Desde que el Gobierno intervino el mercado cárnico con restricciones al comercio exterior, precios cuidados y cortes populares, lejos de bajar los precios en el mostrador e impulsar el incremento de la producción de carne, lo que se obtuvo fue el deterioro generalizado de la cadena de valor.
Por un lado, se derrumbaron las exportaciones de carne vacuna durante el mes de junio en un 45%, de acuerdo al INDEC, con sólo 34.775 toneladas PP, dejando de percibir el país aproximadamente unos 100 millones de dólares que, hacia fin de año podrían ser 500 millones, de continuar la restricción.
Por otra parte, el precio promedio de los cortes vacunos para el consumidor respecto del mes de mayo, aumentó en junio un 7,7% (duplicando la inflación), producto de la escasez y la desaceleración de la actividad por las pésimas señales de mediano plazo. Además, según el relevamiento de precios minoristas realizado por el IPCVA, también el pollo y el cerdo aumentaron más que la inflación en los últimos 12 meses, con aumentos del 64,8%, y del 63,7%, respectivamente.
Finalmente, cayó el movimiento hacienda de invernada en lo que va del año un 3,3%. De acuerdo al SENASA, de enero a junio de este año el total trasladado desde los campos de cría a otros establecimientos fue de 362.674 animales menos que el año pasado y solo un 15,8% tuvo por destino el feedlot marcando una baja sustancial respecto de años anteriores.