Mis experiencias con Maradona

Deportes 26 de noviembre de 2020 Por Víctor Hugo Fux
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FOTO SERGIO CACCIA EN CORDOBA. Durante la recepción en el Aeropuerto de Pajas Blancas.  MALTRATADO. Jugando para el Seleccionado frente al Resto del Mundo.  EXHIBICION. Laciar y Diego en el estadio del Club General Paz Juniors.
FOTO SERGIO CACCIA EN CORDOBA. Durante la recepción en el Aeropuerto de Pajas Blancas. MALTRATADO. Jugando para el Seleccionado frente al Resto del Mundo. EXHIBICION. Laciar y Diego en el estadio del Club General Paz Juniors.

Esta maravillosa profesión, en la que me vengo desempeñando de manera ininterrumpida desde hace poco menos de cincuenta años, me ha otorgado el privilegio de cubrir diferentes eventos, una inmensa mayoría relacionados con el ámbito deportivo.
Pero, además, me concedió la posibilidad de entrevistar, a lo largo de tantos años, a verdaderas personalidades.
Figuras consagradas, de la talla de Juan Manuel Fangio, Carlos Monzón, Roberto De Vicenzo, los mejores en sus respectivas disciplinas.
Y también, a futbolistas profesionales que cumplieron destacadas trayectorias. En este rubro, Diego Armando Maradona ocupa el lugar más encumbrado de un imaginario pedestal.
Hoy, lo quiero recordar, a partir de tres situaciones que tuve oportunidad de compartir, naturalmente viéndolo desplegar su enorme talento en una cancha, pero, además, calzándose los guantes para una exhibición benéfica con otro de nuestros grandes deportistas, Santos Laciar.

CAPITULO I
El 25 de junio de 1979, para festejar el primer aniversario de la consagración de la Selección argentina en la Copa del Mundo que se disputó en nuestro país, en aquella memorable final contra Holanda, que cubrimos periodísticamente con Roberto Actis para el Diario LA OPINION, viajamos a Buenos Aires con el "Maestro" Leonelo Bellezze.
La convocatoria lo ameritaba. Ese día, jugarían el representativo nacional y el equipo denominado Resto del Mundo, otra vez en el estadio de River, como había ocurrido en aquella definición contra "La Naranja Mecánica".
Una de las novedades, era la presencia, vistiendo la casaca "albiceleste" de un juvenil Diego Armando Maradona, que el año anterior había desafectado por César Luis Menotti y no pudo estar en el Mundial '78.
El marco fue interesante, pero lejos de los casi 80.000 espectadores que había convocado el cotejo que le dio el primer título mundial al fútbol argentino.
La crónica señalaba aquel día que al llamado del árbitro israelí Abraham Klein, los equipos formaron de esta manera:
Argentina: Fillol; Olguin, Galván, Passarella y Tarantini; Ardiles, Gallego y Maradona; Houseman, Luque (Outes) y Valencia.
Resto del Mundo: Leao (Koncilia); Kaltz, Krol, Pezzey y Cabrini (Toninho); Tardelli, Asensi y Platini (Zico); Causio, Paolo Rossi y Boniek.
El resultado fue anecdótico. Resto del Mundo terminó ganando 2 a 1, luego de darlo vuelta. Argentina se adelantó con un tanto de Maradona, pero un gol en contra de Galván y una conquista de Zico revirtieron la historia.
En aquella experiencia capitalina, el promotor Juan Carlos Lectoure nos recibió en su oficina del estadio Luna Park y nos acompañó a los camarines, donde conocimos a los integrantes del exitoso programa mexicano El Chavo.

CAPITULO II
Diego vino a jugar en varias ocasiones a Santa Fe, primero con Argentinos Juniors -el club en el que debutó en el profesionalismo- y más tarde con Boca
Juniors.
El 5 de noviembre de 1980, en el estadio de Unión, el equipo de La Paternal se midió con el "Tatengue", en un partido que dirigió Juan Carlos Ponfil.
Luego de comprar mi entrada popular en una de las boleterías habilitadas sobre calle Cándido Pujato, me ubiqué en una de las tribunas para asistir al triunfo logrado por el conjunto "Tatengue", por 2 a 1.
Diego anotó el descuento para el "Bicho", después que habían convertido para el "rojiblanco" Lattuada y Arroyo, en un encuentro que lo mostró en un gran nivel al desaparecido futbolista rafaelino Roberto Battellini.
Reynaldo Volken, técnico del local, dispuso una marca personal de Regenhardt sobre Maradona, que prácticamente se vio anulado por el "Choclo".
Poco después, se concretaría el pase de Diego a Boca Juniors, un club que lo transformaría en su máximo ídolo tras obtener el campeonato en 1981.
Pero, retornando al partido en Santa Fe, tuvo a estos protagonistas:
Unión: Pumpido (Cannataro); Hugo López, Regenhardt, Battellini y Carlos López; Eduardo Sánchez, Lemme (Centurión) y Carlos Mendoza; Arroyo, Lattuada y Alí. DT: Reynaldo Volken.
Argentinos: Alles; Carrizo, Bartolomei, Franceschini y Domenech; Vidal, Daniel García (Cariaga) y Maradona; Pasculli, Espíndola (Magallanes) y Morel. DT: Miguel Angel López.

CAPITULO III
Convocado por su amigo Santos Laciar, que decidió festejar los 15 años de la conquista de su título mundial de los moscas frente a Peter Mathebula en la ciudad sudafricana de Soweto, el mejor futbolista de la historia viajó con destino a Córdoba.
Hacia esa ciudad nos trasladamos con el fotógrafo Sergio Caccia, los dos acreditados por el Diario LA OPINION por parte del Círculo de Periodistas Deportivos, organizador de "La Pelea más Grande la Historia".
Mi hermano Erwin (fallecido), que vivía en Córdoba, nos trasladó hasta el Aeropuerto Pajas Blancas, el lugar al que arribaría Diego y en el que lo esperaba, con la misma ansiedad del resto, el propio "Falucho".
En el atardecer de ese 4 de abril de 1996, mi amigo Sergio me realizó "una instantánea", como le gustaba decir a su padre Lidel, que hoy sigo atesorando como un gran recuerdo, posando con Diego.
Por la nota asistimos a la exhibición, que se desarrolló en las instalaciones de General Paz Juniors, con Laciar acusando 61,420 kg. en la balanza y Diego pesando 75,300 kg.
Fueron tres rounds, con Miguel Torres del Sel como tercer hombre sobre el ring, obviamente sin fallo, pero con Maradona haciendo "jueguito" en el cuadrilátero con una pelota número 5 para el delirio del público.
Tres experiencias que en este momento de inmenso dolor quiero recordar a la distancia y que pude disfrutar gracias al periodismo.
Una actividad que me abrió infinidad de puertas y que me permitió, entre otras cosas, estar cerca de D10S.

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