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Editorial Miércoles 31 de Julio de 2019

Contraste de indicadores

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REDACCION

Por REDACCION

Parece una obligación hacer una lectura en clave electoral sobre todo lo que suceda en estos días en el país de la polarización, del eterno contrapunto entre el blanco y negro donde no hay lugar para los grises. La política todo lo invade cuando el poder está en juego, nada más y nada menos. No se trata solamente de llegar a un cargo, como la jefatura de Estado, para intentar por todos los medios, legales claro está, transformar para bien la vida de la gente sino de estar en ese lugar con acceso a los fondos públicos y también a la impunidad. Justo ahora que más de un candidato está complicado con causas judiciales, como la ex Presidenta que bien podría estar presa sino contara con los beneficios-privilegios de los fueros parlamentarios. 

En este riguroso escenario donde la pelea por los votos enciende los discursos, surgen los datos de la actividad económica que reflejan el estado de la crisis económica que golpea a la Argentina desde el año pasado. La relativa recuperación de algunos indicadores constituye una buena noticia para el gobierno mientras los opositores insisten en cuestionar el modelo económico a partir de la dura realidad que atraviesan sectores de la industria con la destrucción de miles de puestos de trabajo -o precarización-, la caída del consumo a la par de la pérdida del poder adquisitivo del salario. 

Así, la economía se recuperó 2,6% en mayo último por primera vez luego de doce meses de contracción en la producción de bienes y servicios, de la mano del sector agropecuario de acuerdo a datos del INDEC. Las cifras del Estimador Mensual de Actividad Económica de mayo registraron que en comparación con abril pasado también se produjo un crecimiento, del 0,2%. En los primeros cinco meses del año la actividad económica muestra una caída del 3,1% respecto de igual período del año anterior, según las cifras oficiales.

De todas formas, la economía podría volver a mostrar en junio de nuevo indicadores negativos porque cae fuertemente el aporte del campo al terminarse la cosecha, y si se mantienen en el orden negativo el consumo, la construcción y la industria, que arrastran una larga recesión. No obstante, el ministerio de Hacienda consideró que debido a los indicadores del EMAE todo permite imaginar una continuidad del crecimiento en los meses que siguen.

La contracara de este incipiente brote verde muestra que el sector privado perdió 217.100 puestos de trabajo en los últimos doce meses, ya que el empleo registrado cayó 1,8% en ese período, según datos oficiales también difundidos la semana pasada. La cantidad de trabajadores registrados cayó 1,8% en mayo de este año al totalizar 12.084.157, unos 217.100 trabajadores menos que en igual mes de 2018. Respecto de abril último, la baja de mayo fue del 0,1% (sin estacionalidad).

Y en esta puja de indicadores sobre la evolución de la actividad económica aparece otro dato como la ocupación hotelera alcanzó en mayo a 3 millones de pernoctaciones, con un incremento de 4,5% respecto del mismo mes del 2018, según la Encuesta de Ocupación Hotelera que publicó el INDEC.

Pero también surgen datos poco alentadores sobre el comportamiento del consumo masivo de los hogares argentinos, que cayó un 8% interanual durante el primer semestre del 2019. Pero enseguida el problema parece distenderse porque en el segundo semestre podría recuperarse, para cerrar el año con un retroceso del 4%, de acuerdo con un informe de la consultora especializada Kantar.

En la columna de las buenas noticias se inscribe el hecho de que la balanza comercial arrojó en junio un superávit de 1.061 millones de dólares, sumando diez meses de saldos positivos, y acumula en el primer semestre un saldo favorable de US$ 5.589 millones, de acuerdo al Informe del Intercambio Comercial Argentino.

La mezcla de datos positivos y negativos que refracta la economía argentina incluye informes oficiales del INDEC pero también de consultoras respetadas que tienen una metodología aceitada para monitorear el estado de los sectores productivos. Como el centro de estudios económicos de Orlando Ferreres, que en su última entrega afirmó que el nivel general de actividad económica presentó una baja del 3,6% anual en el primer semestre del año aunque en junio registró una leve recuperación. Esta misma consultora indicó que la producción industrial acumuló una caída de 6,9% en la primera mitad del año.

Está claro que las distintas radiografías que se toman de la actividad económica muestran datos que ilusionan en determinados momentos pero que, en otros, no invitan a ser demasiados optimistas, principalmente porque la deuda contraída con el FMI se ha transformado en una suerte de guillotina que podría caer en cualquier momento sobre el cuello de la Argentina. 








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