El empleo no formal paga los platos rotos

Suplemento Economía 01 de noviembre de 2020 Por REDACCION
CRISIS DEL MERCADO LABORAL
Por Matías Fontanetto

Una de las urgencias a resolver en Argentina producto de la crisis del Covid y la cuarentena aplicada que provocó una caída del PBI superior al 20% en el segundo trimestre, es el deterioro en el mercado laboral no formal de la economía.
La Población Económicamente Activa (PEA 2), definida como todos los habitantes en edad laboral que trabaja en un empleo remunerado (población ocupada 3) sumando a aquellos que se encuentran en plena búsqueda laboral (población desocupada 4), se redujo en un 18,3%, cayendo desde los 21,5 a 17,6 millones de personas en el segundo trimestre respecto al primero, lo cual provocó una caída de la tasa de actividad del 47,1% al 38,4%, definida como la proporción del la PEA sobre la población total del país.
Esta caída en la tasa actividad se debió a una reducción muy pronunciada en el empleo, pasando de 19,3 millones de personas en el primer cuatrimestre a 15,3 millones en el segundo trimestre, provocando un derrumbe de la tasa de empleo del 42,2% al 33,4%, la cual se obtiene dividiendo a los empleados sobre la población total.
Dicha reducción de 4 millones en el empleo se debió principalmente a la baja en los empleos no formales de 7,3 millones de personas a 3,6 millones de personas y en menor medida a la reducción del empleo formal desde 11,9 millones a 11,7 millones, si contrasta el segundo trimestre de este año versus el primer trimestre.
El empleo formal no se destruyó con la misma intensidad que el empleo no formal ya que se asistió a las empresas con créditos con tasas subsidiadas y subsidios directos (ATP) para el pago de salarios, rigiendo además la doble indemnización para el despido de trabajadores. En cambio, el sector no formal de economía, al estar desprotegido de regulaciones, expulsó a la mitad de sus trabajadores, los cuales están siendo asistidos en su gran mayoría por subsidios (IFE) para garantizar un consumo mínimo en estas personas y evitar la explosión de la pobreza por encima del 40% de su valor actual.
Estos 3,7 millones de trabajadores no formales expulsados de sus empleos por la cuarentena aplicada, no tienen intenciones de buscar activamente empleo debido al desaliento que le provoca la situación crítica que atraviesa el mercado laboral y es por esta razón que la tasa de desempleo solamente subió del 10,4% al 13,1%. Pareciera ser que solo la mitad de los 200 mil desempleados nuevos que antes trabajaban en el sector formal de la economía, están buscando activamente empleo y explican el incremento del desempleo mencionado.
Si los 4 millones nuevos de desempleados buscaran empleos, la tasa de desempleo sería del 35,5%, lo cual pone de manifiesto la gravedad de la situación actual del mercado laboral argentino. El desempleo no afecta de la misma manera a todos los grupos que componen una sociedad, lo más afectado son los jóvenes menores de 25 años, mujeres y mayores de 50 años.
Cuando una persona pierde el empleo se generan efectos adversos en sus emociones, pudiendo llegar inclusivo a padecer trastornos de ansiedad y depresión. Mientras más tiempo transcurra una persona desempleada, mayores dificultades enfrentará a la hora de conseguir un empleo ya que sus habilidades como trabajador se deterioran estando desempleado, enfrentando el riesgo de desaprender de sus destrezas adquiridas.
Es imperante generar las condiciones necesarias para una rápida y fuerte recuperación de la producción que demande nuevamente a los trabajadores expulsados por la pandemia, en especial a aquellos pertenecientes al sector no formal de economía que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad social, siendo además dependientes de los subsidios del estado que engrosan su déficit fiscal, estimados en 2% PBI dichas erogaciones de asistencia.

REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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