Por REDACCION
La Argentina tiene en Brasil a su principal socio comercial, una relación sólida en términos de negocios y diplomáticos pero que ahora demuestra una inesperada flaqueza por la falta de sintonía entre los presidentes de ambos países que afortunadamente, al menos por ahora, está encapsulada en el microclima de la política. De todos modos, pese a cumplir un año en el poder el polémico jefe de Estado brasileño, Jair Bolsonaro, no abandona ni un poquito la incorrección política que no hacen otra cosa que profundizar grietas en su país, lo cual bien podría evitar en pos de una sociedad más armónica e incluida.
Otro de los antiguos aliados argentinos en la región, Venezuela, ya no es seductor para la Argentina. En su momento, la compatibilidad que floreció entre ambos gobiernos no solo fue ideológica sino también económica, pues nuestro país estaba en quiebra tras la crisis del 2001-2002 en tanto que la nación caribeña disfrutaba de una bonanza circunstancial a partir de los petrodólares. Bolivia, inmersa desde finales del año pasado en una profunda crisis más política que social o económica, mantiene una relación distante con la Casa Rosada por lo que Sudamérica ya no es lo que era para la Argentina al menos en la actualidad, mañana podrá ser diferente porque si hay algo que caracteriza a todo el subcontinente es la inestabilidad, en todo sentido, con la excepción de Uruguay.
En este contexto, Bolsonaro volvió a ganar espacios en la prensa argentina por declaraciones que hacen referencia a la política argentina. En tal sentido, pidió que no lo "agredan" en las redes sociales, al considerar que eso le pasó al ex mandatario argentino Mauricio Macri y después "volvió el grupo de los Kirchner". En un mensaje difundido en su cuenta de Facebook, Bolsonaro se comparó con Macri y reiteró sus críticas a las políticas del gobierno de Alberto Fernández. "Les pido que no me agredan en las redes. El pueblo argentino trató a Macri en forma semejante y volvió el grupo de los Kirchner", enfatizó el presidente brasileño. Lo hizo después de que sectores que apoyan a su gobierno lo criticaran por una propuesta de cambios en la cartera de Seguridad.
En tanto, luego de algunas señales de distensión en la relación con Argentina, Bolsonaro volvió a apuntar contra la administración de Fernández en otro posteo. El mandatario del país vecino citó una nota del diario El Cronista sobre supuestos cambios en las cúpulas militares argentinas. "El presidente argentino Alberto Fernández y su vice, Cristina Kirchner, están preparando un proyecto para retirar de los comandantes militares el poder decisivo en asuntos internos de las fuerzas", señaló el brasileño. Al respecto, sostuvo que "promociones, movimientos y designaciones no serán más hechas por los jefes, dejando a los militares sumisos a las voluntades políticas e ideológicas del gobierno". Al respecto, consideró que "no podemos olvidar que eso es lo que hizo Venezuela, y esa fue una falla apuntada por el PT (Partido de los Trabajadores) por no haber obtenido el control de las Fuerzas Armadas en Brasil".
El presidente de Brasil acumula otras groserías discursivas que lo alejan de ser un estadista. La semana pasada afirmó que los indígenas de su país están "evolucionando" para convertirse en seres humanos, una declaración que le valió una denuncia penal por racismo por parte de las asociaciones de los pueblos originarios brasileños. "Con seguridad el indígena ha cambiado, evolucionó, cada vez más el indígena es un ser humano igual a nosotros", dijo Bolsonaro el jueves, durante un video en vivo por la plataforma Facebook. Y continuó al sostener que su gobierno "hace que el indígena cada vez se integre a la sociedad y sea realmente dueño de su tierra indígena. Es eso lo que queremos". De este modo, defendió su visión sobre las reservas indígenas para que sean usadas en la selva amazónica para la agricultura y la exploración minera, algo que está prohibido actualmente por la Constitución. Pero hay excepciones que permiten apenas a los indígenas, para sobrevivencia, realizar actividades económicas básicas, como la agricultura familiar.
En cuanto a Venezuela, en 2019 la cantidad de manifestaciones de protesta fue la más alta desde que se llevan registros por tercer año consecutivo y superó en más de dos tercios a la de hace dos años, según una ONG especializada. El año pasado hubo en todo el país 16.739 protestas, 31,65% más que las 12.715 computadas en 2018 y 71,03% más que las 9.787 de 2017, de acuerdo con el informe anual del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social. La mayoría de las protestas (58%) se relacionaron con reivindicaciones de derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, mientras las demandas por derechos civiles y políticos aumentaron de 11% del total en 2018 a 42% en 2019, según el trabajo, divulgado por la institución en internet y redes sociales.
Las consecuencias de esta dramática situación venezolana está a la vista, con millones de hogares sumidos en la pobreza extrema y millones de personas que han emigrado para resignificar el sentido de su futuro.
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