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Editorial Domingo 23 de Diciembre de 2012

Agua y emergencia

La falta de generadores en los pozos, deja a Rafaela sin agua en casos de cortes en la provisión de energía.

Redacción

Por Redacción

Además de la habitual escasez de agua potable que viene padeciendo Rafaela todos los veranos, ya que la provisión del acueducto que viene desde la zona de captación en Esperanza no alcanza para abastecer la demanda, incluso tampoco se llega a esa meta con la asistencia de la planta de ósmosis inversa, se debieron soportar -al menos hasta la semana pasada- cortes directos de la distribución por inconvenientes en la recepción de energía eléctrica, derivados por interrupciones producidas por tormentas u otras causas naturales. Y hablamos en tiempo pasado, pues debido a la aludida emergencia y al fuerte reclamo desde el municipio, finalmente la empresa acuífera santafesina reaccionó de una vez por todas, asistiendo con grupos electrógenos  a los pozos de captación. Al menos, uno de los problemas, queda solucionado.

Esta clase de reclamos se habían formulado en diversas ocasiones de ocurrir inconvenientes de este tipo, pero nunca se había conseguido demasiado éxito, proveyéndose sólo algunos generadores, lo cual ahora cambió totalmente pues serán asistidos los 21 pozos de captación y las 2 estaciones de rebombeo, cuando sea necesario. Faltaban 9 generadores, y ahora se contará con ellos, tras la decisión de alquilar los mismos y dejarlos en disponibilidad para cuando la ocasión lo requiera. Un avance, pequeño si lo dimensionamos con la magnitud del problema, pero avance al fin. 

Que la mayor cantidad que se necesita sea un problema, es cierto, pero tiene como exclusiva solución un nuevo acueducto, una obra de enorme inversión que, es verdad, podría encontrarse en estado mucho más avanzado pero recién está en sus inicios en la planta de toma de agua en Desvío Arijón para luego encarar una primera etapa que llegará a Santo Tomé con plazo de unos 4 años, y otro tanto para luego encarar la segunda etapa que llegará a Rafaela. Conclusión: ni pensar en una solución total al problema del agua por varios años, al menos que se revierta la situación financiera o se obtenga un préstamo internacional -tal como está gestionado- para acelerar los trabajos.

La demora por el acueducto es responsabilidad de todos los últimos gobiernos de la provincia, durante muchos años justicialistas y ahora socialistas, mezclándose intereses políticos con los de la gente, que no hicieron otra cosa que postergar una obra imprescindible como el acueducto, que no es sólo para Rafaela, sino para abastecer a 90 localidades y cerca de un millón de personas, y que debió tener la mayor atención de parte de los gobernantes, en algo esencial para el desarrollo humano como es el agua potable y los servicios sanitarios. Nada menos, que la salud de por medio.

El acueducto que es la solución integral, lentamente, pero está en marcha, y se sabe que por la magnitud de la obra no puede surgir de la noche a la mañana, al margen de los inconvenientes apuntados que lo fueron postergando. En cambio con esto de los generadores de energía para cubrir las emergencias, se actuó ahora con rapidez frente al reclamo, aunque la postergación venía desde hace tantos años, no sólo ante el actual gobierno socialista, sino también ante los justicialistas. Y aquí lo que debe rescatarse, más allá de todo, es haber alcanzado este logro que evitará, al menos, problemas de estas características, derivadas cuando la EPE se ve impedida de abastecer la energía para que los pozos puedan continuar trabajando y enviando agua a nuestra ciudad.

"Rafaela tiene sed" fue el eslogan que se utilizó para la movida en la década del ´70 cuando un calificado grupo de dirigentes de la época, con el aval de las instituciones intermedias, puso en marcha la campaña por la necesidad del acueducto desde Esperanza, finalmente concretado y que sigue siendo útil hasta ahora, pero insuficiente. El acueducto provee 1.250 m3/hora y la planta de ósmosis 200 m3/hora, existiendo la posibilidad de agregar otra igual a fines de marzo, pero en pleno verano, en los momentos de máximo consumo la demanda llega a ser de 1.800 m3/hora. Los números no engañan. Con los grupos electrógenos dimos un paso adelante, pronto daremos otro con un segundo módulo de la planta de ósmosis inversa, quedando luego el gran y definitivo paso: el acueducto.

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