Fletes marítimos alcanzan su valor más alto en 11 años

Suplemento Economía 29 de agosto de 2021 Por Matías Fontanetto
La agroindustria argentina, que aporta más del 10% de los granos, harinas y aceites vegetales comercializados en el mundo, padece al igual que el mundo un fuerte aumento en los fletes.
Fletes

En el primer semestre del 2020 el costo de los fletes marítimos descendió a sus mínimos de la mano de la cuarentena que provocó una caída en la demanda de mercancías y el hundimiento del valor de los combustibles, paralizándose el comercio internacional. A partir de entonces, se ha experimentado una importante suba en los fletes marítimos, alcanzándose sus valores máximos en 11 años.
La suba de los fletes para el transporte de cargas secas a granel (dry bulk) es consecuencia de la reactivación de las obras de infraestructura en varias regiones del mundo, lo cual ha impulsado la demanda de mineral de hierro. Además, el fuerte incremento de las importaciones de commodities agrícolas por parte de China ha sumado presión a los fletes de cargas a granel.
Durante el primer semestre del 2021, China aumentó en un 43% las importaciones de commodities agrícolas respecto de igual período del 2020. Las compras de soja, maíz, cebada, trigo y sorgo pasaron de 56 millones de toneladas a más de 80 millones de toneladas.
El Baltic Dry Index (BDI), considerado como referencia para analizar la evolución de los fletes marítimos internacionales, alcanzó en julio del 2021 su máximo valor desde mayo del 2010, superando los 3.300 puntos. Este índice se construye a partir de un promedio ponderado de precios de los fletes marítimos a granel para buques que transportan materias primas.
El Bartic Dry Index tiene en cuenta los fletes de tres tipos de buques, ponderándolos de la siguiente manera: 40% Capesize, 30% Panamax, y 30% Supramax. Por su parte, el índice correspondiente a cargas en buques Capesize, también alcanzó este año máximos en una década. Este segmento de buques con capacidad de carga superior a 80.000 DWT es utilizado para el transporte de mineral de hierro y carbón, que no pueden navegar el Canal de Panamá y abastecen mayormente a la demanda china.
Si bien los índices Panamax, Supramax y Handysize presentan menor volatilidad que el Baltic Capesize Index, este último exhibe una clara tendencia ascendente desde comienzos del 2020. Actualmente el valor del índice Panamax duplica los niveles observados durante el mes de agosto del año pasado. Los índices Supramax y Handysize, por su parte, más que triplican sus valores de un año atrás.
La agroindustria argentina que aporta más del 10% de los granos, harinas y aceites vegetales comercializados en el mundo, también padece este fuerte aumento en los fletes. El aumento en el precio de los fletes internacionales disminuye la rentabilidad de exportadores (que reciben un menor precio neto de fletes) y a los importadores al incrementar sus costos, dificultándose el comercio internacional.
La demanda de buques para el transporte de materias primas mostró un fuerte crecimiento interanual en el primer cuatrimestre del 2021. La utilización de Supramaxes en este período fue un 10,6% superior a la observada en los primeros cuatro meses del 2020. Por su parte, la demanda de Capesizes y Panamaxes tuvo un incremento interanual del 6,0% y 1,5% durante el primer cuatrimestre, respectivamente.
Los buques Handysize, los más pequeños del análisis, han enfrentado niveles de demanda más estables que en el primer cuatrimestre del 2021 superando en apenas 0,1% la demanda del año anterior. En contraste con este fortalecimiento de la demanda, la oferta de capacidad de carga seca a granel se proyecta decreciente, con lo cual se estima que en los próximos 2 años, el costo de los fletes se mantendrá elevado.
En este contexto, la agroindustria exportadora argentina continuará enfrentando en los próximos meses altos costos de fletes marítimos. Al encarecimiento relativo del transporte internacional, se le suma la desafiante situación logística interna a raíz de la bajante del río Paraná.
Cabe esperar entonces que estos elevados costos logísticos afecten con mayor intensidad a los embarques nacionales en el segundo semestre, cuando las toneladas embarcadas son menores en relación al primer semestre, siendo el costo de transporte mayor en relación a la menor carga embarcada.

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