La soja y el déficit fiscal

Editorial 19 de junio de 2021 Por REDACCION
Leer mas ...
Un informe sobre perspectivas climáticas para una región o país con una fuerte producción agrícola puede ser determinante para las cotizaciones de los mercados que se definen, en gran medida, en el plano de las expectativas. Después de precios en alza durante mayo para la soja en los mercados de referencia, desde hace una semana se inició una racha bajista que se cortó ahora por un reporte que alude a una incertidumbre en torno al clima en Estados Unidos, uno de los grandes jugadores globales en lo que hace a la agricultura. El escenario, entonces, mutó de negativo a positivo a partir de los nubarrones que un informe del clima anuncia para las áreas agrícolas estadounidenses. 
En este marco, el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) puso la lupa sobre la situación fiscal de la Argentina, el dólar y el comportamiento de los precios de la soja, teniendo en cuenta que nuestro país también es uno de los principales productores de este poroto. Así, recuerda que en octubre del año pasado el dólar paralelo llegó a superar los 170 pesos, lo que fue producto de la enorme emisión monetaria potenciada por las medidas para paliar el confinamiento. A partir de ese momento, las autoridades económicas cambiaron de estrategia y el Tesoro nacional pasó a financiarse más con endeudamiento y menos con emisión. Además, un comportamiento más conservador en el gasto público y la fuerte licuación que produjo la alta inflación hicieron que en el 1° cuatrimestre de este año prácticamente no hubiera déficit fiscal primario permitió mantener el dólar paralelo en el entorno de los $150.
Coincidentemente, también en octubre del año pasado empezó a subir sostenidamente el precio de la soja, en efecto el principal complejo exportador de la Argentina. Cómo impactó sobre las reservas del Banco Central este boom de precios de productos exportados junto con la menor emisión monetaria fue la pregunta que dispara el análisis de Idesa. Según los datos del Banco Central que cita el reporte, se observa que en diciembre del 2019 las reservas de dólares llegaban a U$S 44 mil millones, que en octubre del 2020 habían bajado a U$S 40 mil millones y que en junio del 2021 están en U$S 42 mil millones. Son datos muestran que el alto precio de la soja no alcanza todavía para revertir la pérdida de reservas ocasionada desde que asumió el nuevo gobierno. El motivo no es que no hay liquidación de divisas, puesto que el Banco Central compró U$S 6 mil millones desde octubre a la fecha, sino que hubo que hacer frente a obligaciones en dólares del Tesoro y del propio Banco Central. A esto se suma la venta de divisas para pagar las importaciones, lo que explica porque las reservas no crecen.
Los buenos precios internacionales, junto con la desaceleración del déficit fiscal y la emisión monetaria, están permitiendo pagar importaciones y honrar compromisos en dólares. Pero la situación del Banco Central y de la economía sigue siendo extremadamente precaria, mientras que la desaceleración del déficit fiscal tiene como principal sostén la licuación (transitoria) de salarios y jubilaciones. La contrapartida de la menor emisión monetaria es el fuerte crecimiento de la deuda tanto del Banco Central, a través de Leliq y pases, como del Tesoro mediante Letras. Con estos instrumentos se disminuye la emisión en el corto plazo, pero aumenta la emisión futura por los intereses que devenga esta deuda.
Más allá del viento de cola, lo que está quedando al desnudo es que ya ni el alto precio de la soja alcanza a compensar el creciente desorden del sector público, en tanto que los casos de impericia y desidia se siguen acumulando. El Congreso aprueba una ley reduciendo el impuesto a las ganancias de las personas humanas cuya instrumentación se demoró más de la cuenta. Además, se demora 5 meses la actualización del Monotributo generando deuda a quienes estaban al día. Se amplían las zonas frías con la finalidad de profundizar la distribución indiscriminadas de subsidio al gas, sumando más familias de altos ingresos al subsidio mientras una gran cantidad de pobres quedan excluidos porque no tienen gas en red. Lo más desalentador es que los errores del oficialismo se cometieron con el apoyo legislativo de la oposición, puntualiza Idesa en su documento.
La socarrona frase de que “Dios es Peronista”, aludiendo a que cuando gobierna el peronismo el precio de las exportaciones argentinas sube, tiene buenos sustentos. También que, con la mala gestión en las políticas públicas, estas oportunidades han sido históricamente desaprovechadas. La novedad, en el actual contexto, es que se ha llegado a tal nivel de degradación que ni con la suerte de buenos precios internacionales alcanza, consigna críticamente el reporte de la consultora.


REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
Seguinos en Facebook y Twitter

Boletín de noticias