La recta final en EE.UU.

Editorial 30 de octubre de 2020 Por REDACCION
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Ya no queda demasiado tiempo para la especulación y ni siquiera para que los indecisos, si quedan a esta altura, definan su voto para las elecciones que se realizarán el próximo martes 3 de noviembre en Estados Unidos.
Los sufragios adelantados, como consecuencia de la pandemia de Covid-19, el pasado martes, exactamente una semana antes de los comicios, ya superaban claramente los totales registrados en 2016, cuando llegó Donald Trump al gobierno.
En el crucial estado de Florida, justamente el que le terminó otorgando una ventaja definitoria al actual jefe de Estado, ya se procesaron unas cuatro millones de boletas sobre un total de 6.800.000 que recibió el correo.
Hace cuatro años, por la misma vía, se habían pronunciado unos 6.600.000 ciudadanos hasta el día previo al acto eleccionario, por lo que en esta oportunidad se estima que podrían superarse los siete millones.
La participación fue impresionante y refleja el interés de los estadounidenses por expresarse en las urnas.
Trump, que va por un nuevo mandato por el Partido Republicano, siempre estuvo en desventaja en las encuestas por Joe Biden, el candidato de los Demócratas, pero el particular sistema electoral del país, nunca puede garantizar, de manera anticipada, quién será ungido Presidente.
Ocurrió en los anteriores comicios, que la tenían como favorita de la gran mayoría de los analistas a Hillary Clinton, quien en definitiva, no pudo proclamarse en el Colegio Electoral.
De acuerdo con un sondeo "a boca de urna", que se realizó en Miami-Dade, hasta el último martes habían votado un 51 por ciento de simpatizantes demócratas, contra un 46 de republicanos.
Sin embargo, esas cifras no son determinantes y hoy ni siquiera marcan una tendencia, porque todo podría llegar a revertirse durante las votaciones presenciales que se realizarán el próximo martes.
Esto se puede afirmar si se toma como referencia que solamente un 46% de los electores en condiciones de sufragar, lo hicieron por correo, una cantidad insuficiente como para establecer un pronunciamiento decisivo.
De todos modos, según las primeras estimaciones, los demócratas tenían una diferencia cercana a los 80.000 respecto del partido que está en el poder.
El margen no es sustancial como para asegurar que Biden le ganará la batalla a Trump en el mayor condado de la Florida, como para hundir la chance de reelección de Trump.
Desde el propio campamento de Biden, reconocieron: "La mala noticia es que el índice de voto de los republicanos es mayor que el de los demócratas en ese condado".
Al mismo tiempo, admitieron que "la maquinaria del partido Republicano funciona muy bien en Miami, particularmente en la comunidad cubana, algo que ya quedó demostrado en la elección anterior".
No es casualidad que los equipos de Trump y Biden pongan sus focos entre los latinos, porque desde ambos lados están convencidos que pueden inclinar la balanza a la hora del recuento definitivo de voluntades.
Sí está claro, que la carrera por la Presidencia, que hasta poco tiempo atrás parecía estar virtualmente definida en favor del Partido Demócrata, ahora no puede vislumbrarse como un trámite demasiado simple como consecuencia de los últimos datos, que dan cuenta de un repunte del Partido Republicano.
Tanto es así que a principios de este mes, una encuestadora privada que fue contratada por el influyente diario Miami Herald, llegó a la conclusión que la imagen negativa de Trump era del 62% en el estado de la Florida, contra el 37% de Biden.
La consulta, según el informe de ese momento, se realizó entre ciudadanos "independientes", algo que debe evaluarse como relativo, porque si bien esas personas no están afiliadas a ningún partido, seguramente tienen preferencias y las mismas pueden llegar a virar sustancialmente.
En esa oportunidad, se había consignado que en ese segmento, los que se inclinarían por Biden serían dos de cada tres personas, marcándose una clara diferencia en aquella consulta, realizada entre sólo 600 habitantes del condado de Miami-Dade. Pero, al margen de tantos porcentajes y especulaciones, todo conduce a pensar que serán los independientes, en todo el país, los que terminarán definiendo quién será el Presidente de los Estados Unidos.
Claro que, también, hay que tener en cuenta a dos comunidades que podrían aportar los votos suficientes como para decidir la continuidad de Trump al frente del gobierno o el desembarco de Biden en Washington.
Los latinos, por un lado, como lo reconocen desde los cuarteles generales de ambos contendientes. Y los afroamericanos, por el otro, que provocaron incidentes de magnitud en los últimos tiempos por la descontrolada y reprochable violencia policial.
El 3 de noviembre, no solamente los estadounidenses estarán pendientes del resultado eleccionario, sino también el mundo entero.

REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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