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Editorial Jueves 14 de Marzo de 2013

Campo preocupado

EDITORIAL

Redacción

Por Redacción

La reciente muestra Expoagro, realizada en la zona de Baradero en la provincia de Buenos Aires, dejó distintos aspectos para el análisis. Por un lado, volvió a mostrar todo el potencial del sector agropecuario, el cual más allá de las crisis y de la escasa receptividad que tiene de parte del gobierno nacional, continúa siendo el gran motorizador de la economía, en tanto que otra faceta importante que dejó como saldo, fue la preocupación que se vive en el sector, ya que después de 5 años del conflicto por la resolución 125 de las retenciones móviles, todo parece continuar igual. Aunque disimulados en algunos aspectos, las diferencias en lugar de irse subsanando, en cierta medida se agravaron. En realidad, y para decirlo de una manera que contemple todas las posibilidades, el campo no anda mal -gracias a los precios internacionales- pero podría ir muchísimo mejor, viéndose impedido de un avance más contundente debido a las políticas equivocadas, muchas veces denominadas "de distracción", que se han venido aplicando en estos últimos años.

Expoagro fue una caja de resonancia de toda esta situación, fuertemente conflictiva, de la cual pueden rescatarse algunos datos que son  realmente ejemplificadores, como por ejemplo recordar que en la campaña agrícola de 2007 se alcanzó una cosecha de 94 millones de tonelada, en tanto que 4 años después se logró sobrepasar los 100 millones de toneladas, quedando la sensación que todo estaba en favor de un enorme despegue, donde algunos cálculos -incluso desde el propio gobierno- hablaban de acercarse a los 150 millones de toneladas, aunque no pasó de una manifestación de optimismo, ya que este año apenas se estará en el orden de aquella mencionada campaña de 2006/07 con 94 millones. ¿Qué ha sucedido? en lugar del despegue la Argentina productiva se ha estancado, y como para agravar todavía más esta perspectiva, esta detención ocurre justamente cuando los precios en el mundo siguen manteniéndose en un excelente nivel. No sólo la soja vale más del doble que hace media docena de años, sino también la leche, la carne, el maíz y el trigo. Un dato: en 2005 la soja estaba en el orden de 214 dólares la tonelada, hoy oscila por sobre los 530 dólares.

De acuerdo con cálculos y estimaciones realizadas por expertos en el tema, de haberse aplicado las medidas apropiadas con el campo, de aquella cosecha de 94 millones de 2006/07, en este momento al menos se debería estar en 125 millones de toneladas, pero en cambio continuamos en 94. De haber ocurrido en realidad ese pronóstico, las arcas fiscales estarían ingresando unos 40.000 millones de dólares adicionales.

Como ejemplo lo tenemos a nuestro vecino Brasil, donde con el sector agropecuario se hizo exactamente todo al revés que aquí en la Argentina, pues en lugar de aplicarle impuestos y cada vez mayores limitaciones, se le dieron facilidades y ayudas, logrando en este momento cifras realmente altas, que superan largamente a nuestro país. No hace muchos años, en este rubro, Brasil ni siquiera se asemejaba a la Argentina.

Mucho de todo esto pudo apreciarse en Expoagro, una feria que muestra el presente pero que apunta hacia el futuro, exhibiendo un potencial realmente enorme, que nunca parece encontrar el momento oportuno para explotar del todo. Estos años han sido la prueba evidente, ya que como nunca antes los precios internacionales por los alimentos tienen una dimensión como en este momento. Todos nuestros países vecinos productores lo han aprovechado de manera mucho mejor que la nuestra, aún contando nosotros con la gran ventaja que es tener mano de obra altamente calificada en este sector, y además un avance tecnológico muy superior, pero así y todo no alcanzó para superar las barreras impuestas desde el gobierno. Decíamos que Brasil nos había superado, y por muchísima ventaja, pero también han avanzado más Uruguay y Paraguay, aún con sus limitaciones.

Un dato. En 2012 tuvimos una de las cifras más bajas de venta de carnes al exterior, con apenas 180.000 toneladas, constituyendo un punto culminante de un ciclo iniciado en 2006 cuando se dispuso el cierre de las exportaciones de carne, ingresándose en una sucesión de idas y vueltas con medidas restrictivas que terminaron por desfavorecer totalmente al sector, pasando la Argentina de ser uno de los principales proveedores de carne del mundo, a una posición impensada, detrás de países como Brasil y Uruguay.

 

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