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Editorial Jueves 12 de Abril de 2018

Brecha de ingresos

En los últimos 4 meses de 2017 se achicó la diferencia de ingresos entre más ricos y más pobres.

REDACCION

Por REDACCION

Llegar al objetivo de equilibrar justamente la distribución de la riqueza es más que complicado, presentando dificultades que a lo largo de los años no han podido superarse, consecuencia de una economía que va y viene, es decir, sin alcanzar la estabilidad necesaria para poder plasmar muchas de las metas relacionadas con el aspecto social. Sin embargo, el año pasado se consiguió avanzar en ese sentido, bajando de 19 a 17 veces la diferencia que separa la brecha de los que más ingresos tienen y los que menos.

Según el coeficiente Gini, un índice que justamente mide la desigualdad de los ingresos, la mejoría fue de 0,428 a 0,417, en concordancia con la evaluación de la distribución de ingresos de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC, correspondiente al cuarto trimestre de 2017.

De todas maneras, y tal como lo aclara el propio INDEC, esta medición registrada en los cuatro últimos meses del año anterior debe ser compara con iguales mediciones pero muy anteriores a 2016, ya que las mediciones del organismo asentadas entre 2007 y 2015 deben ser tomadas "con reservas", recordándose que fueron los años en los que el INDEC se desenvolvió bajo la intervención práctica de Guillermo Moreno, con una clara manipulación de la mayoría de los índices.

De acuerdo con este registro reciente del INDEC, se establece que el 10% más pobre de la población, es decir los que están en la base de la pirámide, dispone de 1.690 pesos por persona, en tanto que el 10% más rico que ocupa el pico de esa imaginaria figura, recibe 27.175 pesos, cifras estas que establecen que los de más abajo se quedan con el 1,8% de la "torta" y los que están en el extremo superior en cambio se apoderan del 31%. Si se dividen ambos porcentajes tenemos que la brecha entre los más ricos y los más pobres es de 17 veces, cantidad que bien debe considerarse muy amplia, pero que es menor a las 19 veces que se tenían de la última medición efectuada.

Los datos oficiales dicen también que el 10% más pobre cuenta con ingresos medios de 1.913 pesos en tanto el 10% más rico de 43.681 pesos, dejando aclarado el INDEC que tal estadística corresponde tanto a los laborales como a los no laborales, como así también a jubilaciones y pensiones, o también en el caso de subsidio, siendo en esta medición 23 veces la diferencia.

Avanzando en el análisis de las estadísticas del organismo oficial sobre el último cuatrimestre de 2017, tenemos también que las personas registradas o no ante la seguridad social, con proyección hacia todo el país, sería 9 millones y ganan menos de 12.000 pesos mensuales, teniendo una participación del 23,4% del total de los ingresos que se registran, mientras que la otra mitad se quedó con el 76,6 por ciento.

A medida que se ven descendiendo escalones la pirámide de ingresos se va tornando más reducida y desigual, ya que el 30% de los ocupados que integran 5,4 millones de personas cobra menos de 8.000 pesos, pero un escalón más abajo, el 20% o sea 3,6 millones de ocupados recibe menos de 6.000 pesos cada treinta días. Y la última franja del 10% cobra menos de 3.800 pesos, quedando claramente reflejado la acentuación de la diferencia.

En cuanto al total de ocupados en zonas urbanas serían 18 millones de personas en tal condición, incluyendo aquellos en relación de dependencia, cuentapropistas, profesionales y patrones, se encuentren o nó en la seguridad social. El ingreso promedio es de 14.646 pesos, debiéndose también recordar que hay 1,5 millón de desocupados.

Se mencionan varios factores para que se produzca esta desigualdad en los ingresos, entre ellos y principal que el 34,3% de los asalariados se encuentre no registrado, es decir, en negro, por lo tanto con ingresos reducidos y sin cobertura de seguridad social. De los que trabajan en negro, al menos la mitad cobre menos de 6.500 pesos mensuales.

El 30% más rico se queda con el 56,7% del total y el 30% más pobre con el 10,8%, recordándose que la mayor profundización de la desigualdad se produjo durante la hiperinflación, y de ahí en adelante costó muchísimo ir reduciendo la brecha.

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