Sensaciones y sentimientos




RIMA Y MÉTRICA. SIN Y CON
Por Hugo Borgna
Muchos autores se preguntan si se debe escribir poesía con o sin rima, y al mismo tiempo, si se debe respetar la métrica, y en su caso, cuál de ellas. Esa duda representa un verdadero bloqueo y para llegar a una conclusión podemos ver algunos ejemplos de sin y con.
Para apoyar el uso de métrica y la rima, está esta estrofa de un soneto del reconocido Quevedo: “…Retirado en la paz de estos desiertos / con pocos pero doctos libros juntos / vivo en conversación con los difuntos / y escucho con mis ojos a los muertos…” (Desde la torre).
A esta altura del artículo, el lector ya tendrá en claro como funcionan rima y métrica para hacer llegar armoniosamente el mensaje. Estamos hablando de una manera, inalterable entonces, de hace unos siglos, cuando era obligatorio, para ser aceptado en los círculos de escritores, que los poetas respetaran métrica y rima, y, solo a partir de allí proveer de gracia y mensaje a las poesías.
Lleguemos ahora a nuestros cercanos días, donde persiste la tentación de utilizar el tradicional y rígido modo y también se advierte el estruendo que produjeron las cadenas literarias al romperse.
La muy apreciada Elda Massoni se expresaba de este modo en el libro “Huellas en el llano”: “El pasado es una elegía / que derrama su melancólica musicalidad / en un tren olvidado en la retina / una mano en alto para un último adiós “. “El alambre de púas retiene vellones / briznas, impulsos, / oxida la evasión / vuelve al mundo pequeño y torpe”
¿Hay diferencia con lo tradicional, no es cierto? Claro, pasaron muchos años y los poetas han abierto panoramas que ya no podrán cerrarse. Lo imaginado corre libre por un prado siempre verde, recién crecido. La poesía parece haber levantado altura y mira desde lo alto, mediante la síntesis ya impuesta.
Hay un ejemplo más; el de un poeta santafesino que no se ha apegado a la rima ni a la métrica, Roberto Malatesta :“El sol de inicios de otoño es feliz / no se me ocurre expresión más exacta / mientras mi hijo / sale al patio y hace pis en la hierba / me mira, sonríe y el sol no pesa / juega a caer sobre la hierba / junto al chorrito que dibuja / felizmente una curva como el curso / de las estrellas, donde hay mucha luz / y desde las cuales nuevos otoños / inexorables se aproximan” (“A inicios de otoño”).
¿Qué efecto le causaron, lector, estos ejemplos de distintos tiempos y modos, con o sin respeto a los mayores?
Si la primera impresión para evaluar fue la tan a mano “me gusta” o “no me gusta”, igual vale, ya que el requisito necesario de la poesía es que su mensaje fluya naturalmente, sin necesidad de que el texto siguiente lo explique.
No mencionaremos aquí el argumento fácil de que la verdad está en la libertad de cada autor y, por lo tanto, todas las poesías cumplen con el requisito indispensable de comunicar un estado de ánimo al elevarse sobre las vivencias comunes.
Igual que cuando se ejecuta el violín, hay que asumir un riesgo. Es necesario decir que hay personas especialmente dotadas para la poesía. Piensan en términos de poesía, les surge espontáneamente. La poesía es un concepto más que nada. Delicada y enigmática, no se advierte su eje en una primera lectura.
Se corre el riesgo de que los versos se perciban como “prefabricados” sin la gracia y flexibilidad “natural” propias de la poesía idealmente respetada. El mensaje será “correctamente” expresado, pero no tendrá el calor del alma.
Que también es componente de lo que se conoce como arte.

Redacción
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