Asunciones y discursos

El pasado fin de semana asumieron Cristina Kirchner, Antonio Bonfatti y Luis Castellano. En el caso de la Presidenta, se trata de su segundo mandato consecutivo, mientras que es la primera vez al frente del Poder Ejecutivo tanto para el ex ministro santafesino como para el ex concejal rafaelino. Pero además de esta cuestión, hay otra en la que las tres autoridades se han diferenciado: los discursos de asunción.

Cristina Kirchner fue la primera en jurar. El sábado al mediodía, en el Congreso y ante la Asamblea Legislativa, la mandataria construyó un extenso mensaje, en el que sobresalió la fuerte advertencia realizada a la CGT, la crítica a las “corporaciones”, los pedidos a la Justicia para que acelere las causas relacionadas con los Derechos Humanos, y a diputados y senadores para que traten leyes de suma importancia para su Gobierno, y el anuncio de la creación de un súper secretaría de Comercio, que abarcará tanto el comercio exterior como el interior y estaría a cargo del polémico Guillermo Moreno.

Pero más allá de esos temas, el discurso de la Presidenta estuvo impregnado del pasado. Y es que la titular del Ejecutivo Nacional destinó la mayor parte del tiempo a repasar datos estadísticos y cifras económicas vinculadas con su primera gestión. También dedicó varios minutos a contrastar a través de números la realidad de 2003, cuando asumió su difunto esposo Néstor Kirchner, con la actual, con el propósito de dejar en evidencia lo buenos que han sido para el país los últimos ocho años de gestión kirchnerista.

Un día después, a varios cientos de kilómetros del Congreso y la Casa Rosada, Antonio Bonfatti asumió como gobernador de Santa Fe. El ex ministro de Gobierno tampoco evitó reseñar los primeros cuatro años de gobierno socialista, resaltando la figura del ex mandatario y líder político del Frente Amplio Progresista, Hermes Binner. Pero, a diferencia de Cristina, destinó más tiempo al futuro.

De hecho, Bonfatti comenzó su alocución asegurando que buscará “la profundización del cambio” iniciado por su antecesor. Y, conciente que tendrá una dura puja con un parlamento opositor –algo que no sufrirá Cristina-, no tardó en convocar a los legisladores a encontrar “los consensos necesarios para que Santa Fe sea un ejemplo nacional de convivencia política".

Pero además, el flamante gobernador realizó varios anuncios, como la conformación de un “Consejo Económico, Social y Político”, la creación de las secretarías de Energía y Hábitat, y reiteró su pedido de una “reforma constitucional que refleje lo que los santafesinos somos hoy".

Casi al mismo tiempo que Bonfatti, pero 100 kilómetros al oeste de la capital provincial Luis Castellano asumió como Intendente de Rafaela. Al igual que en el caso del gobernador santafesino, el ex concejal de la ciudad tuvo elogiosas palabras para sus padres políticos, pero su discurso estuvo plagado de anuncios y medidas.

Tras destacar los valores de “honestidad, humildad, contracción al trabajo y apertura al diálogo” como pilares de su futura gestión, prometió “500 soluciones habitacionales”, además de nuevos loteos. Y adelantó obras de pavimento e iluminación, mayor inversión en espacios verdes, y la aceleración de las tareas de readoquinado.

También anunció la realización de una campaña de concientización y prevención vinculada al tránsito, el inicio de la obra del Viejo Mercado, la licitación de la construcción del Centro de Monitoreo. Todos estos anuncios, según propias palabras del Intendente, comenzarían a plasmarse a fin de este año y durante todo el 2012.

Por último, Castellano fijó la posición que asumirá ante los gobiernos provincial y nacional, al asegurar que “creemos en la articulación público-privada como un principio que forma parte de la cultura cívica de Rafaela y que está presente en sus mejores realizaciones, aunque también admitimos que debemos mejorar mucho en la articulación de lo público con lo público”, agregando que la Municipalidad deberá “operar en un sentido positivo en su relación con el Estado provincial y Nacional”.

Tres asunciones. Tres mensajes. Uno de ellos, el de Cristina, desafiante hacia ciertos sectores y con algunos anuncios, pero fundamentalmente anclado en lo realizado años atrás. Los otros dos, el de Bonfatti y el de Castellano, repasando el pasado pero con la vista puesta en el futuro, seguramente influidos por el hecho, no menor, de que se trata, en ambos casos, de la primera vez al frente de un Poder Ejecutivo. El tiempo dirá si esta diferencia se cristaliza en el accionar gubernamental, o si es apenas un detalle que se perderá con el paso del tiempo.