La fiesta interminable

Deportes 22 de mayo de 2023 Por Néstor Clivati
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Qué el futbol argentino esta en estado de gracia, no hace falta constatarlo, solo cabe medir la energía ambiente en cada rincón del país y notar esa efervescencia que llevamos todos adentro desde que Leo levantó la Copa en Doha y puso a la Gloriosa en un lugar donde nunca antes había estado, conectado todos los títulos posibles para un combinado nacional, en un par de años.
Esa pertenencia perdura, está en las calles y en los rostros de todos los que fuimos testigos de ese acontecimiento de época y porque no, protagonistas de aquel momento. Solo falta que por algún motivo, lo activemos para ponernos en modo selección, pintarnos la cara, enfundarnos en colores albicelestes y salir a militar la nueva causa.
Somos campeones del mundo y eso empodera, por mas que esta manera de auto percibirnos tenga mucho de ingenuidad y casi nada de relevancia en los temas mas importantes de nuestras vidas. Toda esa liturgia volvimos a disfrutarla en Santiago de Estero una especie de nueva capital de la Selección; en esta pintoresca Madre de Ciudades al Scaloneta jugó ante Chile por las Eliminatorias en tiempos de la pandemia y también fue epicentro de los festejos post Qatar, recibiendo bajo Palio al tricampeón en una celebración que lo acompaño en procesión hasta el estadio y que tampoco olvidaremos.
Acaso estos eventos distinguidos y organizados con una precisión no tan propia de nuestros antecedentes, funcionen como una paradoja ya que, en un territorio plagado de carencias sociales y postergaciones, luce hasta fatua cuando actúa de anfitriona de acontecimientos de alta exigencia.
Este Mundial Sub 20, imperativo en su organización, encontró en esta sede la mejor infraestructura para alojar varios partidos y nada menos que nuestro equipo nacional, quitándole a otras ciudades con mayor tradición futbolera, como La Plata, Mendoza y San Juan esa responsabilidad que en algún punto conlleva un privilegio para la región.
Nada le quedo grande, al menos para la presentación de esta nueva edición de un torneo repleto de expectativas, frente a las innumerables promesas que de él participan y que nos siguen mostrando que, en este juego maravilloso, siguen brotando talentos en todo el planeta futbol, pues bien, todo ello, uso a prueba los recursos que Santiago del Estero ha desarrollado en los últimos tiempos para ofrecerse como una alternativa competente y diversa.

UN EQUIPO EN CONSTRUCCIÓN

Después del creativo acto inaugural donde prevaleció nuestro acerbo con delicadas adaptaciones musicales y una gigantesca coreografía que arrancó la ovación del estadio, hubo un partido que le permitió a Javier Mascherano retomar un ciclo para nada productivo, en el que ese equipo que armó para el sudamericano de Colombia, perdió la chance de clasificar al mundial y también a los Juegos Olímpicos a disputarse en París en 2026, después todos saben lo que pasó y el Jefecito volvió para intentar revertir la pobre imagen de aquella versión de nuestros chicos.
Lo mejor fue el resultado, ganar en el debut y en la condición de anfitrión del campeonato, acarrea una serie presiones que pocas veces son asimiladas correctamente, muchos más en jugadores que fueron convocados para rearmar un equipo que ya se había desmembrado, al no conseguir el objetivo deportivo aquel y recuperarlo por la acción política de la AFA.
Esta falta de cohesión que denuncio colectivamente Argentina frente al muy buen equipo de Uzbekistán, se correspondió con los antecedentes que antes mencionamos y que, por momentos, lo expuso a una derrota que finalmente su adversario, no tuvo la virtud de consumar, permitiendo una reacción emocional con pinceladas de buen fútbol, que lo llevó a escamotearle a los asiáticos una victoria, que revisando en resumen este partido, debió cerrar.
Debe consignarse que en esta categoría de jóvenes hasta 20 años, si bien hay muchos que ya están en planteles de elites en las principales ligas europeas, la mayoría todavía no termino el proceso formativo y la madurez personal que delinee su perfil definitivo, en consecuencia solemos ver selecciones de países que no son potencia en este juego, que presentan futbolistas de buen nivel circunstancial, pero que al no contar con torneos domésticos competitivos, esos valores con el correr del tiempo, no acceden a ese salto de calidad.
Es por ello que solemos sentirnos sorprendidos frente al buen nivel, en este caso del que ostenta ser actualmente el campeón de su continente y que el sábado, lo demostró con atrevimiento y frescura.
La victoria de los albicelestes, después de sobrellevar un arranque caótico defensivamente con un resultado adverso como natural consecuencia, le devolvió el alma al cuerpo a Mascherano y un nuevo voto de confianza para algunos de estos jugadores que estuvieron en la debacle de Colombia.
Apenas algunos aportes individuales escaparon a una tendencia mediocre en la producción de nuestro equipo; Mateo Tanlongo por su claridad para resolver los problemas del medio juego, Valentin Barco por su enjundia para desplazarse por su lateral, Valentin Carboni por su jerarquía y determinación, además de convertir el gol de la victoria estampando ese sello y Alejo Veliz por ese empecinamiento productivo en jugar donde pocos lo hacen con convicción.
El resto tendrán más oportunidades mañana cuando en ese mismo escenario del Madre de Ciudades, se midan con Guatemala que, en el partido presentación, cayo ante Nueva Zelanda, dejando una imagen pobre, motivo por el cual la responsabilidad de alcanzar la clasificación para la 8vos de final, es un deber de equipo que dirige uno de los grandes caudillos que tuvo Argentina en su historia como Javier Mascherano.
Otro capítulo que también viviremos desde la provincia hermana en esta nueva cobertura de La Opinión, siguiendo a La Gloriosa una vez más.





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