Por REDACCION
En el mundo todo está convulsionado y más que nada la economía, que viene experimentando muy fuertes remezones en uno y otro sentido, muchas veces confirmando y otras haciendo añico los pronósticos que hacen los organismos financieros internacionales, como así también los especialistas en estos temas. Tal introducción viene al caso para referenciar un anticipo formulado por el Banco Mundial a través de un informe divulgado estos días, según el cual antes que concluya 2014 China se convertirá en la economía más importante del planeta, superando a la de Estados Unidos. Un hecho que, según lo decían en forma coincidente casi todos los organismos con el FMI a la cabeza, recién se iba a producir entre 2019 y 2020.
Del modo en que venía creciendo la economía china, era claro que en poco tiempo iba a trasponer la barrera estadounidense, pero no se esperaba que tan pronto, como ahora lo asegura el BM, para antes de fin de año. Para arribar a esa conclusión, los investigadores no basaron sus conclusiones en el dato de términos absolutos del Producto Bruto Interno sino en el rendimiento económico en relación con la capacidad adquisitiva.
La acumulación de datos realizada por el Banco Mundial para la elaboración de este estudio, es hasta 2011, pero considerada más que suficiente para sostener ese pronóstico, ya que son estimados como muy actuales. La última investigación de amplio alcance de estas características, que había sido realizada en 2005, había llegado a la conclusión que el rendimiento económico de la China era menor al de Estados Unidos, pero ahora, las nuevas cifras del lapso posterior, muestran una recuperación sorprendente del gigante asiático, al punto de pasar a encabezar el listado mundial a fines de 2014.
Retrocediendo en el tiempo, digamos que Estados Unidos pasó a ser la primera economía mundial en 1872, y desde entonces fue inamovible en esa posición, aunque ahora con la latente amenaza china que podría desalojarla del sitial de privilegio en estos meses que restan hasta diciembre, siempre y cuando se mantenga este excepcional ritmo de crecimiento, lo cual prácticamente no está en dudas, ya que esta clase de tendencias, tal como vienen remarcándose ahora, no suelen modificarse en tan corto tiempo.
En cuanto a China, alcanzó en 2011 el 87% de la capacidad adquisitiva estadounidense y además creció de manera mucho más rápida que los Estados Unidos, que aún mantiene la conmoción que le significó la fuerte crisis de la burbuja inmobiliaria iniciada en 2008, que tuvo fuertes repercusiones en los países desarrollados. La recuperación económica y financiera estadounidense fue recuperándose pero muy lentamente, incluso con subas y bajas que hicieron de esa oscilación casi una costumbre, retardando el crecimiento y aumentando en cambio algunos fenómenos como la desocupación -casi desconocido en esa potencia- al igual que la suba de los niveles de pobreza.
China en tanto, con sólo incrementar su productividad y sostener el poder adquisitivo, continuó avanzando en su crecimiento, con una expansión tal que la ha puesto en el umbral de superar a Estados Unidos. Lo cual se producirá casi con seguridad a fines de este año o comienzos del próximo. Esa es la estimación efectuada por el Banco Mundial, una de las organizaciones financieras de mayor prestigio en ese sentido.
De todas maneras, y para evitar confusiones, el documento del Banco Mundial en el marco del International Comparison Program realizado recientemente, deja en claro que "Estados Unidos sigue siendo la mayor potencia económica del mundo, pero China le sigue muy de cerca en lo que respecta a la capacidad adquisitiva", formulando luego las estimaciones que de acuerdo a las velocidades expansivas de ambas potencias, es altamente factible que a fines de año China pase al primer lugar.
En la llamada paridad del poder adquisitivo se tiene en cuenta el costo de vida para establecer lo que los habitantes de un país pueden llegar a permitirse realmente. Por ejemplo, en muchos países industrializados occidentales los ingresos medios son más elevados que en los países emergentes, pero en estos los precios frecuentemente son más bajos, lo cual produce un equilibrio. Eso es lo que sucede entre China y Estados Unidos.
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