Sensaciones y sentimientos

Sociales 05 de septiembre de 2023 Por Redacción
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18 sensaciones

LES LUTHIERS SUTILEZAS EN BOLERO

Por Hugo Borgna


Sí. Vamos a hablar de ellos.
Por más que se hayan empeñado en pasar desapercibidos, seguimos recordándolos aunque no con la frecuencia que merecerían. Su tan creativa música dejó marcas que habitan en cualquiera de nuestra vida diaria. Ellos homenajearon a Daniel Rabinovich y a Marcos Mundstock creando un cercano y futuro silencio de nuevas actuaciones, como modo de preservar la esencia.
Y no es justo. Como no queremos romper ese homenaje permanente, daremos la letra de su vista propia del bolero. El objeto es mostrar cómo, dentro del respeto propio a ese género, se tomaron la licencia de divertirse exhibiendo sus lugares comunes.
Es sabido que las letras de los antiguos boleros padecieron declamadas frases habitadas de modernismo, que en su momento se consideraba un modo de erudición sublime y que la calidad así expresada resultaba indiscutible.
Aquí y ahora, como no podría ser de otra manera, la letra textual. No está bien mezclar con ideas o giros nuestros -pretendidamente graciosos- los ricos textos de su producción, donde cada palabra, revisada bien a fondo que desde ese mismo origen, ocupa el sitio principal. Comenzamos con la muy creativa presentación.
“Johan Sebastian Mastropiero, luego de separarse de su amada condesa de Shortshot, pasó por una repentina ausencia de inspiración, por una total imposibilidad creativa. Consciente de su incapacidad, Mastropiero resolvió dedicarse a la crítica musical, aceptar el cargo de superintendente de música de la comuna, ocuparse de la supervisión artística de un importante sello grabador y dirigir un conservatorio: el centro de altos estudios musicales “Manuela”. De esta época es su Boleró opus 62, que interpreta la Camerata Tropical de Les Luthiers”
“Pasión abrasadora, pasión que me atormenta / pasión que nos consume en loco amor / ardor de tus labios en mi boca / ardor que sólo calma el Pankutan (Pankutan) / Huiremos por las praderas enloquecidamente (mente) / huiremos por los trigales con loco ardor (con loco ardor) / iremos (m) tomados (m) de la mano / iremos bajo el cielo de verano.”
“Te amo, cuánto te amo, te amo, te amo / te amo, te amo, te amo, te amo. / En realidad te aprecio / te estimo… / bastante”
“Mi amor dientes de perla / mi amor boca de fresa / mi amor belleza pura de nuestro edén.” “Candor de tu hermosura incomparable / candor, ay qué candor, cuánto candor / ¡ pero qué inmenso candor !”
“Tu piel tersura incomparable / cual suave terciopelo (pelo) / tus ojos, tus piernas, tus manos / tus dedos, tus narices (tus narices) / tu pecho, tu espalda, tu piel / Tus cabellos, tu cintura, tu talle, tus dientes / tus labios, tus codos, tus cejas / tus brazos, tus pies / tus pestañas, tus caderas, tus rodillas / tus mejillas, tus falanges, tus muñecas / tus orejas, tus tobillos, eh… etcétera.”
“Tu boca tu bella boca / me habla de Dios / me habla del cielo / me habla (me habla), me habla (me habla), me habla (me habla), me habla (me habla) / me habla, me habla, me habla / ¡¡ ME HABLA !! / de amor”.
Ellos exprimieron el idioma hasta el punto de que ni siquiera se salvó la cáscara más rebelde.
El jugo de la música (perdón, quisimos poner el “juego”), sigue derramando líquida simpatía. Ellos poblaron el punto medio entre lo estrictamente correcto y la libertad amiga, con todos los derechos que se presentan sin anunciarse.
Su sola enunciación hace surgir sonrisas en el alma y abrir la mente, seguros de encontrar dos o más acepciones. Los hemos incorporado a nuestra vida diaria, no crean que serán olvidados.
Con todo, quedaron con una deuda con nosotros: no pudimos conocer a Mastropiero ni, menos aún, a la condesa de Shortshot, aunque es fácil imaginarla con cortísimos pantalones.

Redacción

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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