Celebrar 70 años de vida representa un logro inconmensurable y máxime si se trata de una institución que, además, pregona los valores cooperativistas desde la primera hora. La Cooperativa Agrícola Ganadera Guillermo Lehmann es un ejemplo de resiliencia y éxito, en un país donde las turbulencias están a la orden del día, desde hace décadas.
Los libros cuentan que el 21 de mayo de 1951 se produjo la primera Asamblea General, con la presencia de 21 productores que dejaron constituida la Cooperativa, cuyo nombre se resolvió de manera unánime en homenaje al fundador de Pilar, localidad donde se encuentra la Casa Central y uno de los complejos agroindustriales más imponentes del centro norte santafesino.
Desde entonces, la institución ha dado pasos firmes que le permitieron conseguir varios hitos a lo largo de su historia, hasta llegar a contar en la actualidad con siete sucursales, diversas unidades de negocios (con destacada participación de las áreas de hacienda y acopio) y una masa de asociados que supera la cifra de 3.500 productores. Cabe destacar que el último ejercicio contable fue el mejor de su historia, dando sobradas muestras del presente que atraviesa.
En el organigrama que tiene “la Lehmann”, se destaca el Consejo de Administración que está conformado por 15 personas designadas en Asamblea General, por lo general llevada a cabo en el mes de octubre. Sin embargo, una de las novedades institucionales de los últimos tiempos está relacionada con la creación de la “Dirección Ejecutiva”, a cargo del contador Gonzalo Turri. Se trata de una iniciativa que apunta a fortalecer la estructura de la organización para dotarla de más herramientas, tendientes a afianzar su proceso de mejora continua en la prestación de servicios.
Precisamente Turri se refirió a los secretos del éxito de la institución, con la capacidad reflexiva que lo caracteriza: “en 70 años hay mucha gente que aportó su granito de arena pensando siempre en la construcción colectiva. La cooperativa ha sido capaz de transitar y crecer en un país con muchos vaivenes, insertándose en las comunidades y aportando lo suyo en la búsqueda de excelencia para toda la sociedad”. En resumen, afirmó: “queremos ser un actor que contagie cada día a las personas para ser una organización que atrae el talento”.
La humildad es otro de los valores que intentan inculcar. Por eso no sorprendió su mensaje: “siempre hay que mantenerse en modo aprendiz porque siempre tenemos cosas para mejorar y cuestiones para escuchar”. En ese sentido, contó que “la opinión constructiva de un socio o la lectura de los posibles escenarios futuros”, permite mantener “los pies en el suelo y las ilusiones en el cielo” pero con la plena certeza de que los productores “prestan la confianza todas las mañanas”.

DESAFÍOS
El Director Ejecutivo de “la Lehmann” destacó el crecimiento registrado pero también remarcó la necesidad de mantener la cercanía con el productor, independientemente del tamaño y la estructura organizacional que resultan vitales para dar sustento al negocio.
Brindar colaboración o asistencia para que cada una de las empresas agropecuarias socias de la Cooperativa, constituye otro de los objetivos institucionales para que puedan seguir profesionalizándose, para mejorar y crecer.
El rol social y el compromiso medioambiental, son dos aspectos fundamentales en la nómina de desafíos que tiene la institución de cara al futuro. Así lo manifestó Turri: “debemos ser capaces de insertarnos de mejor manera en las comunidades donde estamos trabajando, ponderando la armonía con el medioambiente porque la cooperativa debe contribuir a que todos nos sintamos más a gusto y con más responsabilidad de poder crear un país que esté más cerca con los recursos que la naturaleza le ha brindado”.