Carta de Lectores

Carta de Lectores 20 de marzo de 2021 Por REDACCION
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Muerte en pandemia

Sr. Director: 

He decidido expresar lo que siento, no solo por mí, sino por los millones de personas que pasaron por esta situación.
Perdí a mi esposo hace 60 días. El Covid-19 le dejo una neumonía bilateral de la que no pudo salir. De todas maneras soy una convencida que los humanos nacemos y morimos cuando lo decide Dios; pero es mucho más duro para ambos cuando se muere en pandemia.
Para el que lo padece porque está en un lugar que no conoce, sin ninguna contención familiar. Para la persona que está en su casa -en este caso yo- también, porque tampoco recibe contención.
Mi humilde pedido para los ministerios de salud y las reparticiones sanitarias es que revisen este accionar. A lo mejor con buena voluntad, tanto de la parte de salud como de la familia del paciente, se llega a un acuerdo y no es tan dura la pérdida.
Por si alguien no lo sabe es casi imposible lograr tranquilidad cuando no se pudo despedir al ser amado. Queda latente una pregunta muy difícil de contestar ¿Por qué esta muerto si yo nunca lo vi?
Si pueden revertir la situación, por más pequeño que sea el cambio, sería bueno para las personas que lo padecerán de aquí en más y para que no haya gente que se quede con el sabor amargo con que me quede yo.
De mas esta decir que esto está escrito con respeto para la gente que trabaja en salud, porque sé que tienen una orden para trabajar. Pero a lo mejor entre todos logramos que de aquí en adelante no le duela tato a la persona que se va, ni a la persona que se queda esperando a alguien que no vieron morir pero que tampoco va a volver.

Graciela Peirotti de Deambroggio
DNI 13.075.980



Democracia en crisis

Sr. Director:

La modernidad inaugura un nuevo tipo de sociedad con el advenimiento de la Democracia. Nace el proyecto democrático de la Ilustración en un intento de reemplazar el fundamento político tradicional que descansa en Dios y la Naturaleza por un fundamento alternativo que se apoye en el hombre y su razón.
De este modo, el poder deja de tener un dueño legítimo e incuestionable, antes representado en la figura del Príncipe, y se convierte en un "espacio vacío" que pertenece a todos y está en permanente construcción. Esta indeterminación indicaba desde el principio los riesgos de la revolución democrática. 
Nietzsche ya lo había comprendido cuando proclamó que la muerte de Dios era inseparable de la crisis del Humanismo.
Hoy la democracia está en crisis. Sus instituciones y "la política" misma están cuestionadas como medio de articulación de todos los sectores. Nos preguntamos: ¿existe una moral pública?, ¿podemos hablar de bien público o solo de bien individual?
Creo que es el momento de repensar la democracia, de expandirla, haciéndola más grande y efectiva para este presente, lo que no significa abandonar su proyecto político: lograr libertad e igualdad para todos.
La democracia nos permite a todos estar presentes, sabiendo de antemano que nunca representaré la verdad, solo una parte de ella, que es la que me da mi interpretación de la realidad. Podré discutir hasta el cansancio con el "otro", mi adversario, ganar o perder el debate, pero lo que nunca podré hacer es quitarle su derecho a participar y expresarse.


Susana Beatriz F. Sánchez
DNI: 10.636.304

REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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