Por REDACCION
Siempre se dice que luego un hecho negativo sobreviene otro positivo en orden a subsanar el mal cometido. Esto viene a cuento para destacar que el Vaticano comunicó que no hay ningún obstáculo para comenzar la investigación diocesana que intentará reconocer el martirio de monseñor Enrique Angelelli, asesinado por la última dictadura el 4 de agosto de 1976, según informó el obispo de La Rioja, Marcelo Colombo. Se trata de la causa de beatificación por martirio in odium fidei (en el odio de la fe).
Al respecto, el obispo riojano recibió una carta del cardenal Angelo, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en la que se notificaba la inexistencia de obstáculos para que la diócesis comience la instrucción de la causa para la beatificación y declaración del martirio de Angelelli, ex obispo de La Rioja.
“Esto significa que en pocos días podremos continuar con los pasos procesales indicados en las leyes de la Iglesia”, explicó monseñor Colombo. El obispo diocesano celebró esta noticia y destacó el cierre de la etapa diocesana de investigación sobre el martirio de los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longuevile, y del laico Wenceslao Pedernera, que se realizará oficialmente este viernes 15 de mayo.
Colombo invitó a comprometer la oración para la glorificación de estos hombres que recorrieron los llanos riojanos y renovó el llamado a ser discípulos y misioneros del Reino de Dios en La Rioja. El obispo riojano señaló que viajará a El Salvador para participar de la ceremonia de beatificación de monseñor Óscar Arnulfo Romero (asesinado el 24 de marzo de 1980) que será el 23 de mayo y, posteriormente, visitará la Santa Sede para llevar los informes recabados en la causa de los “mártires de Chamical”.
El pedido formal de apertura de la causa había sido hecho el 7 de enero por el propio Colombo. El 21 de abril pasado el Vaticano dio su visto bueno, según reveló el diario Avvenire de la Conferencia Episcopal Italiana.
El 4 de julio de 2014, el ex comandante del Tercer Cuerpo del Ejército Luciano Benjamín Menéndez y el ex comodoro Luis Fernando Estrella fueron condenados a prisión perpetua por el asesinato de Angelelli, hecho que durante la dictadura se quiso hacer pasar por un accidente, publicó Elisabetta Piqué en diario La Nación.
La investigación judicial recibió impulso del papa Francisco, que envió dos documentos secretos que resultaron un significativo aporte a la causa. Uno de los documentos es una carta de Angelelli al entonces nuncio apostólico Pío Laghi, en la que advertía que estaba siendo amenazado, y otro con el relato detallado del asesinato, el 18 de julio de 1976, de dos curas muy próximos al obispo, los citados Murias y Longueville.
Angelelli fue el primer obispo asesinado de las dictaduras que surgieron en América latina en los años 70, como el mencionado Romero, obispo de San Salvador. Hijo de inmigrantes italianos, Angelelli había participado en el Concilio Vaticano II (1962-65) y había sido designado por el papa Pablo VI como obispo de La Rioja, una de las provincias más pobres del país.
Bergoglio había estado en La Rioja el 13 de junio de 1973, con otros sacerdotes jesuitas, el mismo día en que Angelelli fue apedreado en Anillaco. Al día siguiente, el obispo les predicó un retiro espiritual y el actual Papa percibió a "un pastor que dialogaba con su pueblo", como dijo en 2006.
Dos meses después, acompañó al padre Pedro Arrupe, superior general de los jesuitas, quien al ver la obra del obispo y el contexto político y social en que se desenvolvía, dijo: "Esto es lo que quiere la Iglesia desde el Concilio Vaticano II".
En agosto de 2006, a 30 años de la muerte de Angelelli, el entonces cardenal Bergoglio presidió una misa en La Rioja y revalorizó la vida del pastor riojano y las circunstancias de su muerte, desdibujando de esa manera la teoría del accidente automovilístico.
"Fue testigo de la fe derramando su sangre. Ese día alguno se puso contento. Creyó que era su triunfo, pero fue la derrota de los adversarios", dijo, en una homilía en la que destacó el "coraje y aguante apostólico para sobrellevar las dificultades de la predicación del Evangelio".
Bergoglio reivindicó también a los sacerdotes Murias y Longueville, asesinados el 18 de julio de 1976 en Chamical, y al laico Pedernera, ultimado una semana después. "Dieron su sangre para la Iglesia", testimonió, en momentos en que la Iglesia no había dado pasos para exigir el esclarecimiento de lo sucedido.
A decir verdad, esa homilía constituyó un quiebre y coincidió con la reapertura del proceso judicial, tras la nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final en 2003.
El caso de Angelelli hace recordar lo que padeció Vicente Zazpe cuando era arzobispo de Santa Fe en 1982, mientras viajaba por la ruta 19 le pegaron un golpe en la parte trasera del auto que le produjo secuelas graves en la cabeza y falleció dos años después...
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