Por Víctor Hugo Fux
"Está de Romitelli haciendo unas reparaciones", me comentó mi amigo Juan Carlos en un mensaje de WhatsApp, acompañado por una fotografía en la que podía vérselo con Julio Dupont, quien se convertiría, entrevista mediante, en el protagonista de esta historia.
"La Vuelta del 100000", es nada más y nada menos el nombre que identifica a un desafío que se inició el pasado 29 de diciembre, a las 5 de la tarde, en la misma fecha y el mismo horario que hace 100 años un Ford T puso en marcha un raid de 5.200 kilómetros.
Julio lo viene llevando adelante con un Ford T, obviamente de 1924, que no fue restaurado, para conmemorar el armado del auto número 100.000 de ese modelo, salido de la planta que tenía la marca americana en nuestro país, en el barrio porteño de La Boca.
En varias ocasiones nos encontramos con Julio, en diferentes eventos que se realizaron en esta ciudad, por la que el oriundo a la población bonaerense de Algarrobo tiene un particular aprecio. "Venir a Rafaela siempre tiene un sabor especial, por todo lo que representa en la historia del automovilismo y porque aquí tengo muchísimos amigos y los mejores recuerdos", comenta en el inicio de una extensa charla, en la que cuenta la experiencia que está viviendo.
"En el año 2020, en plena pandemia y cuando nos obligaron a permanecer encerrados, tuve oportunidad de leer un libro de Alfredo De Lorenzo, editor y propietario de El Óvalo Azul, que repasaba la historia del Ford T número 100.000, que fue un gran acontecimiento para nuestro país y que dio lugar a varios festejos, ya entonces apelando a una cuestión de marketing de parte de Ford Argentina, que programó un raid, en 1924, saliendo de Plaza de Mayo y recorrió 80 localidades, entre ellas Rafaela, donde estaba la agencia Picasso", repasó.
Más adelante, recordó que "nada fue sencillo, porque tuvieron muchísimas dificultades, en particular cada vez que llovía, porque en aquella época los caminos de tierra eran prácticamente intransitables cuando no acompañaba el clima; pero el Ford T mostró su nobleza y pudo completar el raíd, a pesar de tener que apartarse en distintas oportunidades del recorrido original por los inconvenientes apuntados".
Julio, tras leer aquella publicación, le comentó a su autor: "Mirá, Alfredo, me encantó tu libro y te adelanto que mi idea es salir el 29 de diciembre de 2024, dentro de cuatro años, desde Buenos Aires, para cumplir el mismo trayecto realizado por el Ford T hace cien años, con un vehículo de esa marca y de ese modelo... él me respondió, no creo que lo puedas haber, porque si no lo hace Ford Argentina, realmente lo veo muy difícil... Alfredo, en definitiva, me fue a despedir el 29 de diciembre a Plaza de Mayo, en un gesto que para mí fue muy gratificante".
"Me gustan los autos con el paso del tiempo encima... éste tuvo varios dueños antes que lo compré, hace cuatro años, justamente cuando salió el libro y me involucré de lleno en este proyecto; el auto estaba en Monte Grande y quien había sido su último propietario había fallecido; lo tenía un nieto y nunca fue restaurado... lo convencí para que me lo venda y aquí estoy, tratando de hacer realidad este sueño", agregó en otro pasaje de la nota.
Paulo Rancaño, de la ciudad de Río Colorado, es su acompañante y Julio valora el esfuerzo que él también está realizando, al señalar: "Estamos llegando a los 2.000 kilómetros -hoy ya superaron esa distancia- y el desafío es llegar a los 7.000, porque a los 5.200 del raid original le vamos a sumar otros 1.800, que son los de ida y vuelta de Algarrobo a Buenos Aires, con el auto en marcha. La convivencia es un tema fundamental y en ese sentido nos llevamos muy bien; no es fácil compartir entre 12 y 16 horas por día arriba de un auto, muchas veces en esta época, con más de 30 grados de calor, pero entendemos que es parte del desafío", destacó.
Julio rescató el hecho que "en todos los pueblos nos reciben con los brazos abiertos y ese cariño es muy importante para nosotros, porque nos alienta a seguir adelante con las mismas fuerzas del primer día.. la gente se emociona cuando llegamos a un lugar, pero también nos sentimos acompañados en las rutas cuando nos saludan desde otros vehículos; es una sensación hermosa que nunca imaginamos que podría ocurrir".
Sobre el avance del raid, señaló que "estamos cumpliendo las etapas dentro de lo previsto, más allá de los desperfectos que tuvimos que padecer y que deben aceptarse como lógicos por tratarse de un auto que tiene 100 años; el problema que más nos complicó fue el de una biela, que rectificamos en Casilda, pero tuvimos otros menores y hasta te diría frecuentes, que solucionamos nosotros algunas veces y con la ayuda de la gente en otros casos, que siempre se mostró solidaria... en Rafaela nos quedamos dos días, que también lo estábamos necesitando para descansar... compartimos con amigos, como las familias Romitelli y Sanmartino, la gente de Atlético y del Club de Autos Antiguos... en definitiva, con quienes nos hacen sentir como si estuviésemos en nuestra propia casa".
Respondiendo a una consulta puntual en materia de consumo del automóvil, dijo que "en combustible, con 20 litros hacemos apenas unos 100 kilómetros... realmente, me sorprendió, porque gasta casi lo mismo que una Chevy que yo tengo (en tono risueño)... y por el lado del aceite, no es tanto como cualquiera se puede imaginar, pero sí tenemos que agregarle cada vez que el nivel lo exige... las cubiertas son nuevas, fueron hechas en Córdoba y tienen cámaras de motos, las que llevamos de auxilio tienen entre 40 o 50 años y las ruedas, de rayos de madera, son las originales, de hace 100 años... el motor, de 2.800 cc tiene una potencia de 20 caballos; los cambios se manejan con los tres pedales y se acelera con los bigotes... el manejo es totalmente distinto al de un automóvil convencional, pero cuando uno se acostumbra es muy simple".
A modo de reflexión, sostuvo que "el Ford T es un sentimiento... es parte de nuestra vida y también de nuestra cultura; mi inspiración es la que se puede ver en la máscara, en la que figura el nombre Haydee, que era el de mi abuela paterna... ella me crió hasta los 7 años; vivía en Nicolás Levalle, a unos 30 kilómetros de Algarrobo y se subía al Ford T para visitar a mi abuelo... en la década del 30 era toda una muestra de audacia para una mujer... un día, con mi padre, encontramos en un galpón los faroles de aquel auto y son los que hoy me acompañan en esta locura".
Finalmente, invitó a quienes estén interesados en seguir el raid, que lo hagan en las redes, ingresando con la leyenda La Vuelta del 100000, en Instagram, Facebook y TikTok, donde todos los días se suben imágenes y comentarios.