Alerta de plagas

Hace poco tiempo, Brasil rechazó importantes envíos de peras y manzanas procedentes de nuestro país, como consecuencia de haber constatado un deficiente estado de esos productos, exportados desde el Alto Valle de Río Negro.

La rápida intervención de diferentes organismos nacionales y la muy buena predisposición del Ministerio de Agricultura del vecino país, le pudieron encontrar una solución al conflicto y hoy están normalizados los envíos a un socio estratégico fundamental en las transacciones comerciales.

Fue un llamado de atención para el sector frutícula y en especial para quienes producen esas variedades, de excelente calidad y óptima aceptación en el exterior, más allá de ser los brasileros quienes son los mayores compradores.

Lamentablemente, en los últimos días se encendió otra luz de alarma, que reclama una particular atención, por tratarse, nada menos, que de la soja y el maíz.

Ya se conocieron las primeras opiniones de los analistas en esta materia, quienes recomendaron estar atentos frente a los eventuales ataques de las orugas y de las chinches, justamente en la etapa final de la producción.

En ese sentido, se destacó que luego de de tres años sin ataques de plagas, la preocupación hoy es inevitable, especialmente por haberse constatado una presencia importante de las orugas en el cultivo de soja y si bien es cierto no todas han marcado una fuerte incidencia, sí obligaron a los productores a dedicarles un tiempo extra a los monitoreos para tener precisiones sobre la incidencia que puedan tener las plagas en cada lote.

Los profesionales manifestaron que las orugas son las más preocupantes, de manera específica, en la soja. Y en ese sentido ya dieron a conocer algunas recomendaciones, que apuntan a la utilización de feromonas que capturan a orugas adultas de ciertas especies.

Ese tratamiento, se sugiere, tiene que complementarse con una red de trampas de luz, para que el resultado sea más eficiente.

Se especula, siempre de acuerdo a lo señalado por los especialistas, que los ataques más fuertes de orugas se estarían dando en los próximos 10 días, motivo por el cual se reclama a los productores la aplicación de diferentes tratamientos, como para garantizar la buena salud de la oleaginosa.

Advierten, paralelamente, que las orugas no solamente comen hojas, sino también granos, constituyéndose, de tal manera, en una de las plagas más temibles.

Profundizando sobre el tema, los ingenieros agrónomos consultados, ven al menos dos especies de orugas que merecerán un control extremo para que el daño que puedan ocasionar no sea tan significativa.

La más importante de esas variedades es la llamada Anticarcia, que debe ser combatida por los productores antes de ocasionar daños irreparables en los cultivos.

También se pudo constatar, en el caso de las sojas transgénicas, que podrían aparecer otras plagas menores, pero de todos modos inquietantes, porque ingresan progresiva y silenciosamente en los cultivos, aunque los daños que ocasionan no son tan fuerte, pero sí reclaman una vigilancia permanente.

La otra oruga desfoliadora a la que deben tener bien presente los asesores y productores es la Spodóptera Cosmioides, que se vio caer en las trampas de forma sostenida, lo que habla a las claras del buen comportamiento de los productos que se utilizan para combatirlas.

Este año, como consecuencia del importante nivel de lluvias las plantas han producido un importante follaje, situación que podría atenuar el consumo de hoja, que por esas circunstancias no sería tan importante.

Las orugas, indudablemente la plaga que más daño ocasiona en la soja, come granos, que es lo mismo que decir que atentan contra un mejor rendimiento, algo que se ve claramente reflejado en una menor cantidad de quintales.

En cuanto al ataque de las chinches, se admitió que la magnitud no es tan significativa como en algún momento se especuló, pero de cualquier modo, también se deberán tomar las debidas precauciones para evitar en ese caso males mayores, que puedan atentar directamente contra los intereses de los productores.

Otro tema que no es menos preocupante es el de la miel, ya que peligran los envíos a Brasil tras haberse detectado la presencia de una plaga endémica en dos cargamentos, uno de los cuales debió ser reimportado a la Argentina.

Se trata del bacilo Paenibacillus Larvae, que afecta a las larvas de las abejas, pero no al consumo humano y que se identifica como la enfermedad Loque Americana.

Tras haberse concretado la venta de cinco contenedores con miel envasada al vecino país, las autoridades brasileras del equivalente del Departamento de Inspección de Productos de Origen Animal -similar al Senasa argentino- han encontrado la plaga en dos lotes de dichos envíos.

Mientras se suceden estas dificultades, vale la pena recordar que en junio del año pasado, Argentina y Brasil, tras una década de negociaciones firmaron un acuerdo sanitario para que comenzara la exportación de la miel nacional al vecino país.