Caminar con el norte ya individualizado. Pertenecer a un lugar de la cultura popular donde abrevar lo profundo, elegir lo necesario, entregarlo bajo la forma del canto fundamental, sostener esa dirección a lo largo del tiempo y la satisfacción de haberlo logrado. Cantar la nota correcta también es un desafío permanente. Porque el factor anímico influye, los entornos invaden, los acontecimientos cotidianos se hacen sentir con su presencia. Pero cuando el canto se encumbra de todas maneras, y puede ofrecerse desde lo más alto de la integridad de quien lo manifiesta, el valor se incrementa, y la dignidad se enaltece. Nuestra invitada lo sabe, lo pregona, lo cumple. Asumir el mandato y no renunciar a él no es para todos. Ella puede.  

Raúl Alberto Vigini

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