Volver al lugar donde fuimos felices




(Por Néstor Clivati, Periodista acreditado por La Opinión Eliminatorias 2026).- Parece no terminar de caer nunca ese balón que la prodigiosa zurda de Di María envió por encima del desesperado achique del arquero Ederson; eran tiempos de pandemia y apenas un par de miles de hinchas argentinos fueron autorizados a presenciar esa final de la Copa América jugada en las entrañas del carioca barrio de Maracaná.
Como olvidar ese festejo de un jugador que la historia le tenía reservado ese exclusivo lugar que ocupan las leyendas o el rostro demudado de Casemiro, incrédulo frente a esa obra maestra del rosarino y esos abrazos en una de las despobladas tribunas de ese gigante, que 7 años atrás, era testigo de una frustración que nunca cicatrizará, al caer la albiceleste, en la final de la Copa del Mundo ante los alemanes, se terminaba el hechizo luego de casi 3 décadas de infames resultados.
Esta noche volveremos llamados por una nueva edición de las Eliminatorias a ese territorio sagrado, donde nuevamente el patrón de la vereda, espera ansioso lamerse esas heridas, aunque sea en vano, lo que pasó aquella noche en Rio quedó en Rio y nunca más habrá revancha.
Dejemos, por lo tanto, que toda esa gloria siga descansando en los laureles y ocupémonos del presente; con todo respeto, no es lo mismo hoy jugar ante Bolivia (ni siquiera en la altura), Perú o Paraguay (sí es más complicado Ecuador, que es el país sudamericano que más creció en fútbol en estos años), que enfrentar a clásicos rivales como Uruguay o Brasil.
Y así fue que contra Uruguay se evidenciaron algunos problemas que, por supuesto, tienen solución, pero que requieren una atención inmediata, como que en el medio campo -el sector de mayores dificultades- hay dos jugadores que se están reconvirtiendo por la adaptación a sus equipos en la Premier League inglesa (Alexis Mac Allister en el Liverpool y Enzo Fernández en el Chelsea), y un tercero, Nicolás González -muy dúctil, al punto de poder ocupar puestos muy distintos en toda la banda- no terminó de redondear una buena actuación en esta etapa post-mundialista con la camiseta albiceleste pese a su muy buen momento en la Fiorentina.
Si a todo esto le sumamos un andar demasiado lento y a la excelente presión y el timming del equipo “celeste”, que pudo renovar su eje con algunos futbolistas muy interesantes como Manuel Ugarte, Federico Valverde o Facundo Pellistri -extremo que bajaba a colaborar con los volantes-, los de Scaloni quedaron partidos, con Julián Álvarez lejos de sus compañeros y casi sin aparecer.
Más allá de estos avatares y del acierto de un equipo uruguayo que terminó ganando con justicia y haciendo historia porque por primera vez Argentina perdía como local este clásico rioplatense por la clasificación mundialista, queda por verse qué hará Scaloni ante Brasil este martes en el Maracaná, en una magnífica ocasión para dar vuelta la hoja y seguir hacia adelante.
Pero eso no es todo: tampoco tienen en claro, en Brasil, quién será el director técnico en el Mundial 2026, al que se descuenta que se va a clasificar, aunque hoy ocupe el quinto lugar en la tabla (de todos modos,pasan los seis primeros y el séptimo va a un repechaje). Por el momento, quien se sienta en el banco es el mismo que acaba de salir campeón de la Copa Libertadores de América con el Fluminense, Fernando Diniz, en una función desdoblada que complica el panorama. Sin embargo, se cree que,para julio de 2024, cuando comience la nueva temporada, será Carlo Ancelotti, el italiano hoy entrenador del Real Madrid, quien ocupe este lugar para entregarle al equipo una condición más táctica y con mayor orden.
Un Brasil desdibujado, con muy buenos jugadores, pero sin uno de peso como en el pasado, que se encuentre en el top-5 del mundo tras la desilusión de la carrera de Neymar, y que parece mucho más terrenal.Que este equipo verde amarillo le puede ganar a Argentina, no hay dudas,pero tampoco, que se trata de una motivación muy especial volver a ganar en ese escenario y de volver a hacer historia porque Brasil jamás fue derrotado como local en un partido por clasificación a un Mundial.
Y así como tras el partido ante Arabia Saudita y antes de la segunda fecha ante México en el Mundial, Lionel Messi dijo que era “el momento” de demostrar de qué pasta estaban hechos, ahora es otro de esos momentos para retomar la dinámica colectiva y realizar los cambios que haya que realizar.
El hecho de que éste sea el último partido oficial de la selección argentina en 2023 y que la clasificación mundialista recién regresa para septiembre de 2024, acaso sea un muy buen momento para abrir el espectro y probar otros jugadores para no sacarse con los de siempre -conservando la base,por supuesto- que fue el error que cometieron tanto César Luis Menotti como Bilardo cuando fueron campeones del mundo. Mientras tanto, un triunfo en el Maracaná, y ante Brasil, sería perfecto para despejar dudas y mirar el futuro con renovada esperanza.

Redacción
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