Por REDACCION
Trágica determinación fue la de Juan Carlos Avaca (63 años), aunque no imprevista pues la había dejado trascender como posibilidad para poner final a los padecimientos que venía sufriendo por un cáncer terminal que lo afectaba desde hace un tiempo y que en las últimas semanas se había convertido en insoportable, y además provocándole un importante deterioro físico. En el atardecer del jueves se quitó lo que le quedaba de vida. Conocía el manejo de armas, pues había pertenecido al cuerpo policial de la provincia de Córdoba.
Lo mejor es recordarlo en vida, pleno, alegre, poseedor de condiciones naturales que lo llevaron a destacarse en diversos planos. En su juventud fue futbolista de Atlético, un zurdo muy hábil, aunque no llegó al alto nivel; comenzó a jugar al casín en el Roberto Grau y al poco tiempo se consagró campeón argentino juvenil, cultivando siempre esa disciplina llegando a competir con los mejores del país y acumulando conocimientos que tuvieron pocos, con capacidad docente para difundir la enseñanza. Comenzó a jugar al ajedrez y podía hacerlo sin desentonar ante los mejores. Fue un dibujante como pocos, todo surgido de sus condiciones naturales, sin estudios, lo que lo hacía aún más meritorio y valioso.
Formó su familia, padre y abuelo, alternó su vida entre Rafaela y Córdoba por razones laborales, aunque en los últimos años se afincó definitivamente aquí. Ahora fue su despedida final.
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