Por REDACCION
Entre tantos indicadores negativos que se suceden en la actividad económico y productiva, constituye un incentivo rescatar cuando alguno de ellos se incluye dentro de lo positivo, tanto como reforzar la esperanza de que algo puede estar comenzando a modificarse. En este caso concreto se trata de una actividad realmente trascendente como la construcción, que en el mes de abril experimentó una fuerte suba de 10,5% con lo cual consiguió redondear un cuatrimestre con 3,8% de crecimiento acumulado.
El informe oficial del INDEC amplió además que esta expansión no solo tuvo impacto en la actividad propiamente dicha, sino que también encuentra receptividad en el empleo del sector, ya que en el pasado mes de marzo había 424.638 trabajadores registrados, significando una suba de 3,1% respecto al mes de febrero último y un 5,6% superior en el acumulado del primer trimestre.
Lo también muy interesante, además de estos datos alentadores, es que de acuerdo con la encuesta cualitativa que se hace con los empresarios del sector, las perspectivas son muy buenas, ya que el 72% de los que se dedican a la obra pública estiman que la actividad seguirá aumentando, en tanto que apenas un 2,3% estimó que se irá a la baja, con un 25% que no fue para un lado ni para el otro, optando porque se continuará sin cambios. Por su parte los empresarios del área privada tienen un optimismo más moderado, ya que sólo el 35% cree que la actividad se incrementará, con un 11% que vislumbra una merma y 53% que se pronunció por un panorama sin modificaciones.
Algunos de los factores mencionados como influyentes en la incentivación del sector, fueron por ejemplo entre quienes se dedican mayoritariamente al privado, las políticas dispuestas para la mayor estabilidad de precios, al sostenimiento de las cargas fiscales, a la posibilidad de acceder a créditos y al mercado laboral en expansión, una perspectiva bastante similar fue la expuesta por los empresarios de las obras públicas.
Lo que ahora se aguarda, con marcada expectativa por cierto, es que el impacto favorable de la construcción en la obra pública se registre también en el ámbito privado, ya que de darse esa dualidad entonces estaremos frente a una posibilidad más que interesante de recuperación, tanto de la actividad en general como del empleo, siendo por demás conocido que el rubro de la construcción es uno de los medidores más directos y efectivos para ir viendo el comportamiento general de la economía, por la diversidad de rubros que alcanza tanto en la producción, el trabajo, la comercialización y la inversión, constituyendo una combinación que no alcanza el resto.
Un dato revelador fue lo sucedido en la provincia de Santa Fe según datos difundidos por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, ya que en el primer trimestre del presente año la construcción consiguió el máximo nivel histórico con 35.137 empleos, surgiendo de la comparación interanual un aumento del 7,2% equivalente a 2.373 puestos de trabajo.
La industria en baja
La contracara de lo comentado ocurrió en cambio con la actividad industrial, ya que con iguales datos, aunque en este caso del Estimador Mensual Industrial, en abril se produjo una contracción de 2,3% con lo cual se concretaron 15 meses consecutivos con saldos negativos, lo que es realmente preocupante. En cuanto al primer cuatrimestre del año, la baja fue de 2,4 por ciento.
Especificando en los principales rubros, el automotriz retrocedió en abril 7,5% consecuencia de la situación que se vive con Brasil, aunque de todos modos el cuatrimestre alcanzó a salvarse con un índice positivo de 0,2%. En tanto que el rubro metalmecánico creció 8,3% en abril y 0,8% en el cuatrimestre, siendo el mayor impulsor el acero, sostenido por la fuerte demanda tanto de la construcción como del sector agropecuario.
La industria tiene una muy estrecha relación con lo que suceda en Brasil, confiándose en que el tembladeral político en el vecina país no traslade sus efectos a la economía, esperándose que haya una simplificación en la actividad comercial entre ambos socios del Mercosur.
El acuerdo que hubo en el rubro automotor es el indicado para el mejor funcionamiento posible entre Brasil y la Argentina.
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