Importa la economía, pero antes la educación

Notas de Opinión 31 de octubre de 2020 Por REDACCION
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Por Jorge Luis Pizarro (*)

Acostumbrados a ir de "banquina a banquina", a rivalizar por todo y a fabricar divisiones injustificables, también creamos "las falsas opciones", como por ejemplo "salud o economía", desconociendo, lo más importante que tiene cualquier persona, como es la "capacidad de integrar propuestas y soluciones" a los problemas.
No es "esto o aquello", ni tampoco todo es "blanco o negro". Han sido días de mucho desconcierto económico, en los que las explicaciones dadas por las autoridades económicas no calmaban, un "dólar blue", que se acercó a los $200 por unidad.
Ya no importa si ese billete corresponde un mercado "pequeño o no", ya que, en la práctica, es sobre este dólar que se conforman precios de los productos de la vida cotidiana.
Muchos productos han dejado de tener precios de referencia y muchos productores han dejado de entregar sus mercaderías, apelando al histórico "por las dudas", ya que según argumentan es muy difícil "reponer artículos", si el dólar se mueve tanto.
Frente a esto, el gobierno resiste lo que algunos integrantes del lobby financiero están reclamando: una devaluación. La devaluación técnicamente significa la depreciación del peso, mayor inflación y recesión. Este combo sería como agregarle combustible a la situación de "pobreza creciente".
Hemos escuchado que el mejor plan económico fracasa o las medidas más técnicas no generan resultados, sí la "atmósfera política" no presenta el condimento de "la confianza".
Y es aquí, donde propios y extraños no entienden, o no desean hacerlo, que la educación es un factor esencial. Hablar de educación no significa solamente la acumulación de conceptos académicos, sino también, la formación del ser humano en valores, como la libertad, la verdad, la justicia y el respeto.
Estas palabras están alejadas de cualquier posibilidad de debate o grieta, y sería un absurdo o una pérdida de tiempo discutir sobre la importancia de una persona formada con "estos valores". Como deformación, a lo largo del tiempo nos hemos acostumbrado a hablar más de "códigos" que de valores.
La diferencia es sustancial, ya que los primeros se acomodan según la conveniencia de quién los crea, y por el contrario, los segundos son intocables. Dirigentes en todos los niveles, bien educados en lo académico y como personas, son aquellos que evitarían enfrentar a la sociedad a la "decepción de mentiras o promesas de campaña", que después no se cumplen en la gestión.
Ahora bien, si los valores son "la verdad y el trabajo", los resultados serán buenos, la sociedad acompañará, y casi cualquier plan económico, será imbatible, ya que la confianza no estará en "tela de juicio".
La realidad muestra, a lo largo de la historia, que muchas veces hemos creído, y muchas fuimos defraudados. Una muestra es la canción partidaria, que aunque repita una y otra vez, "combatir al capital", responde a una consigna antigua y casi sin sentido, ya que "sin capital no hay trabajo".
Lo que es imprescindible y saludable recordar es que "el capital debe estar al servicio de la sociedad" y no en el sentido inverso. Según la última encuesta de la Consultora Imagen y Gestión Pública, sobre proyecciones hacia las próximas elecciones, los resultados indican que se registraría una importante caída de intención de votos, tanto para los candidatos del Frente de Todos como de Juntos por el Cambio.
No quiero caer en la trampa de repasar datos económicos o políticos, ya que mi intención es abordar lo que considero más importante: la educación. Las pruebas "Aprender", que miden los conocimientos de los estudiantes del nivel secundario vienen "de mal en peor". Las realizadas en el año 2019 revelan que cerca del 72% de los estudiantes de nivel medio tienen un conocimiento básico o bajo en matemáticas; en la materia lengua los resultados son un poco mejores, ya que el 46,1% presenta un nivel satisfactorio.
El mismo relevamiento muestra que el 53% de la población de hasta 17 años reside en hogares en los que los ingresos de todos sus integrantes no llegaban a cubrir la canasta básica total, y un 14% vivía en condiciones de indigencia. El trabajo concluye, en que casi 700.000 alumnos en el país tienen problemas de conectividad.
Como verán, señoras y señores, repetir lo que alguna vez mencionó un ex Presidente norteamericano "es la economía, estúpido", no es una verdad absoluta; por el contrario, muchas veces la economía es la resultante de dirigentes cumplidores, planes eficientes y "confianza social". Eso sí, la confianza "se gana".

(*) Periodista de Radio Rivadavia.

REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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