y hasta ex generales del ejército. Se advierte, que esta cuestión de enriquecerse a costa de la pobreza de los ciudadanos comunes, viene desde hace tiempo, no es de ahora solamente, aunque sí es probable que se haya incrementado.

Esta situación del enriquecimiento a costa de negociados públicos y otras maniobras, no sólo alcanza a China en esta revelación, sino también a Hong Kong y Taiwán, donde también aparecen gobernantes, políticos, miembros de las fuerzas armadas y muchísimos parientes. 

A esta comprobación se llegó mediante la investigación en más de dos millones de archivos, donde con las maniobras clásicas del lavado de dinero, fueron creadas redes de empresas y fondos de las islas Vírgenes, o en paraísos fiscales de esas características. Una de las maniobras que fueron descubiertas por parte de los chinos, fue la venta por parte de empresas a sus subsidiarias off shore a precios bajos, para luego vender desde allí a precios reales y evitar el pago de impuestos.

Este informe, fruto de una larga y paciente investigación periodística, fue denominado "Chinaleaks", con muchas revelaciones que seguramente traerán muy graves consecuencias a los involucrados. Como suele ocurrir en todos los lugares que se producen hechos de esta naturaleza, reiteramos, sean gobiernos de derecha, centro o izquierda, la primera reacción que hubo en China fue tratar de impedir que el público se enterara de estas revelaciones, siendo bloqueado el sitio web en el cual fue difundido, censurando también a los noticieros extranjeros que daban cuenta de lo ocurrido.

Aunque no sólo de esa manera se reacciona, sino también haciendo de la persecución una metodología, donde la síntesis que se ajusta es aquella de "no importa tanto que suceda, sino que la gente se entere". Es por eso, que además de las prohibiciones y censuras ya expuestas, también se está juzgando -lo que en realidad en un país como China es apenas una forma de decir- a un joven abogado que es activista por los derechos humanos, quien lanzó en China un movimiento denominado Nuevo Movimiento de los Ciudadanos para la búsqueda de la transparencia de la dirigencia política. Algo que, como queda visto, no le conviene a nadie de la cúpula más alta del poder, ya que pondría en evidencia todos los turbios manejos mediante los cuales se formaron enormes fortunas.

La corrupción, puede verse, es un mal enquistado en el poder de muchísimos países, en este caso con gobiernos comunistas que no se cansan de proclamar la igualdad como el objetivo de sus fines. Sin embargo, la realidad es muy diferente.