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Editorial Domingo 22 de Enero de 2012

Autovía en la 34

La cantidad de vidas que cobra la ruta 34 es una razón más que incuestionable para reclamar con urgencia la obra de autovía en esa carretera.

Redacción

Por Redacción

La posibilidad de transformar a la ruta nacional 34 en autovía, que en realidad debería ser una aspiración para toda su traza entre Rosario y la jujeña Salvador Mazza, pero que por ahora está enfocada en algunos sectores de nuestra Provincia -que son justamente los más transitados- es una necesidad, que cada día que pasa, y al sumarse nuevos accidentes con víctimas fatales, adquiere características impostergables. No existe otra calificación para una obra que se viene postergando, como desde hace tantos años, y que cada vez cuesta más vidas humanas.

Es que transitar por una cinta asfáltica tan angosta, con vehículos cada vez más veloces, y camiones que son verdaderas moles en movimiento, además con deficiencias en la capa asfáltica, banquinas en malas condiciones, deficiente señalización y sectores de evidentes dificultades visuales, es poco menos que transformar el escenario en una verdadera ruleta rusa para quienes circulan por la misma. Lo hemos dicho una y mil veces, pero no declinaremos en un objetivo por el cual ya se expusieron todas las argumentaciones posibles, pero que aún sigue esperando, en una demora incomprensible, pues se trata de una ruta troncal, denominada "de la producción", ya que el Norte argentino descarga por aquí gran parte de su potencial productivo, pero además una vía de comunicación utilizada por los automovilistas, especialmente en este tiempo de verano, donde muchas vacaciones se transforman en dolorosas e irreparables tragedias.

Tantas gestiones hubo, que ya hemos perdido la cuenta, incluso con disputas políticas entre funcionarios y legisladores de distintos signos partidarios que pujaron por ver quién tomaba la delantera en la iniciativa, aunque una y otra vez coronada por el fracaso. Se dijo estar muy cerca, con proyecto elaborado y todo -incluyendo la "variante Rafaela" que es nada menos que una Circunvalación por el Oeste desde la estación del INTA en el Norte hasta la estación del ACA en el Sur-, pero siempre fue apareciendo alguna nueva demora, algo que postergaba esta obra, mientras observamos cómo otras van tomando forma y algunas ya en uso, caso concreto de la vecina autovía sobre la ruta 19 que ya se extiende desde Santo Tomé a San Francisco.

Hacer más historiación no tiene demasiado sostén, aunque recordarlo casi como una historia de frustraciones lleve implícito el sentido de la rebeldía, como para fogonear nuevamente a toda la clase política de la región, para cobrar bríos y entusiasmo por esta obra, que reclamamos desde Rafaela, pero que es para toda una amplísima región y beneficiaria para la producción del Norte que va en búsqueda de las grandes urbes y de los puertos.

Tal vez, para quienes no lo recuerden, digamos que esta iniciativa tiene un proyecto inicial desde Rosario a Sunchales, y que luego de sostenidas pujas se llegó a la conclusión inicial de realizar en primer lugar la obra en el tramo que va desde Angélica a Sunchales y que incluye como eje central a Rafaela en el medio, con lo cual quedaría luego para su segunda etapa el tramo que une a Rosario y Angélica. Aunque claro, todo sigue siendo por ahora una suma de promesas y de proyectos que no terminan por cristalizarse, aunque ello no fue óbice para que también a este proyecto se sumen en el interés desde la ciudad de Ceres, para que la autovía -en caso de alguna vez comenzar a concretarse- llegue hasta esa ciudad del Norte santafesino, si bien, lo reiteramos, lo ideal sería que toda su traza hasta Salvador Mazza en la provincia de Jujuy, donde concluye la ruta 34, fuese convertida en autovía. Es lo menos que puede aspirarse en una Argentina que viene creciendo económicamente desde hace casi 9 años, prácticamente sin interrupciones, para llegar de esa manera a contar con una red troncal de autopistas u autovías que permitan el enlace de los cuatro puntos cardinales de nuestra geografía, y especialmente, la conexión de los grandes conglomerados urbanos.

Sostienen estadísticas, que el tramo entre Sunchales y Angélica es el de mayor tránsito, y de ahí que podría definirse el comienzo de la obra. Por citar un caso, digamos que en una sola jornada pasan unos 8.000 vehículos por el tramo refuncionalizado de 8,4 kilómetros que atraviesa nuestra ciudad, de los cuales 3.500 son camiones y colectivos, es decir, vehículos pesados. La necesidad, es más que evidente.

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