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Editorial Sábado 16 de Marzo de 2019

Agresiones a la prensa

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REDACCION

Por REDACCION

A esta altura nadie discute que en toda democracia moderna, el rol de la prensa es considerado vital aunque por su propia dinámica no escapa a las tensiones sociales que puedan registrarse. Por tanto, el ejercicio del periodismo puede tornarse riesgoso en determinados contextos. El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), que nació en 2002 como un espacio de reflexión, diálogo y promoción de la actividad, pretende contribuir a mejorar la calidad de la profesión a través de la capacitación, la elevación de los estándares éticos y la defensa de la libertad de expresión.

Con más de 500 socios de todo el país, FOPEA inició en el año 2008 el Monitoreo de Libertad de Expresión con el fin de detectar las limitaciones a la libertad de expresión desde aquellas directas y evidentes (agresiones físicas, amenazas, etc.), como así también las más sutiles. Entre sus áreas de trabajo busca analizar e intervenir ante ataques a la libertad de expresión y asistir a quienes sean víctimas de diferentes tipos de censura.

Asimismo, la entidad es consciente de que muchos casos en los que los periodistas que son víctimas de ataques a la libertad de expresión por parte de gobiernos, organizaciones o privados, no son difundidos precisamente por temor a represalias comerciales, laborales o físicas. Ayudar a vencer esas barreras es un objetivo central del Monitoreo, un programa de carácter federal que busca atender casos que ocurren en las grandes ciudades y en los pueblos pequeños de todo el país.

Esta semana, FOPEA divulgó el Monitoreo 2018, el décimo registro continuo y comparado de los ataques a la libertad de expresión en la Argentina. Para esta entidad, defender la libertad de expresión de los periodistas es defender el derecho de cada argentino de estar correctamente informado. Mediante un rápido repaso se desprende que Ecuador es el país donde más casos de agresiones a la prensa se registraron en los últimos tres meses del 2018: 23. Le sigue Argentina con 14, luego Honduras con 13, Venezuela con 10, Bolivia con 9, Perú con 6 y Uruguay con 4. Cifras que demuestran a las claras que si bien no somos el país con mayor cantidad de agresiones a la prensa, estamos muy lejos de ser un ejemplo en el continente.

De acuerdo a las estadísticas de FOPEA, la prensa argentina fue atacada 1.394 veces durante la última década. En promedio, casi 140 hechos por año. Más de diez casos por mes. Un caso cada tres días, según los datos del Monitoreo de la Libertad de Expresión. Los distritos donde hubo más casos en los últimos 11 años fueron CABA 319, Buenos Aires 173, Santa Fe 91, Salta 90. Con 194 casos, 2013 fue el año con mayor cantidad de registros. Y en los 11 años de trabajo del Monitoreo, el 2018 registró la menor cantidad de agresiones .con un total de 51-.

Las conclusiones son preocupantes, no sólo por el peso contundente de las cifras, sino también por los datos que aparecen al realizar una lectura pormenorizada sobre las víctimas, los víctimarios y la cantidad de casos impunes a lo largo y ancho del país, advierte la organización.

Y si bien las estadísticas reflejan que en el 2018 las denuncias disminuyeron un 61% con respecto al año anterior, varios indicadores encienden luces de alarma. El principal: las agresiones a mujeres periodistas aumentaron un 58% en comparación a las registradas en el 2017. El Monitoreo de la Libertad de Expresión detectó que el año pasado, cada cuatro ataques a la prensa, uno fue padecido por mujeres.

Estas referencias particulares y generales reflejan la magnitud del desafío para el Estado en materia de prevención y erradicación de la violencia. Pero la urgencia que impone ese abordaje también surge de los datos históricos del Monitoreo de la Libertad de Expresión, donde el Estado en su conjunto se mantiene como principal agresor a la prensa, con el 24% de los casos cometidos por personas dependientes de su órbita. Ahora bien, los periodistas no sólo tuvieron que enfrentar esos ataques, porque en el 2018 los activistas y militantes políticos tuvieron protagonismo en el 20% de los casos ocurridos en el país. Dentro de ese universo, un párrafo especial merecen quienes cumplen sus tareas en las calles. Periodistas, camarógrafos y técnicos de televisión padecieron el 43% de las agresiones registradas el año pasado en el país, señala FOPEA.

El dato expresa que además del contexto de crisis económica del país y del deterioro de los vínculos laborales para cientos de trabajadores de prensa, los periodistas enfrentan cada vez más riesgos al salir de las redacciones, una combinación de factores que impacta negativamente en la calidad de la profesión.

Finalmente, otra cifra impone la revisión de procesos y responsabilidades: el 20% de las agresiones ocurridas el año pasado no tienen autor identificado. Un dato que golpea las puertas del Poder Judicial, buscando acciones concretas y efectivas contra la impunidad. 

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