Asoma una amenaza para la soja argentina

SUPLEMENTO RURAL 29 de septiembre de 2022 Por REDACCION
El manager de Cargill y representante de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO), Andres Iölster, se refirió en ACSOJA 2022 al nuevo fenómeno del diésel renovable (HVO), un biocombustible producido a base de grasas y aceites hidrotratados, que podría amenazar las exportaciones del complejo argentino.
19 - PREOCUPACIÓN

Durante su presentación en el seminario "Un contexto de amenazas internas y externas para la cadena de la soja", parte del congreso ACSOJA 2022, Andrés Iölster estudió que las inversiones de este nuevo combustible son mayoritariamente de empresas energéticas, en lugar de las agroindustriales, y posee un crecimiento de consumo en Estados Unidos y Europa.
"El crecimiento está impulsado por la necesidad de empresas de reducir la huella de carbono. Estamos presionando para reunirnos con el gobierno nacional para pedir la certificación de la soja EPA (sustentable)", indicó Iölster.
En Estados Unidos, con el aceite de soja de desechos industriales como material principal, se espera un crecimiento de 8 millones de toneladas en 2024. Esta demanda de aceite está causando un incremento gigantesco en la capacidad de molienda en ese país y en Canadá.
El precio que obtendrá la industria aceitera norteamericana por su aceite será mucho más alto que el que obtendrá la industria en otros orígenes. Estados Unidos molerá mucho más poroto y colocará los excedentes de harinas proteicas agresivamente en los mercados externos.
Esto impactará la capacidad de pago de la industria aceitera en Argentina, que trabaja con márgenes que apenas cubre costos variables. Resultará en precios más bajos para la soja y probablemente mayor dependencia de la demanda de poroto desde China.
Según Iölster, los próximos objetivos son lograr que la California Air Resources Board (CARB) otorgue a Argentina un puntaje razonable de Intensidad de Carbono, ya que el aceite de soja importado no tiene un cálculo de IC asignado. Además, se debe aumentar la demanda local de aceites y proteínas y el crecimiento en producción de aves y cerdos.
Por último, a mediano y largo plazo, los precios deberían incentivar un aumento de área de oleaginosas con mayor contenido de aceite como la colza que, además, pagan menor arancel para ingresar a Estados Unidos y tienen menores derechos de exportación en Argentina. Por último, advirtió que Europa ya está trabajando para prohibir el uso de soja para producir biocombustible.

EL HVO EN EL MERCADO DE LA SOJA Y LOS HIDROCARBUROS
Estados Unidos está desarrollando una nueva variante de biocombustible en base a la soja, que en los próximos años podría generar cambios significativos en la economía mundial y en particular las exportaciones argentinas, que podrían verse afectadas por una baja en el precio de los productos derivados de la oleaginosa.
Se trata del HVO (Hydrotreated Vegetable Oil), al que ante la falta de criterio unificado de traducción se lo denomina aceite hidrotratado o hidrogenado y también hidrobiocombustible.
A diferencia del biodiesel, el HVO -que también está en fase experimental en países bálticos y escandinavos- utiliza el hidrógeno en vez del metanol para su catalización y, según sus promotores, permite reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 90% desde su producción hasta su uso vehicular.

RIESGOS A LA VISTA
En palabras de Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), el HVO se enmarca en “la fuerte política de biocombustibles de última generación lanzada por Estados Unidos, que va a sustituir los combustibles fósiles y que está basada en aceite de soja renovable”.
“Esta revolución energética en Estados Unidos está generando miles de millones de dólares de inversión”, destacó, fundamentado por el informe del director de Agritrend, Gustavo López, que señaló que en ocho años el consumo mundial de biocombustibles en general creció en un 72%, pero con una evolución desigual: el biodiesel tuvo un alza del 53% contra un 487% del HVO.
Pero otra diferencia con el biodiesel reviste una importancia con consecuencias que por el momento son difíciles de mensurar: al HVO “se lo puede usar al 100%, sin necesidad de corte, porque es un sustituto pleno y total del diésel mineral”, precisó Idígoras a Télam.
Al respecto, en junio la Argentina elevó el corte de biodiesel del 5% al 7,5%, de lo que se desprende que, aun con esa suba, el aprovechamiento del HVO es trece veces mayor, representando un ahorro mayor en un combustible como el gasoil, que la Argentina importa en un 30% de su consumo.
Dicho de otro modo, una vez que el desarrollo de la tecnología del HVO alcance su maduración, Estados Unidos podría suplir el uso de combustibles fósiles con consecuencias por partida triple: en el mercado de hidrocarburos, con precios que tenderían a la baja en tanto bajaría el consumo del principal demandante mundial; en el mercado de la soja, con el impulso a un mayor incremento de la producción y su destino a la industrialización; en el comercio internacional en general y en el argentino en particular, por un factor que explica Idígoras: “el sobrante de la molienda será la harina de soja, el gran producto de exportación de la Argentina”.

REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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