En busca de… Agustina Gimbatti, licenciada en Letras

La Palabra 20 de marzo de 2021 Por Raúl Vigini
Desde la mejor comprensión posible Nació en Rosario hace poco más de tres décadas, estudió Licenciatura en Letras en la Universidad Nacional de su ciudad. Se desempeña como redactora y editora de textos pero sus días van mucho más allá de su profesión. Con sólidos principios para abordar lo cotidiano, eligió también ámbitos de la comunicación, de la ecología y de la gestión, entre otras actividades que le interesa incluir en su alforja. Solícita y expresiva, gentilmente accedió a conversar de sus propuestas con LA PALABRA.
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archivo Agustina Gimbatti En pantalla: Agustina Gimbatti en canal 5RTV con su micro Nuestra Lengua

LP - El cuidado del ambiente es un tema que también te ocupa…

A.G. - Casi tan temprano como mi amor por las palabras y las historias -posiblemente más temprano aún- nació mi apreciación por todo lo vivo: desde la hormiga hasta el ombú. Mirando para atrás, creo que es imaginable un camino alternativo para mis estudios en el que, en lugar de Letras, estudiaba Ecología. No ha sido el caso; no soy una investigadora de las relaciones ecosistémicas ni de ninguno de los ciclos que sustentan la vida: soy una ciudadana de a pie que siente un profundo compromiso con la crisis ambiental que estamos viviendo y por eso destino mucho de mi tiempo a leer, conversar y aprender acerca de aquellas cuestiones que la atraviesan -y aquellas que son por ella atravesadas-. Los ejes de mi trabajo no son ni el análisis técnico, ni la evaluación, ni las proyecciones; no produzco informes ni calculo impactos; los ejes de mi trabajo están hechos de material lingüístico, de frases, historias, conversaciones y cuentos: la creación de contenido, la edición de textos -ocasiones aquellos análisis técnicos que quienes estudiaron formalmente estas cuestiones son capaces de producir muy elegantemente, para mi gran fortuna y de quienes van a leerlos- y la divulgación en charlas, cursos, talleres, etcétera. Todo lo que difundo y afirmo como cierto es lo que, en el momento en que hablo o escribo, entiendo como cierto desde la mejor comprensión que tengo, desde la investigación más sincera que soy capaz de realizar sobre los temas en los que estoy más o menos formada. Me parece importante abordar estas cuestiones con seriedad y hacerme responsable de chequear lo que hago público, pero, por supuesto, siempre hay lugar para revisar ideas y aprender a pensarlas más críticamente. Entre algunas otras cosas, escribo un blog y participo de diferentes organizaciones de activismo ambiental.

LP - Creaste un sitio virtual para divulgar ideas y pensamientos que es Excipientes: cantidad suficiente. 

A.G. - Mi blog es una colección de reflexiones personales sobre lo esencial y lo accesorio, porque los recursos son finitos y no es cuestión de andar tirando manteca al techo (fugit irreparabile tempus). Mi objetivo es poder encontrar un cierto equilibrio entre lo que necesito yo, Agustina, para vivir una vida larga, saludable y rica, y lo que necesitan los otros, mis cohabitantes del planeta, para vivir vidas largas, saludables y ricas. Lo nombré “excipientes: cantidad suficiente” por la frase que aparece en los medicamentos. En una pastilla, los excipientes son la parte que es puro polvo, que no tiene valor medicinal, pero que son necesarios para que pueda armarse una pastilla y que esa droga se pueda ingerir. No se puede acceder a la esencia del remedio sin ellos como vehículo, pero a nadie se le ocurriría tomarlos en exceso -o por sí mismos, como comerlos con cereal al desayuno-. La cantidad nunca es revelada, solo se indica que es la suficiente: no menos, no más. Yo siento que con la definición de lo que es excesivo ocurre algo similar: varía de caso a caso, de práctica a práctica, de persona a persona. Yo no puedo decir qué es lo esencial para que otros puedan ser felices -o sobrevivir en este valle de lágrimas, dependiendo del punto de vista-, pero sí puedo sugerir a otros que reflexionen sobre sus propias necesidades y que recuerden que estamos viviendo todos en un espacio compartido. Los excipientes no son infinitos, todo lo que tomamos lo quitamos de otro lado.

LP - Otro emprendimiento que te incluye es Re Sapiens.

A.G. - Desde principios de 2019 formo parte de un proyecto de educación llamado Re Sapiens, donde se reúnen las ganas de trabajar por la construcción de una sociedad más justa que viva en armonía con su entorno, con la amistad, el encuentro, la comida, la diversión, el estudio y el debate. Nos gusta hablar de “plataforma de formación de formadores”, porque la premisa es armar talleres para llevar ciertos conocimientos a nuevos espacios en los que serán recibidos por personas que luego armarán sus propios talleres y llevarán esos conocimientos -apropiados, enriquecidos, ampliados y transformados como en todo proceso de aprendizaje y transmisión, siempre subjetivos- a más espacios. Los talleres no buscan disponer de un contexto para “bajar línea”, sino fomentar focos de debate y diálogos de saberes en torno a las problemáticas ambientales y sus posibles abordajes. Re Sapiens plantea un espacio multidisciplinario para repensar nuestra forma de relacionarnos con la sociedad y la naturaleza, construyendo en conjunto soluciones y alternativas. La cuestión de la multidisciplinariedad es fundamental desde nuestra perspectiva, ya que las temáticas ambientales requieren ser tratadas desde múltiples miradas, pero suelen ser enfocadas exclusivamente desde las ciencias naturales. Somos un grupo de trabajo voluntario conformado por estudiantes y profesionales de distintas carreras; nos mueve la necesidad de generar espacios de debate sobre problemáticas ambientales y la construcción de alternativas. Creemos que cada persona desde su disciplina tiene mucho para aportar y esto es lo que más nos enriquece como equipo. Los talleres están orientados principalmente a jóvenes estudiantes y a quienes han transitado por la Universidad, pero están abiertos a la comunidad entera, y cuanto mayor sea la diversidad, mejor. ¡Quienes quieren participar tienen las puertas abiertas! Nos encanta que asista toda la gente que quiera venir, porque una gran parte de la riqueza que tenemos como grupo surge de los aportes diferentes que nos trae quienes que se suman a participar, desde su formación específica, sus intereses personales, su historia y su mirada singular. Los talleres se acomodan según el año lectivo universitario y, así, se ordenan en dos cuatrimestres. Durante el primer cuatrimestre convocamos a diferentes disertantes especialistas en los temas. Ciertos encuentros se centran en la formación en temáticas socioambientales, y otros en la capacitación y formación de formadores a través de herramientas pedagógicas. Durante el segundo cuatrimestre se realizan talleres en escuelas medias de nuestra ciudad. La idea es que durante la segunda mitad del año trabajemos con adolescentes las temáticas abordadas en el primero. En el año 2020, debido a las disposiciones oficiales del aislamiento social preventivo y obligatorio, nos encontramos con el desafío de transformar la segunda parte, en la que formados se convierten en formadores, ya que ir a escuelas de manera presencial no era posible. Finalmente decidimos proponer a quienes estaban cursando la realización de producciones digitales para ser utilizadas como herramientas pedagógicas en este contexto de virtualidad. Para favorecer su desarrollo, desde la organización se facilitaron talleres relacionados con la creación de proyectos, el uso de algunas herramientas digitales de diseño y edición audiovisual, encuentros lúdicos y debates grupales. Más allá de ser un espacio de abordaje de educación ambiental, el proyecto también se propone incentivar la extensión universitaria -en el sentido del rol social de la universidad pública-, y hacer que a estudiantes de distintas carreras les pique el bichito ambiental e intenten ingresar estas temáticas en su formación. Así, uno de nuestros objetivos es que más personas atraviesen una experiencia de Extensión Universitaria, donde la Universidad se vincula con su comunidad, democratiza los conocimientos y dialoga con la sociedad que la contiene.

LP - También elegiste para participar a Soluciones Tecnológicas Sustentables Rosario.

A.G. - Otro de los espacios de activismo ambiental del que tengo el gusto de formar parte, desde 2018, STS Rosario, una organización no gubernamental creada en la ciudad de Rosario en el año 2009. La conforma un equipo de voluntarios con distintas formaciones y conocimientos que compartimos un interés y una preocupación profunda por los problemas socioambientales a los cuales la humanidad se enfrenta actualmente. STS tiene como misión divulgar las problemáticas socioambientales actuales y generar herramientas, a través de proyectos concretos, para provocar un cambio cultural hacia una sociedad sustentable, resiliente y equitativa. Nuestra visión es una sociedad consciente, capaz de generar la transición hacia un estilo de vida resiliente y equitativo, adaptándose a los límites físicos de nuestro planeta.

por Raúl Vigini

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