Por REDACCION
Hace 37 años, el protagonista de nuestra historia, lograba su primer título en el Campeonato Argentino de Superbike, la división mayor del motociclismo en el cronograma de la Camod.
Lo hacía sobre una Kawasaki de un litro de cilindrada, en una temporada que lo tuvo como protagonista excluyente en el deporte motor de las dos ruedas.
La referencia está destinada a René Zanatta, entrerriano de nacimiento, pero rafaelino por adopción, quien en aquel ya lejano 1982 comenzaba a escribir su propia historia en una actividad que hoy lo sigue reconocimiento como uno de los mejores.
El pasado martes 17 de diciembre, a los 62 años, el único representante local que logró consagrarse en el plano nacional en motociclismo y automovilismo, se levantó con un desafío a cumplir, otra vez sobre una Kawasaki.
Una moto de última generación, también de 1.000 cc, pero con una tecnología de avanzada, del mismo fabricante japonés, de la línea Ninja.
Dirigirse hacia el autódromo "Ciudad de Rafaela", para él es una rutina. Lo hace con frecuencia, porque al margen de haberse retirado como profesional, René sigue estrechamente vinculado al deporte que tanto lo apasiona.
El día anterior, ya había realizado unas pruebas en el mismo escenario, para chequear que todo estuviese en su lugar, porque el desafío era realmente significativo.
Se había planteado, como objetivo, superar la marca establecida hace siete años por Gabriel Ponce de León sobre un Honda Civic de Súper TC2000, como aquella vez, en la recta principal del legendario óvalo de Atlético.
Los poco más de 206 kilómetros que había conseguido el juninense sobre un vehículo de cuatro ruedas, estaban en la mira de Zanatta, quien de manera extraoficial, ya lo había mejorado en la tarde del lunes.
Claro que al promediar la mañana del martes, el registro que pudiese alcanzar, ya sería homologado por la Camod y la FIM, entidades que apostaron a sus fiscalizadores en el lugar donde alcanzaría su mayor aceleración la moto conducida por René.
Luego de una serie de preparativos, que incluyeron un control médico previo del deportista, todo quedó dispuesto para llevar adelante el primer intento.
Zanatta, al promediar la mañana, abandonó la carpa de Dunlop para dirigirse hacia el veloz pavimento del histórico circuito. Se anticipó que solo iba a registrar un paso frente al control, para volver al sector de boxes.
La marca estuvo a la altura de las circunstancias, pero todavía restaba lo mejor. René montó una vez más la Ninja, ante una asistencia que fue creciendo al mismo ritmo que las expectativas.
El piloto ya lo había anticipado tras las primeras aceleraciones del lunes con una definición contundente: "la moto se planta a los 310".
Palabra autorizada si las hay, la de este múltiple campeón. Y así ocurrió en la segunda y definitiva salida, cuando alcanzó los 309,544 Kmh.
Un nuevo récord para nuestro "Templo de la Velocidad", que fue debidamente certificado y que lucirá próximamente en el box institucional, junto a los del mencionado Ponce de León y Facundo Ardusso, que se incorporaron a ese lugar, tras aquella memorable jornada de agosto de 2012.
René sigue intacto y su pasión nunca se modificará. Logró recuperarse, con una voluntad conmovedora, de un accidente terrible, para seguir dando pelea. Y vaya si lo está haciendo, con el mismo talento y coraje de siempre.
Lejos de conformarse por la tarea cumplida, ya se planteó un nuevo desafío. Habrá que esperar algunos meses todavía, los necesarios hasta llegar a su próximo cumpleaños.
Ese día, ya lo decidió, intentará mejorar lo realizado el martes, otra vez con un número dando vueltas en su cabeza: los 315 kilómetros por hora sobre una moto y en uno de los circuitos más emblemáticos de la Argentina.
En esa fecha, el 14 de junio de 2020, seguramente la convocatoria superará la del pasado martes, por la enorme repercusión nacional que tuvo esta nueva epopeya de un deportista que se ganó un lugar destacado en la historia de nuestra ciudad, aunque ya no tenga nada por demostrar.
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.