Vélez Sarsfield, primero con 48 unidades, y Huracán, escolta con 46, se enfrentarán este domingo en el estadio José Amalfitani en el marco de la última fecha de la Liga Profesional de Fútbol y volverán a definir un torneo local tras lo que fue el polémico partido que coronó al ´Fortín´ campeón del Torneo Clausura 2009 con Gabriel Brazenas como árbitro.
Luego de ser líder absoluto durante 13 fechas, Vélez perdió ante Unión de Santa Fe este sábado y, con la victoria de Talleres de Córdoba ante Gimnasia de La Plata, comparte la cima del torneo con el ´Matador´ a falta de una jornada para el final. Quién también se sumó a la discusión fue Huracán que venció a Platense este lunes y quedó a dos puntos del ´Fortín´.
Justamente, el ´Globo´ deberá cerrar la Liga Profesional ante Vélez, este domingo a las 19.30 en condición de visitante y con la firme posibilidad de consagrarse campeón de un torneo local tras 51 años pero, además, la chance de vengarse de la polémica definición que protagonizaron en el Torneo Clausura 2009 donde los de Liniers le arrebataron el campeonato en la última fecha con un polémico gol de Maximiliano Moralez tras una dura infracción de Joaquín Larrivey al arquero Gastón Monzón.
Quién impartió justicia en dicho encuentro fue Gabriel Brazenas, árbitro internacional que debutó en 1999 y no dirigió ningún partido oficial más tras ese Vélez-Huracán en el que, además de la falta no sancionada de Larrivey, anuló incorrectamente un gol de Eduardo Domínguez del ´Globo´ por fuera de juego, no sancionó un segundo penal a favor del ´Fortín´ y obvió las expulsiones de Carlos Arano y Nicolás Otamendi.
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Por aquel entonces, el árbitro era el gerente coordinador de la Unidad de Administración de Beneficiarios del Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires pero dejó el cargo y no se presentó más en su oficina tras este polémico partido. Además, en 2010, se vio obligado a retirarse de la actividad por no superar las pruebas de aptitud física pertinentes.
Para los hinchas de Huracán, la derrota en aquel partido es una herida que nunca cicatrizó y, la gran mayoría de ellos, hace responsable a Brazenas de tal dolor que podría sanar este domingo con una nueva definición ante Vélez. Tal es así la mochila que le cargan al árbitro que lo hicieron objetivo de masivas amenazas de muerte por las cuales Brazenas se tuvo que mudar de Lanús, el barrio en el que creció y en el que viven muchos hinchas del ´Globo´ debido a la cercanía con Parque Patricios.
La vida de Brazenas dio un vuelco de 180 grados aquel domingo 5 de julio de 2009, pasando de ser un árbitro internacional de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), ser asesor de Daniel Scioli seis años en la Provincia de Buenos Aires y trabajar en la Secretaría de Deportes con Carlos Tapia a instalarse en el ostracismo y ganarse la vida dirigiendo Torneos Regionales no oficiales y haciendo changas como albañil.
Años después, Brazenas dio su versión de los hechos y se mantuvo firme en la decisión que tomó aquella tarde en el estadio José Amalfitani: “Para mí, no fue falta de Larrivey a Monzón. En la cancha no es plancha. Porque anteriormente hubo una jugada similar que le hizo Arano a Cubero, que fue planchazo y expulsión y yo no la cobré. Por televisión es una cosa y en la cancha es otra”, dijo.