Por REDACCION
El impacto inédito que causa la pandemia de coronavirus en el mercado laboral podría dejar sin empleo a 41 millones de personas en los países de América Latina y el Caribe, según las proyecciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La entidad alertó que el aumento de la desocupación será de 4 a 5 puntos porcentuales y causará un aumento de la desigualdad y la pobreza en la región, además de remarcar que "si la crisis continúa profundizándose, la situación podría empeorar" a tasas de desempleo incluso más altas que las previstas.
Al respecto, Vinícius Pinheiro, el director de la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe, advirtió que "ese aumento sin precedentes en la tasa de desocupación regional repercutirá sobre la estabilidad económica y social de nuestros países".
La tasa de desocupación promedio de la región era de 8,1% a fines de 2019, por lo que con el aumento proyectado por la OIT podría trepar a un nivel entre el 12% y el 13%, conforme con lo señalado por la Oficina Regional en el trabajo titulado Panorama Laboral en tiempos de la Covid-19: Impactos en el mercado de trabajo y los ingresos.
El informe recopila las medidas tomadas por los países del subcontinente, entre ellos las aplicadas en la Argentina, de la que también rescata los acuerdos sectoriales entre empresarios y gremios para atenuar el impacto laboral, económico y social de la pandemia.
Asimismo, se vale de los pronósticos de caída de la economía global del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, para llegar a la conclusión que, en caso de cumplirse, la desocupación a nivel mundial se ubicaría en torno del 13%.
"En términos absolutos, esas tasas implican un aumento en el número de personas que buscan empleo y no lo consiguen de 26 millones antes de la pandemia, a unos 41 millones en 2020", comentaron los especialistas en una presentación virtual de las principales conclusiones de la investigación.
En ese aspecto, también se puntualizó el deterioro de la calidad de los puestos de trabajo, así como la reducción de los ingresos de los trabajadores y de los hogares, que acarreará un incremento de la desocupación de tales magnitudes.
Al respecto, Pinheiro se refirió a "la velocidad del impacto que se ha traducido en un colapso inmediato de los ingresos laborales y familiares de un conjunto muy amplio de la población, que puede amplificar las desigualdades sociales, dado que los ingresos laborales en promedio aportan alrededor del 80 por ciento de los ingresos totales familiares en la región".
En el documento se explica que cerca de un 40 por ciento del total del empleo en América Latina y el Caribe se desarrolla en sectores económicos de alto riesgo frente a la crisis detonada por la pandemia, mientras que un 17% lo hace en sectores de riesgo medio-alto.
En ese sentido, se puntualizó que alrededor del 60 por ciento de los ocupados en América Latina y el Caribe se encuentran expuestos a significativas pérdidas de empleo, de horas trabajadas y de ingresos laborales.
Algunos de los sectores de actividad de alto riesgo como, por ejemplo, servicios de alojamiento o de comidas, al igual que el comercio, son mano de obra intensivos, especialmente de aquella con menores niveles de calificación.
En el otro extremo, apenas un 20 por ciento de los trabajadores desarrolla actividades de bajo riesgo, como la administración pública y los servicios de educación y de salud.
La economía se verá resentida en todos los sectores, algunos sentirán el impacto con mayor fuerza y otros quizás no tanto, pero los puestos laborales que en uno u otro caso se perderán, serán muy significativos.
En las actuales circunstancias, se sigue privilegiando el tema de salud, porque se quiere evitar el crecimiento de muertes y contagios, particularmente, en las naciones más afectadas, como Estados Unidos y Brasil, que encabezan esas tristes estadísticas.
Económicamente, los dos países están en condiciones de recuperarse, al menos, en un plazo relativamente mediano, pero en otros casos, las dificultades serán mayores.
Tanto en América Latina como en el Caribe, existen países que estaban sumidos en la pobreza antes de la pandemia. Esos deberán pagar un costo más alto por el devastador avance del Covid-19.
Argentina, que en materia sanitaria tuvo más aciertos que errores, el tema de la economía también preocupa a varios sectores productivos que desde hace más de un centenar de días no pueden generar recursos a raíz de la reiteración de las cuarentenas que limitan sus actividades.
A la caída que se advierten en las mediciones, hay que agregarle el cierre de un elevado número de comercios y de empresas, que difícilmente puedan reabrir sus puertas cuando se recupere la normalidad.
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