El peso, el $ y las milanesas

Suplemento Economía 18 de diciembre de 2022 Por Guillermo Briggiler
Con la inflación, ya no hay precios de referencia. Todo lo contrario, encontramos dispersión de precios.
20-Precios

Nos encontramos inmersos, desde hace muchos años en un proceso de inflación creciente que produce en nosotros un fenómeno llamado "pérdida de noción de los precios de referencia". Estos precios de referencia son aquellos que tenemos en nuestro inconsciente, ya sea por adquirirlos reiterativamente o por comprarlos en situaciones que quedan grabadas en nuestra memoria. Realicen la prueba y piensen en momentos trascendentales de su vida y vean si recuerdan que consumieron en ese momento. Entre esos precios de referencia encontramos el de nuestra bebida favorita, la yerba que consumimos habitualmente, el precio de la peluquería, etc.
Pero en la actualidad, todo esto queda distorsionado por la inflación y produce un efecto denominado "dispersión de precios", por lo que cuando nos dicen el valor de algo vamos a percibir algunos precios como elevados y otros como baratos y diremos: “ya no sé cuánto valen las cosas”. Este es un fenómeno peligroso para nuestras finanzas y puede afectar la buena salud financiera que tanto deseamos.
Quienes hemos vivido en el período de la convertibilidad, tuvimos una década de estabilidad de precios y nos quedaron como precios de referencia varios en pesos convertibles, por lo que podemos trasladarlo a la actualidad con la sencilla regla de un peso igual un dólar. De esa manera encontramos que el litro de leche, un atado de cigarrillos, un litro de nafta, una botella de cerveza, un paquete de yerba, una botella de agua mineral, entre otros, cotizaban cada uno alrededor de un peso, lo que era un dólar, lo que sería hoy aproximadamente $350. Sin profundizar en el valor del dólar, decimos $350 porque entendemos que es el precio que debería tener en estos momentos si se lo dejara flotar libremente. Encontrarán también que los productos citados no están en ese precio, el motivo de esto es que en algunos casos, el aumento de la carga impositiva sobre esos productos y en otros el atraso cambiario por referenciarlos con el dólar oficial buscando intervenir sobre los precios para utilizarlos como ancla inflacionaria.
Para ver el daño que nos produce en nuestras mentes financieras, tengan presente que la mayoría de los países tienen inflaciones de un dígito, donde para que los precios se dupliquen de valor, deben pasan alrededor de 30 años y en muchos casos más, por lo que una persona vive prácticamente toda su vida con precios de referencias estables, al menos por cada década vivida. Y para comprender mejor el daño que produce la alta inflación con la que convivimos vamos a meter mano a un ejemplo. Si en el mes de enero para adquirir un kilogramo de milanesas necesito, digamos como ejemplo $1.000, en el mes de diciembre de ese mismo año, con los mismos mil pesos y con una inflación de casi el 100% como la que tenemos hoy, puedo adquirir solo medio kilo.
Atención, no sube el valor de las milanesas y no cambia ni su calidad, ni sus ingredientes, ni su puesta a disposición del vendedor, tampoco cambia su costo, ni muta la preferencia del consumidor por ese producto, lo único que cambia, es el valor de la unidad de medida que utilizamos. No cambia el valor de la milanesa, lo que pierde valor es el peso. ¿Y por qué pierde valor? Porque se vuelve más abundante. Se emite dinero desde el gobierno central mientras la economía no crece, entonces tenemos más cantidad de dinero circulando con la misma cantidad de bienes y servicios, por lo que se rompe el equilibrio y cambia el precio expresado en pesos.
De la misma manera que en el simplificado y sabroso ejemplo de las milanesas, el mismo podemos aplicarlo para todos los precios de la economía y decir, de esa forma, que no sube el dólar, lo que cambia es el valor del peso respecto de este, o que no sube la tasa de interés, lo que varía es el precio del dinero.
La clave está en trabajar para bajar la inflación y aquí tenemos dos posibilidades. La más sencilla sería cortar la emisión de dinero, lo que nos lleva a bajar la demanda vía recesión de la economía y generar conflictividad social en el actual contexto. La segunda, la deseada, es subir la oferta de productos, es decir, aumentar la cantidad de bienes y servicios que se producen y comercian en la economía, lo que se logra vía fomento de la inversión. Para este último caso, la clase dirigente debe estar a la altura de generar un país confiable, con estabilidad institucional y apuntalar el mercado financiero al igual que el de capitales, los que actualmente son diminutos.
Por otro lado, hablando de producción, el inconveniente que tenemos en este punto se encuentra en que nuestro país, a pesar de los discursos a los que nos someten desde hace una centuria, es muy dependiente del sector agro exportador y éste posee una variable de difícil control, el clima, el cual está afectando fuertemente la campaña del presente año y con ello seguramente la economía del año entrante.
Sin tomar medidas, seguiremos mirando los índices de inflación y a veces diremos, es un poco más bajo que el anterior, sin darnos cuenta de que igualmente es la enfermedad que atenta contra nuestra salud financiera.

#BuenaSaludFinanciera
@ElcontadorB
@GuilleBriggiler


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