Sensaciones y sentimientos




LETRAS PINTORESCAS
Por Hugo Borgna
“Perico, sal de la vía que viene el tren”
La muy rítmica cumbia (colombiana, por supuesto), por los años 60 hacía público el pedido a alguien llamado Perico. Como parece que el referido no lo tomaba en cuenta, la cumbia, después de algunos compases, (esta vez, con más energía) hacía su reclamo.
“Oye, Perico, sal de la vía que viene el tren”.
Unas notas más avanzó la cumbia. El pedido volvió a reiterarse.
“Pero, oye Perico, ¡Sal de la vía que viene el tren!”
Después de nuevos compases, la música siguió andando por el aire, apoyándose en esa forma original de pentagrama que son las vías, necesariamente paralelas. Y la voz del cantor llegó con un nuevo mensaje, para Perico y los demás oyentes.
“Si yo llego a saber / que Perico era sordo / yo paro el tren”
Eran comunes entonces, también las letras de contenido más picaresco, escritas tal vez para fiestas privadas. La cumbia resultaba especialmente grata para bailar y para festejar, una modalidad musical consagrada para el gran público americano, principalmente mediante el Cuarteto Imperial (“Alicia la flaca”, “Cataclismo”) y los celebradísimos “Wawancó”, palabra que en Colombia nombra a una fiesta (“Quiero un sombrero”, “No te vayas, corazón”); y es bueno decir que nuestro Chico Novarro hizo su aporte autoral para Los Wawancó, participando en la creación de “Cumbia bendita”, “Un sombrero de paja” y “El amor en el mar”.
Pero este ritmo tan pegajoso, recordable y gustado con facilidad, produjo otro tema que si bien no fue un impacto musical en gran escala, como las otras cumbias nombradas, dejó un letra graciosa que previene de los regalos no formales ni aceptablemente clásicos. Es posible que algunos recuerden hoy “El traje de baño”.
“Al novio de Filomena lo botaron de la casa / ¿por qué? ¿Será porque tiene otro? / No, no, qué va / porque el domingo pasado / él le regaló una foto / una foto bien tomada / y de regular tamaño / en donde el muchacho estaba / con un pantalón de baño / Eso no tiene nada / es un regalo sano / lo malo es que el pantalón / él lo llevaba en la mano”
Y el tema tiene una variante inesperada, para el que escucha el tema musical “A la novia de un amigo la corrieron de la casa / ¿Por qué? ¿Será porque tiene otro? / No no, que va / porque el domingo pasado / ella le regaló una foto / una foto bien tomada / y de regular tamaño / en donde la chica estaba / con un vestido de baño / Eso no tiene nada / es un regalo sano / lo malo es que el trajecito / ella lo llevaba en la mano”.
Los juegos de palabras están entre los recursos de que abundantemente se valen los autores de temas con la pretensión de ganar popularidad y quedar en la memoria colectiva. El simple y hasta ocasional detalle del lugar en que estaba el pantalón de baño cambia, de un momento a otro, toda la situación. La cumbia referida, por otra parte, no olvida el detalle de cumplir con el cincuenta por ciento del elemento femenino.
Para nuestros oídos del siglo 21, acostumbrados más a la cumbia nacida y desarrollada en nuestra provincia, con un bombón que nos sigue asesinando de gusto cada vez que lo escuchamos, posiblemente resulte lejano, y ligeramente ajeno, el ritmo saltarín de la originalmente colombiana.
Queda pendiente para un futuro cumplimiento, una situación unificadora que presente, en un mismo plato, al bombón asesino con el trajecito que llevaba en la mano la novia del amigo que fue echada de la casa.

Redacción
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