Portugal desplegó todo su poderío en Dortmund, asegurando su pase a la siguiente ronda como líder del Grupo F. Los goles vinieron de la mano de Bernardo Silva, quien anotó dos veces, y un desafortunado gol en su propia arco de Samet Akaydin.
Desde el inicio del partido en el Estadio Signal Iduna Park, el conjunto turco mostró una actitud entusiasta y ofensiva, sorprendiendo a muchos.
Kerem Aktürkoğlu tuvo una oportunidad clara de gol antes de que el reloj marcara los cinco minutos. Sin embargo, Portugal pronto tomó el control del juego, adueñándose del balón y generando constantes amenazas en el área rival.
El primer gol llegó a los 21 minutos cuando Bernardo Silva remató un excelente centro de Nuno Mendes, estableciendo el 1 a 0 y reflejando el dominio portugués en el marcador. Poco después, Turquía sufrió un descalabro cuando el defensor Akaydin, en un intento fallido de jugar con su arquero, terminó enviando el balón a su propia red, incrementando la ventaja lusa a 2-0.
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La segunda mitad del partido fue una extensión del dominio portugués. Turquía, sin respuestas, se vio superada por el control y la precisión de los dirigidos por Roberto Martínez. En un momento clave, Cristiano Ronaldo, en un gesto generoso, asistió a Bernardo Silva para su segundo gol de la noche, dejando el marcador en un definitivo 3-0.
Con esta victoria, Portugal sumó seis puntos, asegurando no solo su clasificación sino también el liderazgo del grupo. La diferencia de tres puntos sobre Turquía les da tranquilidad de cara a la última jornada. En su próximo encuentro, Portugal se medirá con Georgia, mientras que Turquía buscará su clasificación enfrentando a República Checa.
EMPATE QUE NO ALCANZA
El partido entre Georgia y la República Checa, por el Grupo F, terminó en un empate 1 a 1 que no benefició a ninguno de los equipos en su búsqueda por la clasificación a la Eurocopa 2024, ya que ambos conjuntos habían perdido en sus encuentros anteriores, lo que hacía de este enfrentamiento una oportunidad crucial para mantenerse en la contienda.
El arquero georgiano, Giorgio Mamardashvili, fue el héroe de su equipo con ocho atajadas impresionantes que mantuvieron viva la esperanza de Georgia.
A pesar de que los checos dominaron gran parte del encuentro y generaron más ocasiones de gol, Mamardashvili demostró una capacidad defensiva formidable, especialmente en los primeros minutos del juego. Sus intervenciones tempranas fueron cruciales para evitar un resultado desfavorable desde el inicio.
Uno de los momentos más destacados del partido ocurrió a los 23 minutos, cuando los largos saques de banda de Tomáš Souček causaron confusión en la defensa de Georgia. Aunque República Checa logró enviar el balón al fondo de la red, el gol fue anulado por una mano de Adam Hložek, gracias a la intervención del VAR.
En el tiempo añadido de la primera mitad, Mamardashvili continuó brillando con otra gran atajada, manteniendo el marcador 0 a 0 al descanso. Sin embargo, al inicio del segundo tiempo, Georgia logró adelantarse con un penal convertido por Georges Mikautadze. Este gol inesperado le dio un breve respiro al equipo georgiano, que hasta entonces había sido asediado por los ataques checos.
El empate llegó en el minuto 59 cuando Patrick Schick igualó el marcador con un gol que resultó del rebote de un cabezazo de Lukáš Lingr. El balón, después de golpear el poste, fue empujado a la red por Schick con el torso. Este gol reavivó las esperanzas de la República Checa, pero también marcó el fin del partido para Schick, quien salió lesionado poco después.