Por Redacción
El último mes del año pasado, en materia de comercio exterior, arrojó como saldo final 4.591 millones de dólares de exportaciones -con crecimiento de 34% interanual-, mientras que las importaciones ascendieron a 4.526 millones -con baja de 0,2%- , quedando en consecuencia un saldo favorable de 65 millones de dólares, recordándose que en diciembre de 2015 ese gráfico había sido un déficit de 1.091 millones.
De tal manera la balanza comercial de 2016 fue superavitaria en 2.128 millones de dólares, revirtiendo de tal manera el rojo de 2015 de 2.696 millones. En cifras globales, el año pasado las ventas al exterior ascendieron a 57.737 millones de la divisa estadounidense, en tanto las compras resultaron 55.610 millones.
Hasta aquí los números, que sin dudas son irrefutables y arrojan una sensible mejoría sobre el año precedente -último del gobierno kirchnerista-, pero se requiere un análisis algo más profundo para ver cómo se revirtió la situación negativa anterior, no siendo con mayor producción pues las ventas totales al exterior apenas sumaron una diferencia positiva de 1,7%, sino que en cambio se sostuvo la performance con la fuerte baja de las importaciones, que registraron una merma de 6,9%, que en dinero constituyó una baja de 4.100 millones de dólares. Fue por eso en consecuencia, esta mejoría en la balanza comercial, con impacto central de la recesión, permitiendo llegar a esta superávit final de 2.128 millones de dólares.
¿A quiénes vendemos y a quiénes compramos? Pues las principales exportaciones fueron a Brasil, China, Estados Unidos, Vietnam, Chile, India, Egipto y España, quienes explicaron el 49,6% del total de las ventas, en tanto que las importaciones se hicieron con elementos de origen en Brasil, China, Estados Unidos -los tres en igual orden de las ventas-, Alemania, México, Francia e Italia, conjunto que explicó el 69,9% de las compras en el exterior.
¿Con quiénes ganamos y con quiénes perdimos en 2016? Por cierto el comercio internacional es un permanente sube y baja, en el cual influyen decididamente los precios, las oscilantes condiciones políticas, e incluso las catástrofes naturales -sequías e inundaciones- que determinan el volumen de las cosechas, además de algunos otros factores de menor significación pero que en el conjunto suelen acrecentar algunos de esos impactos. Comercialmente el año pasado la Argentina se vio beneficiada con el grupo ASEAN (Asociación Naciones del Sudeste Asiático) con diferencia a favor de 3.470 millones de dólares, con el Magreb -voz árabe que significa "donde se pone el sol"- que agrupa a países del norte de Africa, al que se le agrega Egipto, con 3.351 millones, Chile que dejó un margen favorable a nuestro país de 1.608 millones, y la India con 1.515 millones. En cambio perdimos con China con un intercambio que nos es desfavorable en 5.823 millones, con el Mercosur (Brasil el mayoritario) por 3.074, el NAFTA (tratado de libre comercio de América del Norte integrado por Estados Unidos, Canadá y México, que puede quedar desarticulado por decisión del presidente Donald Trump) con 2.703 millones, y la Unión Europea con desventaja de 1.356 millones de dólares.
Algunos de los principales datos sobre nuestro comercio exterior dan cuenta que las exportaciones de productos primarios aumentaron 17,7% el año pasado con monto de 15.645 millones, las de manufacturas de origen agropecuario apenas subieron 0,2% aunque explicando 23.339 millones de dólares, en tanto que combustibles y energía cayeron 11,5% significando 1.992 millones, al igual que las manufacturas industriales también con caída de 6,6% y 16.762 millones. En cuanto a las importaciones, las de combustibles y lubricantes se redujeron 30,7% con 4.739 millones, los bienes intermedios 14,4% sumando 15.476 millones, las piezas y accesorios para bienes de capital 10,8% con 11.302 millones, subiendo en cambio las vinculaciones con vehículos de automotores de pasajeros un 33,5% y 4.468 millones, los bienes de consumo 9,1% y 7.339 millones, y finalmente los bienes de capital 2,2% y 12.014 millones de dólares. Las compras se redujeron 4.147 millones de dólares y ahí estuvo la explicación del superávit.
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