Sensaciones y sentimientos

Sociales 28 de marzo de 2023 Por REDACCION
Leer mas ...
14 senaciones

W A, EL ASISTENTE MÁS INSISTENTE

Por Hugo Borgna

No es cuestión de tratar de eludir (ni siquiera con cierta elegancia, por supuesto) que no nos resulta indiferente su presencia cotidiana y que se muestra firme al pie de la pantalla.
Por eso, para quedar tranquilos con nuestra conciencia y hacer estricta justicia con “el” Whatts App y su pariente originaria, la ya legendaria -y por qué no bisabuela informática-, vamos a agotar ahora todos los lugares comunes del lenguaje diario, que la refieren de un modo u otro.
(“La informática fue creada para ayudar a la creatividad humana, quitándole del medio la molesta necesidad del control de los detalles” y, en consecuencia, ahora ya no preocupa tanto el “cómo” hacerlo, para pensar con total libertad, “qué” queremos hacer. La corrección de los textos ahora es un juego. Con sólo correr un cursor o aplicar el “cortar”, “copiar” o “pegar”, la libertad creativa está asegurada para los autores de textos pretensiosos, y todo eso como un simple punto de partida. Finalmente, que todo lo que se fue creando no le complica la vida a nadie sino que hace más fáciles y cómodas las actividades de los hombres. En todos los casos es un crecimiento y un bienestar y, equivalente a la primavera en la música: provee de inspiración, alegría mientras da luz a los textos asegurándoles una brillante salud”.)
Realizado el homenaje a la informática, entremos en materia. El invitado a la página es W A.
Se lo ha catalogado como “asistente”, cosa que suena muy bien para el crecimiento de un bien alimentado ego. Implica la importancia de ser parte y, cuando se lo permiten, el origen de sonoras medidas que hasta pueden hacer cambiar el destino del mundo. La literatura española (“El conde Lucanor”, del Infante Don Juan Manuel) da el ejemplo de Patronio, una especie de asistente del conde, quien a requerimiento de él y, con mucha prudencia para no aparecer como impertinente, le contaba situaciones de las cuales el conde obtenía una idea de cómo solucionar ese acuciante
problema.
Los gobiernos, desde siempre, respetaron esa costumbre. Posiblemente porque cuatro ojos ven más que los dos reglamentarios con que viene equipada la gente común.
Lo nuevo con que nos regó la ciencia es un tipo de asistente que piensa como humano pero no hace el resto de sus funciones. Por suerte, porque como verán ahora, está al límite; y lo que es peor, no puede establecerse por ahora ese límite de obligada referencia.
Se instaló en los teléfonos celulares y tiene tantas células que podría hacerse con ellas una humanidad paralela, invisiblemente potentes mediante la multiplicidad de conceptos que puede emitir. Como para decididamente obnubilar a cuantos Patronios se sientan desplazados.
Pero el amo sigue siendo el hombre común que diariamente desayuna, almuerza y cena. Cuando advierte que él, como ser pensante y quien puso los pesos para llevar a su casa al asistente, se decide e impone: deja por un momento el celular (lo conserva siempre cerca y a mano, eso sí) y hace su vida normal, dejando de atender las insistentes propuestas del asistente. Que no duerme ni tampoco se cansa de pedir, como niño caprichoso que parece ser, mientras pide que le
compren tentadoras aplicaciones, útiles y abundantes como el aire que nos rodea a los dos.
Con su repetida chillona voz y sus previsibles propuestas, comparte nuestro espacio humano, que él también percibe como su derecho de participar.
Hay que ser justos y comprensivos, sin embargo. Este asistente tan perseverante en sus métodos nos resulta útil, y ni podemos reprocharle su escueto y esquelético vocabulario.
Pero tampoco le vamos a regalar la derecha de la calle. Un digno empate entre el asistente y nosotros, nos deja conformes y con la autoestima casi intacta.

REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
Seguinos en Facebook y Twitter

Boletín de noticias