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Editorial Jueves 28 de Junio de 2012

Central deteriorado

Las reservas del BCRA están en retroceso, lo cual moviliza el proceso inflacionario y la depreciación de la moneda.

Redacción

Por Redacción

Cuando las cuentas públicas comienzan a flaquear, los problemas aparecen en todos los planos. Consecuencia de la fuerte emisión que hubo en los últimos tiempos, coincidente con el estancamiento del nivel de las reservas del Banco Central -aún cuando se haya continuado con la compra de dólares, pero sin el destino de ser acumulados sino destinados al pago de vencimientos e intereses de la deuda-, ya no se alcanza a cubrir la base monetaria, encontrándose las reservas internacionales 5.600 millones de dólares por debajo de los pesos que están en circulación y en las cuentas corrientes.

Esas reservas en baja, incluyen además los depósitos en divisa extranjera, debido a que los depositantes continúan con los retiros, ya que en medio del cepo dispuesto por el gobierno -que genera desconfianza-, se opta por tener los dólares fuera del sistema frente al temor que las restricciones lleguen también a los depósitos.

Las reservas que actualmente se encuentran en el orden de los 46.400 millones de dólares, ante la alternativa de excluir de las mismas los encajes de los bancos y las deudas propias del Central, se reducirían a 36.000 millones, y como de aquí a fin de año esas reservas serán usadas para afrontar el pago de intereses y vencimientos que suman unos 7.000 millones, si no se compran dólares para depositar efectivamente, la baja continuará muy vertiginosamente.

De todas maneras, cualquiera sea la circunstancia, las estimaciones que se hacen de parte de analistas económicos, y que se conocieron a través de un análisis con la firma de Ismael Bermúdez, es que en la segunda mitad de 2012 las reservas estarán en el orden bruto de 42.000 millones de dólares. Salvo, se deja aclarado, que el Central disponga tomar créditos en bancos donde tiene depósitos, dejando los mismos en carácter de garantía.

Todos los países de la región sudamericana han incrementado notablemente sus reservas estos últimos años, aprovechando la corriente favorable que ha tenido el comercio mundial para esta zona del mundo, valorizando como nunca los insumos básicos para la producción alimentaria, que es la mayor demanda desde largo tiempo. Sin embargo, una de las excepciones ha sido la Argentina, ya que como lo viene haciendo desde 2006, comenzó a utilizar reservas para cancelar los vencimientos de deuda, pudiéndose recordar por ejemplo, que en 2011 se extrajeron de las arcas del Central 9.625 millones de dólares con esa finalidad., a lo cual hubo que agregarle una importante fuga de capitales, muy por encima de la entrada de divisas por préstamos financieros y el comercio exterior.

Consecuencia de esos manejos, el año pasado las reservas se redujeron de 52.000 millones a 47.000, pero de todos modos seguían cubriendo la base monetaria, lo cual comenzó a perderse a fines de año cuando se abonó el cupón PBI, manteniéndose así desde entonces.

Cabe recordar que hasta comienzos de 2012 las reservas que excedían la base monetaria se denominaban "de libre disponibilidad", pero luego como consecuencia de la modificación introducida a la Carta Orgánica del Banco Central, esa cláusula fue eliminada para de tal manera dejar en libertad de acción al gobierno para poder seguir tomando recursos de la entidad monetaria, aún cuando no se cubriera con reservas el dinero nacional en circulación, en tanto desde octubre pasado se dispusieron las primeras restricciones a la circulación y comercialización de dólares, todo lo cual ha generado una situación que no hizo otra cosa que acrecentar la desconfianza y un mal clima de negocios.

Por la toma directa, préstamos  y adelantos transitorios, tanto para el pago de deuda como para cubrir baches fiscales, el Gobierno le adeuda al Banco Central unos 50.000 millones de dólares, lo cual deja visualizar que la mitad de los activos de la entidad están conformados por deudas del gobierno, que mantiene su déficit operativo, y que además ha recurrido a otros organismos, como los casos precisos de la ANSeS, PAMI y el Banco Nación.

Todo este panorama no hace otra cosa que profundizar el deterioro del Banco Central, alimentando las expectativas inflacionarias y la depreciación de la moneda, lo cual impacta muy fuerte en el comportamiento de todos los indicadores de la economía.

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