Elogio de la ojota

Información General 15 de septiembre de 2022 Por Redacción
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12-Ojotas

Por Edgardo Peretti

Nota 2/4

El reino de las pampas. Adentrándonos ya en la historia nacional encontramos la primera oposición académica fuerte sobre el tema del origen de la ojota al consultar posturas entre grupos de tradicionalistas y similares, ante otros de los pueblos originarios del suelo patrio.
Los seguidores del Sargento Toro y don Segundo Sombra III (nieto y heredero del prócer) exponen sin dudar ni titubear que la ojota parte de la adecuación de la gloriosa “bota de potro”, que no era otra cosa que un calzado de cuero vacuno que cubría el pie y parte de la pantorrilla y dejaba un hueco entre el dedo gordo y el mayor del pie para que el gaucho pueda asegurar su manejo en el estribo del caballo. De esta tesis hay numerosas pruebas, las cuales van desde los diferentes materiales utilizados como cuero de víbora, de conejo o comadreja, hasta los modelos de moda en la época como las “bucaneras” (hasta arriba de la rodilla) o las más cortas (botitas o acordonadas).
En un principio sólo se fabricaban color “carne”, aunque la llegada a la fama de Martín Fierro y sus libros, se agregaron colores tales como el “rojo Punzó” o “celeste Unitario”.
Los que dicen los del otro lado es que los naturales de estas tierras ya usaban el mocasín de cuero ecológico desde mucho antes. Elaborado con cuero de sapo mordido de varias suegras de la tribu se exhibieron como el primer producto unisex de las pampas. Cuando se gastaban un poco, le cortaban los laterales y le dejaban un cordón de cuero trenzado (vegetal) y los convertían en otro calzado, aunque para uso de temporada de verano y para las playas de la costa Atlántica que por entonces eran de su propiedad.
En medio del debate aparece la figura del Cacique Patoruzú, millonario terrateniente de la Patagonia que utilizaba sandalias de cuero con una sola tira sobre el empeine, al igual que su hermano Upa y su nodriza Chacha; su capataz, Ñancul, usaba botas de caña alta y su padrino Isidoro Cañones, siempre con sus zapatos de medio punto.
Con esto queda claro que la ojota es un genuino producto urbano.


Redacción

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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